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4. Miradas que matan

 

 

 

 

NOA

 

 

 

 

 

 

 

Cuando abrí la puerta y la atravesé se encontraba un maravilloso paisaje, estaba rodeada de árboles muy altos.

Cerré los ojos, escuche el maravilloso sonido de el agua, los animales, el viento como soplaba, hasta que escuche un disparo.

 


Era demasiado bonito para ser real.

 

Miré hacia todos los lados intentando saber de donde venian aquellos disparos tan estridentes y sonoros . Cada vez los escuchaba más próximos a mí y no tuve otra opción que salir corriendo de ese sitio.

 

No sé cuánto tiempo llevaba corriendo, sólo sé que no estaban cazando animales, si no, cazandome.

 

Corrí y corrí lo más rápido que pude y lo que daban mis piernas. Hacia tanta calor que tenía mucha sed, pero estaba claro que primero me tenía que librar de ese tipo que me seguía.

Me pare en un árbol, y cuándo me quise dar cuenta lo tenía muy cerca y no tenía más opción que intentar subirme a un árbol.
Ya cuándo se hizo de noche y no habían más ruidos me fui de ese lugar hasta que llegue a una parte de la montaña dónde se encontraba un hombre, había mucha niebla y él estaba mirando al frente, por lo tanto no me vio. Había niebla, y justo había un banco. Quise dar un paso hacia atrás, pero una rama crujió al haberla pisado y el chico se giró quedando justamente en frente de mí.

El chico era hermoso, tenia los ojos verdes color claros y rasgados, de piel morena y tenía el pelo castaño. Era alto, creo que por así decirlo más alto que yo.

Nos quedamos mirando durante unos minutos hasta que uno de los dos decidió tomar la palabra.

-¿Quien eres tú?- dijo aquél chico con aquella voz tan grave y a la vez encantadora.


-Yo.. em... yo... Me llamo Noa- tartamude a causa de mi maldita vergüenza.


-¿Que te pasa?, Acaso eres tartamuda?- dijo el chico sin nombre con tono sarcástico y riéndose de mí.

 

Pero sera idiota, ya me esta cayendo como el culo.

 

- Por qué eres tan idiota? Mira, no te conozco pero de lo poco que sé de ti ya me he dado cuenta que eres un completo idiota.- le dije con un tono enfadado.

 

Ya era hora de que supiera con quién estaba hablando.

 

-Eyy, relaja nena. Cuidado con lo que dices porqué tendrán consecuencias.- dijo con una gran sonrisa de oreja a oreja y poniendo cara de póker.

 

Pero sera idiota, ¿que se ha creído este? El rey del mambo.

 

- ¿Cómo te llamas?- le dije con una sonrisa algo fingida. Él en cambio me miro de arriba a bajo, mordiéndose el labio y cuando acabo de pegarme un ojo me respondió.

 

- Me llamo Drake.- dijo y se sentó en el banco haciendo que yo quedará de pié.


  
Él me dijo que me sentara a su lado. Lo pensé durante varios segundos hasta que asentí con la cabeza .

 

Pasaron las horas y ya nos conocíamos cada vez más, Drake es demasiado bipolar, me he dado cuenta que cada dos por tres actúa de una manera distinta, y eso me cabrea de una manera inimaginable.
 

DRAKE

 

 

 

Estaba esperando a que me dieran la orden de ir en busca de la chica, de la cual me habían informado que tenía que atrapar.

Creo que no hace falta ni que me den un  arma para defenderme, en caso de que la situación se de a torcer, porque gracias a mis encantos cualquiera caería a mis pies.

Caminé y me encontré con un paisaje verdaderamente oscuro y a la vez bonito, no había mucha vegetación, había mucha niebla por la cuál tenia que estar atento por si alguien me atacaba cuando menos me lo esperará.

Pasaron las horas y yo verdaderamente estaba aburrido. Me arrimé al lado de un árbol y me saqué un cigarrillo. Cuando ya sentia el humo entrar en mis pulmones, me sentí a gusto, calmado. Sentía como cada parte de mi piel tiritaba, a causa del frío de la noche.

 

 

Escuché crujir una rama, provenía de detrás mío.

 

 

-Vaya, vaya... Mmmm si esta es la chavala a la cual tenía que secuestrar, creo que me deben una medalla por buen secuestrador, ya que por si sola ha venido , y a entrado a la cueva del lobo.- pensé.

Le pregunté como se llamaba, la niñita respondió y a la vez que me contestaba tartamudeaba. ¿Que cojones tiene? Me reí internamente.

La chavala comenzó a mirarme con la mirada fija en mis ojos, después fue bajando poco a poco, como si estuviera haciéndome un escáner.
La observé de arriba a bajo, detalladamente. Era castaña, con el pelo medio largo y liso, tenia unos ojos preciosos, eran verdes como los míos, solo que los de ella no se que tenían que al mirarlos te hipnotizaban.
Tenia unos labios finos pero a la vez era carnosos y apetecibles, me mordí el labio, conteniendome de no probar esos labios.

Tenía unas impresionantes curvas y unos pechos.... Mmmm....- pensé.


Y porque aun no me fije en su trasero.

 

Cuando ya acabé de darle todo un repaso, me senté en el banco. Ella por unos minutos se quedó de pie sin reaccionar, después se sentó al lado mío y charlamos durante horas.

 

 

 

 

 

 

Tenía que hacer que confiara en mí. Después de eso sería pan comido. 

 

 

 




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