Engañada, humillada pero más fuerte que nunca.

Capitulo 28

Narra Lavinia.

 

Todos nos miran como si nos hubieran sacado dos cabezas a cada uno, es para hacerles una foto y tenerla de recuerdo, me encanta sus caras.

 

-Eso es imposible.- Dice Ana con cara de sorpresa y miedo.- Pense que solo eran leyendas nada más, sabes cuánto tiempo han pasado todas esas historias en cada poblado.

-Me puedo hacer una idea.- Dice Danae.- Pero no soy tan vieja, la antigua diosa es mi madre y yo heredé su título, hay muchas cosas por explicar.

-Ahora lo importante es saber.- Dije mirándolos a todos.- Queréis atacar o preferís tener el terreno tranquilo. Si preferís un ataque por nosotros no hay problema, pero si aceptas un consejo tengamos la fiesta en paz.

 

Todos empezaron a sentir con frenesí.

 

-Pues acompañarnos.- Dice mi hermano cogiendo de la mano a Septune.

 

Me quedo en mi sitio, viendo como pasan cada uno de ellos. Cuando pasan cerca de mi agachan la cabeza sin decir una palabra. Me imaginaba que esto iba acabar así la verdad.

Decido entrar detrás de ellos.

 

-Lavinia- Dice esa voz que no quería recordar.

-¿Qué quieres?- Digo sin mirarlo.

-Siempre fuiste así, alguien tan superior?

-Lo dudas?.- Dije girandome para mirarlo a los ojos.- Esque ahora que sabes como soy te arrepientes.

-Yo-oo-o…...lo siento.- Dice agachando la cabeza- Nose lo que me paso, mi instinto animal me pudo y no sup……

-Ethan no me vengas con esas estupideces.- Dije furiosa pegándole con mi dedo en su pecho.- Tu lo hiciste aposta porque me negue a dejarte meterte entre tus piernas, mi puñetera primera vez fue con una maldita bestia, sabes lo que se siente, sabes lo que hiciste, me dejaste una maldita semana joder, desnuda sin comida atada a un arbol y yo como una maldita estupida espere por tu perdon, ya que mis padres me decian lo bonito que es tener a un alma gemela, pero tu nada mas pudiste, me pegaste la patada. Me marcaste sin mi consentimiento, sabías que eso es algo irracional en la raza licantropa, rechazas a los débiles y a otros seres. Tu no sirves para ser líder.

-Lavinia, lo siento, me equivoque vale. Me enseñaron desde muy pequeño unos valores y esos valores los segui, crees que no me sentí lo suficientemente culpable por lo que te hice cada noche.- Él intenta encontrar mis ojos pero yo se los apartaba.

-Si sobre todo estando entre las piernas de esa zorra.- Le dije enfurecida.- Nunca te preguntaste que con el dolor que me causaste no había muerto, nunca, en serio Ethan. Una humana normal hubiera muerto por todo el sufrimiento. Mi corazón no podía más, escupía sangre cada hora del día por tu maldita infidelidad.

-Debes volver a ser mi Luna pequeña.

-NO ME LLAMES PEQUEÑA EN TU VIDA, NO SOY NADA PARA TI!- Dije enfurecida.

 

Me gire rápidamente para pasar los muros e ir a mi cuarto y poder llorar sin compasión, porque me hacía sentir así.

 

-¿Cómo se llaman?.- Escucho de repente.- Ellos como se llaman?

-No te importa.

-Si me importan, son mis hijos, tengo el derecho de saber de ellos.

-No los mires, no los toques, no les hables y no te acerques a ellos. Dejaron de ser tus hijos en el momento que dañaste a su madre y la rompiste en mil pedazos.- Dije con ganas de llorar.

-Lavinia, puedo hacer lo que quiera, son mis hijos y si me los tengo que llevar conmigo para que se críen como una manada lo are, te guste o no y tu vendras igual.

-Escúchame bien.- Dije volviéndome para mirar a los ojos.- Si te atreves a tocarlos lo más mínimo, me oyes lo más mínimo, tu como tu asquerosa familia, os arrancaré los ojos y corazones y me los comeré en un estofado, me has oído. No sería ni la primera ni la última vez que me como a un licántropo.

 

Dije con rabia y me marché.


 



#480 en Fantasía
#2289 en Novela romántica

En el texto hay: dioses, mates, amor d

Editado: 24.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.