Enfoque Equivocado

~Capítulo 5- Encerrados~

A la mañana siguiente, Eris se levantó, notando que Mike no estaba. Buscó la ropa que se pondría y luego lo vio entrar totalmente mojado. Le sonrió y cuando se giró para cerrar la puerta, notó que llevaba un tatuaje en la espalda que ella no había notado.

—Buenos días, preciosa.

—Buenos días. ¿Qué sucedió?

Él se rio y se acercó a ella besando su mejilla.

—Me caí al agua. Nada de lo que te tengas que preocupar. ¿Vas a ducharte?

—Sí.

—De acuerdo, hazlo y luego ve arriba, el desayuno está listo. El capitán dice que llegaremos por la noche a nuestro destino.

Eris no estaba comprendiendo lo que decía, lo observó confundida y él volvió a sonreírle.

—He notado que te mareas con facilidad en el barco, así que cambié ligeramente los planes.

—Lo siento. Debería acostumbrarme, pero no es muy posible para mí.

—No me molesta. Solo quiero que estemos juntos y algo me dice que te va a encantar mi elección.

—¿Me vas a decir dónde es?

Negó.

Ella observó silenciosamente como se desnudaba y se cambiaba de ropa, ahora llevaba unos shorts cortos de color marrón y se puso una camiseta azul.

—Te veo arriba, esposa.

Tan rápido como salió, ella golpeó su cabeza contra la pared. Solo eran dos días, ¿a los cuantos se acostumbraría a verlo como su esposo?

[°°°]

Después de desayunar, empezaron a platicar sobre diversas cosas. Mike estaba interesado por conocer mucho de ella, pero al no estar solos, incluyó a sus invitados a la conversación, mientras tanto, Keanu y ella se dirigían miradas de esas que desnudaban el alma.

Se sentía molesta consigo misma, puesto que no debería sentirse atraída por el chico de pelo largo y negro cuando ella estaba sostenida de la mano del hombre con el que estaba casada.

—¿Dónde queda la cocina, Mike? Me gustaría observarla.

—¿Quieres que te la muestre?

—¡Oh, no! Tranquilo, uno de los dos debe vigilar a Miky —Mike observó a su cuñada que estaba pasada de tragos acosando a su mejor amigo y sonrió.

—Tu abuela me mataría si permito que una mujer casada le sea infiel a su esposo —ella asintió, pensando justamente en que eso quería evitar, estuvo tomando alcohol y a la menor provocación, podría hacerle algo a Keanu—. Está abajo, al lado contrario del pasillo del baño, tiene un letrero.

Ella asintió, se levantó y antes de marcharse volvió a sentarse y lo besó, para ordenarse a sí misma que ese era el hombre con el que estaba casada y no con él que ella fantaseaba.

Después de encontrar la cocina y observarla detenidamente, escuchó algo cayendo y fue de inmediato allí. Abrió la puerta y observó a Keanu espantándose la harina de encima.

—¡No dejes que la puerta se cierre! —Gritó, pero cuando ella se dio la vuelta, la puerta se cerró en sus narices.

Al mismo tiempo, lanzaron una maldición.




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