Después de horas de combates, creo que hemos demostrado lo suficiente que nosotros solos podemos con todos. Ethan es el único alpha que no ha luchado, pero decido que yo seré quien me enfrente a él. Tengo cuentas pendientes con este estupido.
-Solo quedan el alpha Ethan, ¿quien quiere enfrentarse a él?- Dice mi hermano.
-Él es mío.- Digo seria.
El entra en territorio de combate y se pone en posición. Piso el territorio y me dirijo hacia él, me pongo enfrente de él. Esta vez voy a pelear, no pienso dejarle pasar ni una.
Cuando veo que nos dan el visto bueno para atacar, sin pensarlo ninguno de los dos nos lanzamos uno contra el otro, esquivo todos los golpes que él intenta darme. Agarro sus dos brazos, me impulsó y le doy una patada en el estómago con fuerza, es el momento que suelto sus brazos y sale disparado. Si no los hubiera soltado los tendría en mis manos todavía. Voy corriendo a velocidad sobrenatural y me pongo encima de él. Empiezo a darle con mis puños uno detrás de otro sin parar en cualquier parte de su cuerpo. Se que los lobos pueden sanar rápidamente, pero no le doy tiempo a que se regenere de los daños que le estoy haciendo, pongo toda mi rabia en cada golpe sin parar.
-Esto es por mis hijos, esto es por todo lo que me has hecho, esto es por lo cabrón que has sido y esto es por mi.- y le doy el ultimo golpe.
Lo veo, está sangrando como un cerdo y no se nota si es él o otra persona. Me levanto de encima de su cuerpo, me giro y todos los clanes me miran con miedo y respeto.
-¿Por qué le has hecho eso?- Dice uno de los lobos.- Es tu mate.
-Un mate no maltrata, viola y miente a su pareja.- Digo oscureciendo los ojos.- Pensais que nosotros somos los malos, cuando aquí los únicos que os salvan los culos somos nosotros, porque crees que nos habéis extinguido. Soy los peores seres sobrenaturales del universo, por eso dejamos de daros nuestra ayuda, nunca respetaste a los otros seres. Nos cansamos de ver toda vuestra repugnancia entre vosotros y por eso decidimos de que vosotros solitos os salvaréis el culo. Fueron las decisiones de mis padres, pero si no cambiais ese pensamiento tan estupido tambien sera mi decisión y os aseguro que la mía será mucho más dura que la de ellos.
Todos me miran con respeto, ya era hora que me vieran como tal, deben respetarme, soy su superior y tienen que tenerme un respeto.
Miro hacia atrás, donde Ethan se está recuperando poco a poco y se intenta reincorporar.
Una sensación extraña recorre mi cuerpo y miro hacia la colina automáticamente.
-Alguien se acerca.- Dice Danae, cerrando los ojos.- Vienen un grupo de diez personas rápidamente.
-Lo se.- Digo concentrada sin saber quiénes son.- ¡TODOS ENTRAR AL CASTILLO!- Grité sin miramientos.
Veo como no se quieren apartar, más vienen se ponen en plan de ataque, esque esta gente es tonta o que. Ellos no tendrían la oportunidad ni de acercarse a ellos para arrancar alguna cabeza.
Yo y mis hermanos nos ponemos delante de ellos protegiendolos, es ahí donde me fijo que vienen rápidamente volando. Cuando ya están enfrente mío me doy cuenta de quién son.
-No me jodas- Dice Adriá.
-¿Qué hacéis aquí?- Preguntó con reticencia.
-Tenemos que hablar.- Dice un señor con apariencia de cincuenta años.
-Yo no tengo nada que hablar contigo Aaron.- Digo seria.
-Pero si!- Suelta alguien detrás de Aaron.
Sale un chico joven, más o menos de mi edad detrás de el, nose quien es, me mira como llamándome, con una atracción que nunca había sentido, ni con Ethan. Mi corazón empieza a bombear rápidamente sin sentido alguno.
-De que tienen que hablar- Dice Danae.
-De que ella.- Me dice señalandome.- Es mi futura reina, ella es mi alma gemela.
Vale esto no puede estar pasandome a mi.