Unos me miran con terror, otros me miran con admiración y otros solo intentan esconderse para que no los fulmine con mi mirada. Se como se sienten cada una de esas personas, siento en mi sistema como cada una de las personas temen mi persona.
-Amor relajate.- Me dice mi madre- Tranquila mi vida, los estás asustando, debes hablar con conocimiento a tus futuros súbditos, así lo único que vas hacer es implantar temor en vez de darle los valores necesarios para conocerse mejor. Lavinia eres una futura reina nunca debes empezar con la fuerza para hacerlos entrar en razón, primero es entenderlos y si a las últimas no puedes con ellos debes utilizar la fuerza.
-Lo siento mama.- Digo volviendo poco a poco a mi forma original.- Se me fueron los estribos.
Término de transformarse y aliso mi vestido con mis manos firmes. Mis ojos han cambiado a negros y mis colmillos solo se han disminuido un poco siguen dando su presencia para imponer al resto de personas en la sala. Los miro a todos en la sala y decido hablar.
-Siento porque se me fueron los estribos, pero estos estribos será lo que veréis cuando no seáis irracionales a lo que os indique. Estoy siendo totalmente sincera con mis ideas, debéis respetarlo y si no me consideráis una superior nunca recibiréis ayuda de los dioses. Hay razones por las que desaparecimos de la faz de la tierra sin ofreceros nuestra ayuda, pero yo no soy la que debe dar esa explicación, sino mis padres, los que todavía son reyes encima de vosotros.- Digo suspirando y tocando mi cabeza con mi mano.- Os advierto de algo, nunca pero nunca pronuncies a mis hijos en vuestras sucias bocas, ya que ellos no tienen nada que ver en esta lucha. Yo decidí por mis razones que mis hijos solo me pertenecen a mi y a nadie más, él- Señalo a Ethan.- Nunca se ganó ser padre de sus hijos. Ahora salir todos, mañana he decidido que habrá entrenamiento intensivo, quiero ver lo preparados que estais para defender a vuestra gente y recibiréis la explicación de mis padres sobre porque motivo os abandonaron.
Me muevo de mi lugar y rodeo la puerta para salir fuera. Paso al lado de Ethan y me paro.
-No querías hablar, pues nos vemos en la laguna del bosque a medianoche, no tardes sino me marcharé.
Decido retirarme a la habitación de mis hijos. Cuando entro ellos están observando la luna desde la ventana.
-Mis pequeños aún no se fueron a dormir.
-Mamá, ¿quién era él?- Dice mi hombrecillo.
-Quien mi amor?- Me hago la despistada.
-Ese hombre lobo, mama olemos a el.- Dice Alana con decisión.
Suelto un suspiro cansada de como le digo a mis pequeños una verdad tan escondida en mi corazón para que no les dañe la mente.
-Porque Preguntáis cuando ya sabéis la respuesta mis amores.- Digo con tristeza.
-Mama enserio él es nuestro padre.- Dice mi diablillo.
-Si- Digo sincera.
-Mamá quiero saber más de él, porque no quieres que los conozcamos.- Dice mi princesita.
-Hay cosas que es mejor que se queden en la oscuridad del corazón y cuando sean mayores decidir por vosotros mismos.- Digo mirándolos con amor.- Queréis conocerlo, hablar con él y valorar lo que vosotros queráis.
Ellos asienten con la cabeza, nose si me arrepentiré de esta decisión, pero creo que deben decidir por ellos mismos qué camino deben decidir para su futuro. Se posicionan al lado mío y me cogen cada uno una mano. Nos encaminamos al bosque con decisión, se que es lo mejor que estoy haciendo pero no quiero que sufras como sufri yo. Sé que él no se merece su perdón como padre, ya que después de todo lo que me hizo no vino ni a pedir un perdón de todo el dolor que nos hizo, a ellos como a mi.
Vamos llegando al lago, siento su presencia, me eriza la piel y mi cuerpo se pone inquieto. Mis hijos huelen su aroma curiosos para acercarse un poco más a él.
-Mis niños quiero que seáis racionales con vuestras preguntas y decisiones.- Dije agachandome para mirarlos.
Ellos solo asienten con la cabeza y dan firmeza a sus manos apretando las mías. Doy el último paso y él nos observa sorprendido, sus ojos empiezan a brillar con ganas de salir sus lágrimas al vernos a los tres juntos, pero no me voy a doblegar a su decisión cuando a él le dio igual mi dolor.
-Ellos……- Dice entrecortando.- Ellos son mis hijos?- Pregunta dudosa.
-Si.- Le indico con una mirada.- Niños se pueden acercar a él si quieren.- Les digo a mis niños.
Ellos se acercan a él oliendolo con precaución, desde pequeños se les enseñó momentos de lucha y defensa. Antes de acercarse observan el terreno por si es seguro, sus instintos salen a flote solo para que no pase nada. Se acercan un poco más y él se agacha a su altura, ellos lo tocan para sentirlo, pero es en ese momento que me doy cuenta lo que hacen. Se separan de él bruscamente.
-Como pudiste!- Grita Alana con odio.- Supuestamente debes amarla, así nos creaste, con violencia y odio.
El la mira sorprendido, que una niña de cinco años que supuestamente es tu hija y sabe que eres su superior te plante cara no es lo más normal en un lobo. Me acerco rápidamente a ellos y los cojo antes de que se lancen encima de él.
-Que está pasando?- Dice Ethan preocupado.
-Leyeron tu mente.- Dije segura de mis palabras.- Con solo tocarte supieron todo sobre ti.- Miro a mis hijos.- Yo no os he enseñado eso, sabéis que leer la mente sin consentimiento de una persona está mal.
Me miran asustados sabiendo que estoy enfadada con ellos, nunca les permiti hacer lo que han hecho.
-Nunca volváis hacer lo que habéis hecho, hablaremos con él en otro momento, ahora iros a dormir sin explicaciones.
Agachan la cabeza asintiendo y alejándose de nosotros, no me pasa desapercibida las miradas de odio que le echan a su padre, nunca pensé que fueran capaces de investigar por ellos mismos la situación, pero esto me duele más a mi que a ellos. Quería que estuviera oculto hacia sus ojos, aunque fueran muy maduros solo son niños que no debían saber las razones de su nacimiento, pero esto pasa mis limites.