Enseñar a Amar

Capítulo 3: Decisiones

 

A pesar de que, para mí, ya le había dejado claro las cosas a Raúl, no me dejaba de acosar, aunque lo bloque e incluso cambie mi número de teléfono, no sé cómo logró conseguir mi número nuevo, era cientos de mensajes de textos y de voz que dejaba diariamente, ya había pasado dos meses desde la última vez que lo vi, pero él no me deja de buscar, en ocasiones me oculto e incluso el conserje lo amenaza con llamar a la policía, pero es más terco que una mula, y presiento que esto ya me está perjudicando, en mi vida laboral.

(Sala de reuniones de los profesores)

─ Estimados colegas, pronto vendrá el festival del día de las Madres, los grados primero, segundo, tercero y cuarto; presentarán números de variedad, quinto y sexto estarán a cargo de la organización, maestra Maya y el maestro Luis, les encargo el presupuesto.

─ Por supuesto, maestro, cuente con nosotros ─ respondió Luis.

─ También les recuerdo que hay que preparar un refrigerio para las mamás, por lo que se trabajará con el comité de padres de familia.

─ Bien, maestro, yo me encargo de eso.

─ Bueno estimados colegas, creo que es todo, ya puede regresar a sus aulas, maestra Maya puede esperar un momento.

Todos mis compañeros salieron, y yo me quede porque así me lo pidió el director.

─ Dígame, profesor

─ Maestra, supe por ahí, que hay un caballero que la hostiga, necesitas ayuda.

─ Si, no lo puedo negar, profesor, incluso ha venido a buscarme en múltiples ocasiones a la salida, pero yo deje en claro, que nuestra relación termino.

─ Maestra, si gusta puedo hablar con el inspector escolar, para que te haga un cambio de escuela, quizás de ese modo el caballero entienda que usted, ya no desea entablar ningún tipo de relación con él.

─ Profesor, si esto es un conflicto con mi trabajo, estoy dispuesta ir a donde la inspección me mande.

─ Maestra, usted es un excelente elemento, no me gustaría perderla, por estas cuestiones personales, pero la verdad, algunas madres de familia comienzan a levantar rumores, que la pueden perjudicar y poner entre dicho su honorabilidad.

─ Si, es así profesor, entonces quiero que haga los trámites correspondientes para mi cambio.

─ Entonces si usted está de acuerdo y está dispuesta ir a donde sus servicios sean de utilidad, la inscribiré en el programa de “Profesores Rurales”, claro está que solo será una breve temporada mientras que este caballero la olvida.

─ Se lo agradecería, para mí, sería un honor ir a esos lugares donde la educación me necesite.

─ Quizás, ahora como estamos finalizando el ciclo escolar, no se pueda, pero para el nuevo, se abra más las posibilidades.

─ Si, está bien maestro cuando esté disponible algún lugar, solo avíseme, pero por las visitas de mi Ex no se preocupe, yo hablaré con él por última vez.

 

Creo que la sugerencia del director, sería la mejor opción, para poner distancia de por medio y que Raúl dejen de buscar, y mi oportunidad de iniciar una nueva vida, sin complicaciones.

 

*Diego*

─ ¡Papá!, papito, ya no quiero este colegio, yo quiero estar contigo y la abuela ─ era la súplica de mi hija Abril, claro que extrañaba mi niña, pero en el pueblo más cercano a la hacienda, no había escuelas, por esa razón ella tenía que estar internada aquí en la capital del estado.

─ ¡Cariño!, sabes que no te puedo llevar, en el pueblo no hay escuela para que continúes tus estudios allá, debes comprender eso.

─ ¡Papi!, es que solo te veo cada fin de mes, y solo por un ratito, es más prefiero quedarme burra y analfabeta que estar lejos de ti.

─ Hijita, muy pronto iniciarán las vacaciones, y entonces te aburrirás de nosotros.

─ No lo creo papi, si aquí de igual forma estoy encerrada.

─ Entonces, muy pronto vendré por ti, y eso de dejar la escuela lo hablaremos en casa.

─ Si, papi lo que digas.

Me dolía dejar a mi hija encerrada aquí en este colegio, pero no tenía opciones, salí del pequeño cuarto de visita, caminé por un pasillo, rumbo a la salida, cuando una de las niñas del colegio tropezó conmigo.

─ ¡Perdón!, Señor ─ se disculpó la chiquilla.

─ No te preocupes, pero no debería correr en los pasillos

─ Lo siento, señor es que ya voy tarde a clases, y si no llego la maestra me castigará.

─ Espera, ¿Que dices?, les castigan…

─ A veces.  

─ Dime niña conoces a Abril.

─ Si, es mi compañera, es usted su papá.

─ Si, dime, alguna vez la han castigado.

─ Señor, a todas alguna vez nos han castigado.

─ Vamos, te acompaño a tu salón, veré si te atreven castigarte.

La niña camino hacia el pasillo que conducía a su salón, tímidamente tocó la puerta.




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