Narra Lavinia
Desde aquel día Ethan y yo hemos peleado mucho más de lo que podía haber imaginado. Dice que busca fuera lo que yo no le doy, os lo podéis creer, que por mi culpa se acuesta con esa zorra de Vanessa. Tanto fue el punto de la discusión, que me encerré en una de las habitaciones vacías y nadie puede entrar, menos Estela, es la única que he permitido con el hechizo que pueda entrar.
En vez de aprender, como hombre que es, solo a sabido hacerme más dolor en el corazón. Su hermana intentó hablar conmigo de la situación, pero no quise ni hablar con ella ni con su madre. Directamente las deje hablando contra la puerta de la habitación. Con solo decir que pensaron que había muerto de dolor, intentaron abrir la puerta pero salieron volando la mayoría de los guardias, pensaron que Estela puso un hechizo en la puerta y la pobre sufrió las consecuencias. Todos pagarán por su dolor.
Hace una hora vino Estela enviándome que Ethan me esperaba en el bosque cercano para hablar seriamente. Nada más la he visto entrar la he abrazado tan fuerte solo por cómo su cuerpo está luciendo esos moretones tan horribles en su cuerpo. Por esa razón decidí que ella esta noche escapará con ayuda de Katixa.
Ya hablé con Katixa, está emocionada de volver a ver a su hermana, pero está deprimida por la situación en la que se encuentra y la razón por la que decidí que ella se fuera antes que yo.
Me preparo para ir al bosque, escondiendo con un hechizo los dibujos de todo mi cuerpo, lo que me hace especial y cuenta toda mi historia. Tomó el pomo de la puerta con todas mis fuerzas y empiezo a andar hacia las escaleras de la casa. Odio hacerme la débil, odio dar una imagen que no soy, pero sino le arrancaría la cabeza a todos estos lobos moribundos.
Cuando bajó las escaleras encontré a la madre de Ethan observando sorprendida de estar fuera de la habitación.
-Buenos días señora- digo secamente.
-Pensé que nunca volverías a salir de esa habitación.
-Pues se equivocó con su evaluación.
La dejé parada en la entrada de la mansión con la cara a cuadros con mi altanería. Nada más salir de la mansión todo el mundo se me queda mirando, hasta la perra de turno está ahí mirándome con una sonrisa diabólica. Creo que es hora de hacer alguna jugarreta pequeñita.
-Fuego ven Ami, quema su larga cascada dorada, no dejes ni rastro con tu color rojo pasión.- dije en voz baja sin que nadie me escuchara.
Seguí hacia delante, escuchando sus gritos de dolor y horror. Mi sonrisa se agrandó sabiendo que su dolor fue una venganza por lo que le hizo a Estela. Poco a poco, todos pagarán el dolor que un día le hicieron a mi pueblo.
Llegó a la entrada del bosque, mi cuerpo empieza a sentir la libertad que te da el bosque, pero sigo en alerta.
Voy andando siguiendo el olor de Ethan, lo veo sentado encima de una piedra, sin camiseta mostrando su torso desnudo. Cuando me siente se da la vuelta automáticamente.
-Hola- me dice glaciar mente.
-¿Qué quieres?- digo a la defensiva.
-Pensé que este sería un buen sitio para hablar y solucionar las cosas entre tú y yo. Eres mi mate tienes deberes como tal y no estás cumpliendo como la supuesta Luna de la manada. Quiero que vuelvas a nuestra habitación, quiero marcarme y quiero que tengamos un cachorro, mi heredero.
- Solo piensas en lo que quieres tú y en algún momento piensas en lo que quiero yo. Eres para mi un patán, que no tiene ni idea de nada. Me secuestras de mi casa, me haces dormir contigo en la misma cama y aún piensas que me vas abrir de piernas como si nada. Estas muy equivocado Ethan ya te dije una vez que no me ibas a tocar ni un pelo y lo seguiré diciendo.- dije ya saliéndome humo por las orejas.
Me mira con una sonrisa socarrona que helaría la sangre de cualquier persona, pero tengo muy claro que Ami no.
-Así que lo quieres todo a las malas, perfecto, tú lo has pedido.- Dice demasiado contento, para empezar a preocuparme.- Chico! Sujetarla!.
Noto como me cojen los brazos y las piernas a la fuerza estriéndome, me sostienen para que no me mueva y abre mis piernas para que no las pueda cerrar. No me lo puedo creer, hasta este punto a llegado, se va atrever a violarme. Dentro de mí había una pelea campal pensando en lo que debía hacer, esto me daba asco, no puedo mostrar mis poderes ahora.
-Tan bajo vas a caer Ethan, eres tan repugnante, diles a tus hombres que me suelten, ni se atrevan a tocarme! ¡Suéltame Ethan!
-No! Preferisteis las cosas a las malas, pues ahora prepárate para el siguiente paso.- Nada más termino esa palabra me arranco la ropa con sus garras de lobo- Siendo sincero, aunque seas una simple humana, tu cuerpo es hermoso.
-Alpha- dijo su beta con miedo en los ojos. - Creo que no deberías hacer esto, es de migrante hasta para mi.
-Joel es mejor que te mantengas callado.
-Ethan te lo pido no hagas esto! Te arrepentirás te lo puedo asegurar!
-Te puedo asegurar yo que no, eres mia Lavinia y nadie más que yo te tocará- se quita los pantanos, se posiciona entre mis piernas y pega una estocada dura y fuerte que me llega hasta las entrañas.
Pego un grito tan tan fuerte que se que lo han oído hasta mis padres en mi reino, en mi cabeza solo pienso, Lavinia no llores, no muestres que eres, aguanta, no es momento de mostrar quien eres. Esto me supera, sus estocadas son tan firmes y siento como si extrajeran mis entrañas.
Ethan se acerca a mi oído mientras no para en ningún momento.
-Ya estás más que preparada- e inca sus filosos colmillos en mi piel y pega la última estocada corriéndose dentro de mi.- ahora eres completamente mía.
No sangró, no lloro, no siento, no hablo, esto no es lo que me contaron mis padres de la pareja predestinada. Esto no es lo que yo quería.