-Jaqueline estate quieta tu padre y hermanos nos están esperando, contra más tarde más desesperados estarán esos trogloditas a los que les llamamos familia.- Le digo a mi pequeña terremoto de dos años.
-Mama...mama...mama- Me dice ella extendiendo sus pequeños bracitos.
-Si mi pequeña demonio ya nos vamos pero dejame abrocharse ese hermoso vestido, sabes que papá se le cae la baba cuando te ve tan hermosa vestida.- Le acaricio esa carita redondita tan parecida a él. Pero si parece que la echo el solo en vez de hacerlo conmigo, yo creo que la mayoría piensa que su madre es otra en vez de yo.- Mi amor eres tan hermosa.
Después de 4 años, me di la oportunidad de tener a otro pequeñín en mi vientre y nunca me arrepentiré de haberla tenido. Mis pequeños gemelos se están haciendo grande y cada vez se hacen más independientes de su madre, como pueden ser tan malos, hasta se van solos de un reino a otro, eso si adoran a su hermana pequeña, el amor que le procesan es inigualable y hermoso, y ya no hablemos de mi esposo que lo adora a todos, con solo deciros que los encapricha todo lo que puede y más.
Salí de la habitación y bajó las escaleras. Cuando ya estamos vamos al gran salón, tenemos una cena, me puse un vestido suelto, ni muy largo ni muy corto, dando la galantería que se merece una reina.
-Mi amor estáis hermosas.- Me dice Luca cogiendome a Jacqueline de mis brazos.- Y está demonio hermoso cada dia estas mas preciosa mi niña.- Le da un beso en sus gruesos mofletes.
-Gracias hice un buen trabajo creandola.- Le digo con sarcasmo.
Luca se acerca y me da un beso en los labios, después de todo lo que pasó, por fin fuimos felices el y yo sin ninguna dificultad, hay gente que pensó que volvería con Ethan, pero después de todo lo que paso, sabíamos que juntos nunca podríamos estar, había muchos recuerdos dolorosos para estar juntos y yo amaba demasiado a Luca para estar con Ethan. Su manada al principio no aceptó el rechazo, pero con el tiempo se acostumbraron, más aún encontró otra mate, que es loba por supuesto y tienen un hermoso bebe de 2 años igual que Jaquelin. La verdad me llevo bastante bien con ella, nunca pensé que sería tan simpática, creo que aunque fuera loba ser una omega afectó bastante a la manada pero como yo siendo una superior para todos aceptaron mi decisión y mi alegría.
Nuestros hijos aceptaron todo sin rechistar, al fin de cuentas vivieron muchos años sin él, vernos separados no es ninguna complicación para ninguno, solo van de un lado a otro cuando quieren sin peros.
-Cariño vamos, nos estarán esperando.- Me dice Luca al lado mio.
-Dónde están los dos monstruitos?
- Esperándonos en la cena, sabes que desde que dominan la magia hacen bastantes cosas, que yo a su edad ni sabía ni quemar una hoja.
-Luca sabes que no me gusta que utilicen sus poderes para lo que quieran y lo sabes.
-Ya pero son igual que tú cuando eres pequeña.
-Sabes que es mentira, ami mi poder vino a trazado y con una potencia descomunal asique no sigas por ahí.
-Cariño no te preocupes ellos estarán bien en mi vida.
Me coge desde la cintura y nos dirigimos hacia fuera donde Danae ha preparado un portal para poder trasladarnos al lugar de la cena.
-Llevar cuidado tortolitos.- Nos dice a los dos con una sonrisa picara.
Cuando llegamos al lugar indicado, el cuerpo se me eriza ya que llevo muchos años sin pisar este lugar y nunca pensé que lo volvería a pisar de nuevo.
-Bienvenidos a mi manada.- Dice Ethan saliendo de su gran mansión.
-No se si es buena bienvenida o mala siendo sincera.- Le digo con gracia.
-Olvidemos el pasado y miremos el presente.- Dice él con su hijo en sus brazos.
-Pero que grande que está el pequeño Daril.- Digo acercándome al niño.- Pero que ojos tan bonitos iguales que a los de su mamá.
-Muy graciosa pero aquí todos saben que es parecido a su padre y no amí.- Dice Claudia su mujer saliendo detrás de Ethan.
-Amor sabes que no es verdad.
Entramos a la gran casa riéndonos para comenzar la cena. Mis otros dos diablitos se encuentran en la mesa, nos acomodamos todos, cenamos con risas y contando anécdotas graciosas. Y es ahí que por fin me doy cuenta que aunque dos personas por pecados que han cometido se separan pueden darse oportunidades diferentes donde pueden llegar a ser feliz las dos partes.
FIN.