Narra Ethan.
Mi corazón duele, me siento miserable ahora mismo, se que tengo la culpa de todo lo que estoy recibiendo, pero sigo sin entender cómo puede tener más mates que yo. Diosa Luna se que me odias por todo el daño que le hice pero esto es demasiado para mi, me tienes que castigar de esta manera, perdiendo todo lo que en algún momento debí amar.
Hoy tenemos una reunión que Kendalla a formado con todas las manadas para saber la situación, se que nos va a dar más de un ultimátum, se que se ha cansado de nuestros comportamiento, no respetamos lo que él considera familia y eso aunque intente que no se note, en su semblante cada vez que hacen comentarios respectivos casi nos arranca la cabeza a más de uno.
Me dirijo a la sala donde Kendall nos a dicho de reunirnos, entro y veo la confusión en la cara de todos ya que es una sala bastante lujosa, con solo decir que es una sala de la que ninguno de aquí estaría acostumbrado y nosotros normalmente vivimos en lujos por las empresas y el dinero que ganamos. Se nota que esto es de la realeza.
Veo a mis padres al fondo de la sala y me dirijo allí.
-Hijo sabes más o menos de lo que trata esto.- Dice mi padre bastante nervioso.
-No tengo ni idea, solo sé lo mismo que te han dicho a ti.- Digo interesado también en lo que va pasar.
Cuando veo que todos ya estamos en la sala Kendall entra con un portazo y aparece la hermana de Lavinia detrás de él, se nota que es superior a nosotros su porte y su forma de ser se nota bastante diferente a la de Kendall.
Caminan y los tacones de ella se oyen en el suelo a la ora de pisar ya que la sala está completamente en silencio. Kendall y ella se giran y nos miran a todos intimidarnos con los ojos.
-Me alegra que hayan venido todos sin replicar, la verdad es que es un alivio no tener que pelearme con más de uno y arrastrarlo hasta aquí.- Se nota en todo su cuerpo la mala vibra.
-¿Qué hace ella aquí? .- Dice una de las Lunas de alguna manada.
-Ella es vuestra Luna suprema, le debéis respeto- Dice Kendall sin más.
-Una bruja siendo la Luna suprema, que verguenza.- Dice otra Luna.
Veo como Kendall se está poniendo de los nervios y lo va soportar poco esta situación, pero de repente se relaja cuando ella posa su mano delicadamente encima de su hombro, se nota que ella no pierde los nervios tan rápidamente o mejor dicho le han enseñado a dar miedo sin tener que infringir ese terror a la primera vista.
-Me llamo Danae no esa ni ella.- Su posición es estricta.- Sé que no es tan fácil aceptarme como vuestra Luna suprema, pero yo a vosotros no os tengo que pedir permiso ninguno para infringir mi papel, ya que fue vuestra Diosa la que me eligió.
Todos la miramos por esas palabras, impresionados que nos plante cara a todos nosotros.
-Hoy estamos aquí para dejar las cosas lo suficientemente claras ya que más de una persona aún no se ha enterado de la situación que debemos afrontar los licántropos delante de Lavinia, ella no os habrá dicho nada, pero vuestra maldita falta de respeto hacia ella me está cansando. - Kendall está defendiendo a Lavinia como si fuera un verdadero hermano.- Lo único que habéis hecho es criticar y hablar mal de ella cuando ni vosotros mismos sabéis cómo llevar una manada.
-No conocéis a mi hermana y solo sabeis sacar basura de vuelta boca, ella desde muy pequeña a sabido manejar un reino y vosotros que sabeis del mandato cuando solo pensáis en vuestro culo.- Danae está enfadada se nota en sus palabras.- Enserio intentais despreciarla cuando os ha salvado a más de uno el culo con vuestras avaricias, pero se acabó, ahora las cosas van a ser de otra forma sobre todo siendo yo vuestra Luna suprema, empezando a revisar cada una de vuestras manadas y la injusticia que tenéis en ella.
Se que más de un Alpha está asustado, saben de lo que es capaz Kendall de hacer cuando castiga a una manada, solo me acuerdo de aquella manada que desapareció por no seguir sus órdenes, la mayoría de los lobos se convirtieron en Rogers y a cualquier manada nos da miedo acabar como aquella.
Kendall y Danae salen de la sala con la cabeza en alto, ya dijeron lo que quisieron decir y la advertencia que querían darnos fue más que suficiente para todos.
Salgo de la sala dirigiéndome hacia la puerta, hoy empiezo a pasar mi tiempo con mis hijos, debo recuperar su confianza y poder a raíz de ellos conseguir que Lavinia vuelva a mi lado, ser una familia feliz.
Veo desde lejos como estan con ese demonio asqueroso y me acerco rápidamente a ellos, me miran mal y vuelven a posar su atención en el demonio.
-Me gustaría hablar contigo.- Suelto sin pensar.
El me mira como si me hubiera salido otra cabeza, hasta él le ha extrañado que le dijera que quiero hablar con él, normalmente voy a los puños pero él me implanta bastante miedo y sinceramente no quiero que me de con su gran puño en la boca.
-Claro.- Dice con duda dejando a mis hijos en la puerta y saliendo conmigo al exterior.- ¿Qué quieres hablar conmigo?.
-Me gustaria saber que tipo de relación tienes con Lavinia.- Pero qué cosa más absurda acabo de decir, él levanta una ceja con bula.
-Enserio me estas preguntando eso.- Resopla.- Ok si te parece bien te resuelvo la duda. Yo soy su pareja.- Pone una mano en frente cuando ve que estoy apunto de replicar.- Aber antes de que hables te voy a decir, yo pase una ruptura con ella y casi muero por no tenerla. Lavinia no es un juguete que puedes hacer lo que se te venga en gana con ella eso si que no lo permito, porque yo la he visto sufrir por tu culpa y por eso se que no me voy a partir, para mi ella es mia y de nadie más. No me vengas con lo de las almas gemelas, por que por suerte o por desgracia los demonios carecemos bastante de eso y por último todo el mundo cree que estoy con ella por su corona y su trono, pero no es así, yo fui rey del inframundo, me echó de mi trono y la rabia que tuve hacia ella fue inmensa. Pero esa rabia fue porque me enamoré a primera vista de ella, me da igual como si viviera en la mismísima miseria la seguiría amando el resto de mi existencia Ethan.