Enemigos con derecho

CAPÍTULO 4

OLIVER 

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, pero sonreí al recordar lo bien que me la había pasado, tomé hasta caerme, no sin antes tener una buena sesión de sexo con una morena en extremo sexi, la cual aún seguía en mi cama; tenía a primera vista su espalda desnuda y su cabello rizado, había sido una noche divertida. 

Pagué por sus servicios y fue lo mejor que pude hacer con mi dinero, ella sabe muy bien como complacer a un hombre e iba a aprovechar cada centavo, así que sin pudor la desperté, ella aún estaba reaccionando cuando me metí entre sus piernas. Ella me vio con enojo y sonreí victorioso, mientras estaba en lo mejor mi móvil empezó a sonar, traté de no darle importancia, pero ya había perdido la concentración 

— ¡Rayos! — Bufé, al escuchar que el teléfono no paraba de sonar. Tuve que dejar a la morena con ganas, me levanté de la cama y caminé hacia el móvil. Se trataba de un número desconocido. Corté la llamada, pero de nuevo empezó a sonar — ¡Aló! — contesté furioso.

— ¡Oliver! — Quedé helado al escuchar esa voz — ¡Hijo! — Se trataba de Marcus Siegel mi padre. Miré hacia la cama, la mujer prestaba atención a lo que hacía, era una lastima que tenía que sacarla de aquí.  

— ¡Sal de aquí! — Exigí 

— ¡¿Qué, por qué?! — reclamó. 

Tomé el vestido que se encontraba en el suelo y se lo lancé. Mi padre tenía la habilidad de ponerme de mal humor en tan solo segundos. 

— ¡Lárgate de aquí, ahora! — ordené. La morena se puso su ropa, tomó sus tacones y salió de la habitación, se notaba que estaba enojada, pero eso me importaba en lo más mínimo. Además ella solo era una prostituta, sus servicios ya los había pagado, así que no podía reclamar nada. ¿Qué pensaba? Que iba a casarme con ella. 

— ¿Oliver? — Escuché mi nombre detrás de la bocina 

— ¿Cómo te atreves a llamarme, después de todo lo que hiciste? — Reclamé

— Oliver ¡Por favor! Tú sabías sobre mis negocios, el que no te quieres involucrar, no significa que podías ignorarlo todo el tiempo. 

— ¡Pero secuestrar a Julie! —espeté. 

— Su padre tenía una cuenta pendiente conmigo. 

— No quiero saber nada de ti, solo devuélveme lo que es mío y déjame tranquilo — Mi madre me había dejado una cuantiosa herencia, la cual había sido administrada por mi padre todos estos años, él hizo un buen trabajo, pero ahora era momento que todo eso regresara a mis manos, no quería que me involucran con mi padre, por lo que después que se fugó de la cárcel lo empecé a buscar, después decidí pasar una vida másrelajante y disfrutarla.  

— ¡Necesito verte hijo! — No podía negar que fue un gran esposo y buen padre, no tenía queja alguna, mi madre fue feliz a su lado al igual que yo, pero no podía ser cómplice de sus negocios sucios 

— ¿Para qué?, para que insistas en que sea parte de tus negocios 

— Ya no lo haré Oliver, te devolveré todo lo que tu madre te heredó. 

— Ya era momento — resoplé

— Pero tienes que venir a verme, de lo contrario no verás ni un solo centavo de esa herencia. 

— No puedo, la policía me vigila — tal vez parecía que yo era un despistado, pero desde que salí de Estados Unidos y viajé hacia Europa, me habían estado siguiendo y esta era otra excusa para no verlo. 

— Tengo el plan perfecto para que salgas hoy de Australia y vengas directo a mi casa, además mañana tendré mi cena de compromiso y quisiera que me acompañes. 

— ¡Tienes una nueva zorra! —me burlé.

— No te refieras a ella de esa manera, es una excelente mujer, estoy seguro de que te caerá bien 

— De seguro es otra niñita a las que estás acostumbrado — Mi padre tenía una debilidad por las mujeres jóvenes, después de la muerte de mi madre siempre busco a chicas mucho más jóvenes que él, tal fue el caso de Caroline, la última amante que le conocí y quién ya había pasado a una mejor vida. Mi padre la había asesinado. 

— Ella es diferente, desde la muerte de tu madre nunca me había sentido tan enamorado, por eso quiero que la conozcas, ven a mi cena y aquí te devolveré todo lo que es tuyo —. Tenía un debate interno, quería recuperar lo que era mío, pero no quería llegar a una estúpida cena y fingir que estaba feliz que mi padre se casara con una zorra, pero si de algo estaba seguro era que esa mujer solo estaba por interés con mi padre, me la imaginaba como las típicas niñas de voces chillonas, preocupadas por su aspecto físico. En verdad que no tenía ganas de conocer a mi futura madrastra —. Oliver de verdad quiero que vengas, te prometo que si lo haces te devolveré todo. 

—  ¿Qué es lo que tengo qué hacer? — Estaba loco, pero haría cualquier cosa por recuperar mi herencia aunque eso implicara burlar a la policía, el FBI y la CIA que me vigilaban todo el tiempo. 

— En media hora una chica con traje de baño de color amarillo estará en la piscina, síguela, llegaras a un auto, ahí te llevaran al aeropuerto y te entregaran los boletos, cuando llegues a tu destino otro auto te estará esperando, te enviaré las indicaciones por mensaje, ellos te llevaran directo a la casa ¿Tienes alguna duda? 

— Todo está claro, te veo mañana y espero que tengas todo listo —. Corté la llamada y seguí las instrucciones de mi padre. Una mujer con traje amarillo me estaba esperando a la piscina, fingí que la llevaba a una habitación para tener sexo, pero en realidad salimos por una puerta trasera del hotel. Fue tan fácil burlar a los idiotas que me vigilaban. 

 

(...) 

 

Era increíble saber que mi padre estaba en un país tan común como Francia, pero lo que menos era creíble que él pudiera estar aquí como si nada, incluso iba a casarse, preparaba cenas, era como si no estuviera huyendo de la justicia. 

Tuvimos un retraso de dos horas en el aeropuerto, iba ya tarde para la cena de mi padre, incluso ya había recibido varios mensajes de su parte. Me cubrieron los ojos para no identificar el camino por el cual me llevaban. No tuve problema con eso, entre menos sabía era mucho mejor para mi. 




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