Narra Ethan
Me siento derrumbado por las duras palabra de Lavinia y la personalidad de mis hijos, mis ojos quieren derramar las lágrimas que avisan en salir y mi corazón duele como si me hubieran clavado miles de dagas en él. Me arrodillo en el pasto del bosque y es cuando exploto y no aguanto más, mis lágrimas salen sin control, un alpha llorando para mis padres esto es una deshonra, pero no aguanto más este dolor. Como puede ser posible que pueda sufrir tanto por solo unas personas, nunca me enseñaron que era este sentimiento, me dijeron siempre que debía elegir lo mejor para la manada, pero mi elección fue la peor de todas, ya que puse antes las malas enseñanzas de mi padre encima de mis propios sentimientos y problemas.
Después de todo el dolor, me dado cuenta que amo a esa alocada chica, que amo su forma de hablar, amo su forma de moverse, amor todo de ella hasta sus locas transformaciones, pero me resigno a creer que ella me abandone asi como asi, ella es mi Luna, la que debe mandar en mi manada. Debo devolverle es puesto como tal, aunque mi vida dependa de ello.
Me levanto del suelo decidido a cambiar mi vida completamente y dar lo mejor de mi para que ella vuelva a mi y que mis cachorros me perdonen por los errores que cometió hacia su madre. Veo el amor puro que le tienen, como la defienden, se que darían su vida por ellos y por eso me enorgullezco de ser el padre de ellos. Sé que esa personalidad es de ella, prefiero que se parezcan más a ella que a mi, ya que ni yo mismo tengo voluntad propia en mis propias decisiones.
Camino por el bosque hasta que llegó al castillo, entró sintiendo como mi espalda pesa dirigiéndome a mi habitación asignada. Huelo ese olor que he ido despreciando a raíz del tiempo, ese olor que cada vez que me acerco a ella me dan arcadas. Vanessa.
Abro la puerta con sumo cuidado, por si esta durmiendo no despertarla, no quiero encararla, no quiero verla, mañana la rechazare y la echaré de mi lado, no pienso consentir que mantenga un puesto que no le pertenece.
-Mi amor!- Dice con su voz estridente, que mala suerte la mia.- Ven a la cama te estaba esperando, vamos a demostrar que podemos tener nuestros propios cachorros.
-Vete.- Esa palabra sale sola de mi boca.
-Como has dicho?
-Dije que te fueras, no quiero estar a tu lado un segundo más de mi vida, esto se acabó Vanessa.- Mis palabras son frías y con firmeza.
-No puedes hacerme esto Ethan, rechace a mi mate por ti.- Dice con agonía.
-No mientas, rechazaste a tu maté porque era un simple omega y no querías nada con él, yo no te puse una pistola en la cabeza para rechazarlo, tu decidiste por ti misma que no querías nada a su lado, no es mi culpa.
-Por qué me haces esto? Soy la Luna de la manada Ethan.
-Ya no eres nada y nunca lo fuiste. Vanessa quiero hacer las cosas bien y tu eres una piedra en mi camino, te quiero fuera de mi vida y de mi manada, se acabó todo este teatro. Tu y yo sabemos que lo nuestro fue de mal en peor desde que Lavinia desapareció de mi vida, sabes que te utilizaba para hacerle daño por pensar que era humana, por seguir unos valores que no valían la pena. No me digas que no te arrepientes de haber rechazado a tu mate, no me mientas cuando te digo que preferiste antes estar conmigo y sentirte vacía o estar con él y poder tener cachorros alrededor tuyo corriendo.
-Ethan yo elegí estar contigo, nunca sentí la necesidad de estar al lado de él, yo si te amo de verdad solo puedes estar contigo.
-No volveré a estar contigo nunca más Vanessa, esta noche puedes dormir aquí, pero cuando vuelva no te quiero en mis aposentos.- Dije pegando un portazo al salir.
La oigo gritar mi nombre, pero no pienso volverme y apiadarse sabiendo que una de esas personas que me comieron la cabeza fue ella, debo arreglar mis errores y esta es una de las únicas formas de estar en paz al menos conmigo mismo.
Subo las escaleras a lo alto del castillo encontrándome a Kendall ayi.
-Por lo visto ya le pegaste la patada a esa arpía por fin.- Dice con una sonrisa.
-Si, ahora me siento bien. Quiero recuperar a Lavinia y debo empezar a echar a esa persona primero de mi lado.- Quiero sentirme convencido de que conseguiré que vuelva a mi.
-Tu idea es muy buena, pero no deberías hacerte ilusiones de que vuelva a ser alguien para ti.- Lo miro con ganas de que diga más, mientras él suspira.- Lavinia es diferente al resto de la familia. Tiene las ideas claras y concretas, sabe asimilar situaciones peligrosas y dar soluciones sin pensar. Ella es la menor, pero fue nombrada heredera por algo. Mi cuñado y mi mujer decidieron por sí mismos rechazar el trono, no querían tener una carga más en sus hombros, con lo que eran les bastaba. Mis suegros pensaron que deberían ser reyes hasta la eternidad, hasta que de repente Lavinia vino al mundo dando alegría y un nuevo futuro.- Dice mirando a la luna.
-Se que ella es única, nunca pensé que fuera tan buena en los suyo.- Estoy convencida que sabe llevar un reino sin poner sus nervios en el tablero.
-No es única, es auténtica, su esencia es pura algo muy difícil de encontrar hoy en día, ella no opuso resistencia cuando se le asignó que debía hacerse cargo del reino, decidió que era lo más lógico y a llevado los dos reinos a flote. Sabes lo que es conseguir que unos demonios te hagan caso, no lo sabes bien y ella lo consiguió solo hablando. Ella convenció a toda esta gente a convivir unida, porque unida el poder es más fuerte y hasta ahora lo ha demostrado con valores.
Me siento afortunado de que ella sea mi mate, pero me asusta lo que ha dicho Kendall, ella tomó sus decisiones y no hay nadie que la cambie.