Ethan me mira sorprendido, se que ni él mismo se cree que haya ido a buscarlo, una sonrisa se pone en su rostro y sus ojos se iluminan como nunca los he visto.
-Claro.
-Sigueme.- Le digo.
Subimos las escaleras y nos metemos por un pasillo que está lo suficientemente escondido para que nadie se fije en él. Veo las grandes puertas doradas y negras del final del pasillo y entramos a mi despacho. Ethan mira todo sorprendido, los cuadros, las lejas con miles de fotos de los mellizos, cada detalle de los muebles, las grandes estanterías llenas de libros y por último la gran ventana donde podemos observar por una parte el inframundo y la otra parte el pueblo.
-Eso es de verdad o es algo tecnológico?- Miro hacia atrás y suspiró.
-Es de verdad, piensa que soy reina en dos mundos diferentes y debo vigilarlos este donde este, mi despacho es el que viaja entre los dos mundos, puedo entrar por un mundo y salir en otro si lo deseo.- Le explico.
-Nuestros hijos conocen el otro mundo?- Pregunta dudosa, donde yo le respondo con una risa.
-Nacieron en ese mundo.- Digo feliz.- Sabes desde que estaban en mi vientre siempre estaban mucho más tranquilos aquí, en el inframundo, siempre pensé que era una tontería pero luego me di cuenta que no, ellos mismos eligieron donde nacer.
-Creo que fue peligroso, podrían haber muerto Lavinia.- Está serio.
-Nunca hubieran muerto aquí, al lado de los suyos.- Gire a verle.- Ethan debes de comprender una cosa fundamental y es que ellos no solo son lobos, son superiores a ellos, también son parte de mi, carne de mi carne y sangre de mi sangre. Si a uno de ellos dos les hicieras un corte su sangre no es roja, pero tampoco negra, como padre debes entender que son una mezcla y nunca serán solo lobos.
-Desde que los encontré, desde que supe de su existencia mi felicidad aumentó, pienso que tengo algo por lo que luchar día a día.- Mira la ventana del poblado con nostalgia.- Se que te hice daño, se de mis errores, pero tambien se que eres mi mate, mi pareja eterna, aunque no lo creas todo lo que hice también me daño ami aunque no le hice caso a las advertencias ni de mi lobo ni de mi cuerpo. Mi lobo dejó de hablarme en el momento que te deje en aquel bosque desamparada, me dijo que había perdido a su alma gemela por culpa mía, pero de repente los vi a ustedes en la entrada del poblado y mi lobo resurge entre las sombras para volver a sentirte.- Gira y me mira a los ojos.- Se que no tengo excusa, se que no merezco un perdón de tu parte, sé que debería estar pagando mis errores como cualquier ser viviente, pero también sé que soy demasiado orgulloso para admitirlo, puede que sea estupido pero mis celos me impiden que tu estes alado de otra persona que no sea yo. Cada vez que te veo con Luca siento como una espina me atraviesa el corazón poco a poco sin descanso, es horrible, cuando dijiste que el vínculo lo rompiste pensé que no sentiria todo este dolor, pero lo siento y es cuando me di cuenta que ese vínculo en verdad nunca se rompió lo único que hizo fue desaparecer en el exterior, pero dentro de ti tu sigues siendo mía aunque no te merezca.
Suspiro y agacho la cabeza, no se que decirle, se que a expresado sus propios sentimientos y me siento totalmente agradecida por esto, nose lo que siento, es algo extraño, pero debo reconocer que sus palabras llegaron dentro de mi. Me dirijo hacia mi silla y me siento en ella dándole la cara.
-Sabes que con un lo siento no arreglará nada verdad?- Le digo sin piedad.- Puede ser que ahora sientas esto, pero te aseguro que si fuera humana seguiría en ese maldito bosque abandonado por ti para que me comieran los animales.- Agacha la cabeza.
-En mi familia me enseñaron que los humanos son seres inferiores, que hace años nos cazaban, mataron antepasados nuestros para sentirse superiores. Mis padres me enseñaron que debes hacerles pagar por todo aquello que nos hicieron, por esa razón fui tan duro contigo, pensé que era injusto que la diosa luna me pusiera a una mate como humana, pero me arrepiento cada maldito dia de mi vida de mi error.- Sé que es sincero, su corazón lo demuestra, pero es demasiado tarde para arrepentirse.
-Sabes por que me camufla como humana.- Me mira curioso.- Fue la condición que me dieron mis padres para poder ir a una universidad y tener una vida normal durante un tiempo, antes de coger este cargo. Siempre pensé que los humanos tenían una bonita vida, porque todo para ellos es fácil, no tenían cargas como yo, podían hacer lo que querían, socializar con todo el mundo, pero cuando entre a esa universidad a esa maldita universidad mi sorpresa fue que seres como tu los trataban como esclavos, como recibir golpe tras golpe dejándolos en la enfermería, por eso me negué a decirte mi identidad, queria saber de lo que eras capaz de hacer solo me decepcionaste.- Empiezo a recordar momentos en la universidad.- Una de las veces que me quedé hasta tarde en la biblioteca de la universidad para un trabajo empecé a oír unos gritos desde los vestuarios de las chicas, corrí hacia allí sin fijarme en nada, cuando llegué no me podía creer lo que estaba viendo. Unos malditos lobos de tu manada intentaban abusar de una humana sin control. La pobre iba dañada de mordeduras y arañazos, en ese momento no lo dude, les arranque el corazón a cada uno de ellos y me los comí para que nunca pudieran encarnar a ella solo le borre la memoria.
-Fuiste tu….- Me mira sorprendido.- Tu los mataste!- Se levanta de la silla.- DEBERÍAS HABERLOS TRAÍDO A LA MANADA PARA QUE HUBIERAN SIDO JUZGADOS!-Me grita enfadado.
-Crees que con los pensamientos de tus padres podrían haber juzgado a esa cuadrilla de ineptos.- Le digo tranquila.- Crees que con tu pensamiento hubieras aceptado un castigo para ellos.- Lo miro a los ojos.- Lo siento, pero a otra con ese cuento yo al fin de cuentas no soy tan estupida. Acuérdate que soy reina del inframundo y diosa de la guerra y la muerte, puedo elegir perfectamente su castigo y ni tu ni nadie me podrian decir nada.