Narra Lavinia
Nos introducimos en el portal que abierto Katixa para poder pasar al otro mundo. Lo hemos abierto por un callejón cerca de la universidad porque sinceramente eso de abrirlo en el bosque y pensar que podemos encontrarnos a seres que no deberían saber de nosotras es arriesgarse aún más.
-Listas chicas, vamos a darlo todo en nuestro primer día de uní- dice Hirune.
-¡¡¡LISTAS!!!- gritamos Katixa y yo.
Empezamos a recorrer las calles viendo a las personas distintas que hay en el mundo, desde la que corre por no llegar tarde al trabajo, hasta la que va paseando hablando por teléfono.
Me giro para hablar con mis chicas.
-Mis niñas hoy hable con mis papas y tengo una buena noticia- Agrando mi sonrisa llegando hasta mis labios- Redoble de tambores por favor.
-Trrrrrr- hacen las dos juntas y marcando con los dedos como si dieran a un tambor.
-Mis papas me dieron permiso para mudarnos a la ciudad para no estar llenado de mundo a mundo y si vosotras pedís permiso a vuestros padres os podéis venir conmigo ¿que os parece?
-Dime que no estás de broma porque si es una broma te echó un hechizo para que estés todo el día en el baño Lavinia- Me dice Hirune.
-No es una broma va en serio. Pero…. - las mire fijamente entrecerrando los ojos- hay una norma y es que nadie puede saber que somos, así que desde ya no podremos utilizar nuestros poderes os ha quedado claro.
-Por supuesto, esa era la primera norma que nos dio tu padre para poder venir aquí a estudiar.- dice Katixa.
-Pues ya con las cosas claras vamos que a este paso llegamos tarde nuestro primer día.
Nos pusimos en marcha a la uní mientras hablábamos y reíamos, nada más vimos la universidad al girar la esquina escondimos nuestro poder sobre todo el nuestro, ya que no sabemos con las sorpresas que nos podemos encontrar.
Hay no os explicado quiénes son mis grandes amigas, pues aunque en el pueblo me respetan ellas son con la que más confianza e tenido desde la guardería, somos inseparables.
Katixa es una bruja poderosa de uno de los mejores clanes que existió en la historia. Ella y su familia acabaron en mi clan a raíz de la masacre de su obra por negarse en meterse en la guerra. Desde ese momento mis padres le dieron un hogar.
Después está Hirune una híbrida de mujer lobo y vampiro, ella acabó en mi clan ya que la pareja de sus padres no los aceptaban por ser de razas distintas. Que loco no? Pues gracias a eso ellos acabaron en mi hogar y me alegro de que fuera así, sino nunca hubiera podido conocerla. Ella es una beta hermosa, la primera vez que vi su lobo marrón con blanco tenía ganas de achicarla como un peluche enserio es genial.
Somos unas amigas un poco extrañas, pero nos encanta ser diferentes ya que podemos compartir todo lo que nos gusta y enseñarnos unas a otras.
Nada más llegamos a la universidad nos damos cuenta que muchísimas personas nos observan será porque somos nuevas digo yo. Seguimos caminando y decidimos en ir a dirección a por las llaves de nuestras taquillas y horarios.
-Buenos días- saludó a una señora que hay detrás de un escritorio alto- Venimos a por nuestros horarios somos las chicas nuevas.
-Buenos días- me dice lanzándome una sonrisa cálida - me podría decir sus nombres para que os busque en el programa y lo que estudian, por favor.
-Lavinia sangenís y la carrera que elegido es derecho.
-Hirune Algora, mi carrera empresariales.
-Katixa Bail, yo soy de la carrera de biología.
Cada una de nosotros teníamos carreras diferentes, pero mucho mejor que cada una estudié lo que le gusta antes de ser como esas tipo cabezas huecas que van siempre detrás de la que manda. Sinceramente ese tipo de personas no las he soportado nunca, creo que es a raíz de mi crianza la verdad.
Mamá siempre ha dicho que cada persona debe vivir como quiera, no como otros le digan cómo vivir el día a día, mi mamá es muy sabia pero después de tantos años de vida creo que soy afortunada teniéndola como madre, para mi es la mejor madre del mundo.
La señora nos entrega los horarios sin quitar su sonrisa del rostro y nosotras. O o buenas niñas le sonreímos y decimos un gracias para salir de la oficina.
Caminamos hasta las taquillas, que por suerte están juntas.
-Chicas quedamos aquí para ir a la cafetería juntas ¿os parece?.
-Perfecto Lavi, espero que tengan buena comida porque después tendré mucha hambre- Katixa siempre pensando en comida.
Suena la sirena y nos abrazamos antes de irnos cada una a sus respectivas clases. Toco la puerta y un ligero pase me da el permiso para abrir la puerta.
-¿Señorita?- me dice un profesor de unos 45 años.
-Lavinia Sangenís, la nueva alumna.
-Bienvenida, siéntese donde haya espacio y se sienta cómoda.
-Gracias.
Subí las escaleras para buscar un sitio decente y me doy cuenta que la mayoría de la clase me observa atentamente, esquema tengo monos en la cara o que, tan fea soy para obsérvame así. Bueno mejor dejo de pensar estupideces y me siento en un lugar cerca de la ventana, me encanta mirar el cielo siendo sincera. Me criado alado de naturaleza y la adoro.
Pasan las horas y con ellas las clases donde atiendo y cojo apuntes atentamente. La verdad es que soy un tipo de empollona pero no de las que son adictas a los libros, más bien de las que memorizan al momento.
Después de 4 horas de clase por fin llega la hora de comer algo y sinceramente me muero de hambre. Recojo mis cosas y salgo corriendo del aula a por las chicas para ir directas a la cafetería. Nada más las he visto me lanzado a ellas con necesidad, ya que las he extrañado por lo rara que me sentía en las clases por las observaciones.