Entre Armas y Rosas

Capítulo 4: "La calma luego de la tormenta"

Miré los papeles de la universidad sobre mi escritorio, quitándome los lentes y largando un sonoro suspiro. En los últimos dos meses solo me había enfocado en la universidad, porque en una semana recibiría mi titulo de Maestria en Administración de Empresas.

-Mai-dijo Nani asomándose por el umbral de mi puerta-Christian quiere verte

-Decile que estoy ocupada

-Ya lo hice pero es un chico insistente-dijo y salió de mi habitación cerrando la puerta a sus espaldas

-No tengo ganas de lidiar con él ahora-dije al aire frotándome la sien

La puerta se abrió de golpe dejándome ver a Christian entrar por la misma.

-No me voy a ir hasta que hablemos-dijo él una vez que quedó cara a cara conmigo

El pelinegro vestía una remera blanca junto con su preciada campera de cuero, unos jeans ajustados y unas botas estilo táctico, se encontraba frente a mi con los brazos cruzados sobre el pecho haciendo que sus pectorales se marcasen por debajo de su remera.

-Maia te estoy hablando ¿Me vas a seguir ignorando?-dijo nuevamente Chris

-Te dije que estoy ocupada-retruqué parándome de mi silla y quedando frente a el

-¿Por qué estas tan distante desde que se murió el siciliano? Ni que te importara realmente

-¿Me estas jodiendo no?-dije ya sin un gramo de paciencia

Increíble que los hombres tomen todo como les convenga.

-A ver si tanto te hubiera importado tu noviecito no te hubieras revolcado conmigo la noche antes de que lo mataran

Me di media vuelta dándole la espalda y tomé el arma cargada que tenia dentro del cajón. Volví a quedar de frente pero ahora con el arma en mis manos apuntado al medio de su pecho.

-Ándate de mi habitación-dije sin soltar el arma

-¿Qué haces loca? Bajá el arma y hablemos como personas civilizadas

-No Christian, ya te dije no tengo nada que hablar con vos, andate ahora mismo

Comencé a avanzar hacia él haciendo que salga fuera de mi habitación, Christian lo dudó unos segundos pero al final accedió a salir sin seguir rechistando.

-Listo ya me salí-dijo el levantando sus manos como en señal de rendido-Ahora ¿Podemos hablar?

-No. Ándate de mi casa-dije aún apuntándolo con el arma

Ya no lo quería ver, ni escuchar, estaba harta de él y de sus idioteces siempre hacia lo que quería saliendo impune y mi cabeza en estos momentos no estaba para ir detrás de él como una idiota. La adrenalina a flor de piel y la sangre hirviendo en la punta de mis dedos, donde se encontraba el gatillo, solo me pedían que le dispare, algo cuerda aún me contenía un poco pero como siguiera haciéndome enojar estaba casi segura que le iba a disparar. A paso titubeante, Christian bajó las escalera hasta llegar a la planta baja, yo por mi parte quede en el último peldaño de la escalera a escasos centímetros del piso.

-Maia ya está, baja el arma y hablemos bien

-¿De qué queres hablar Christian?

-¿Por qué estas tan distante? Me ignoras los mensajes, no me contestas las llamadas ¿Qué te pasa?

-¿Es un chiste no?-dije mirándolo a los ojos y el negó-Estoy cansada de vos y de tus mierdas Christian, venís a mi casa, me decís loca, juzgas lo que siento y me decís que emociones puedo sentir y cuales no

El pelinegro se quedo en silencio absoluto y con la mirada desorbitada, sin expresión alguna.

-No tenés derecho Christian, no estuviste ahí, tuve que elegir si vivía él o si vivía el resto del equipo, no me digas por quien tengo que llorar o por quien no-escupí con bronca mientras el me seguía mirando-¡Y SI! Te estoy ignorando y no te quiero volver a ver la cara, estoy cansada de ser la otra, cuantas veces me juraste que ibas a dejar a Jenna y te ibas a quedar conmigo, cuantas veces me dijiste que íbamos a estar juntos, felices, que solo me amabas a mi, que ella era puro show y yo te creí, te espere, porque me encantas y lo sabes, porque te amo con mi alma, porque daría mi vida por vos y lo usas en mi contra

Chris quiso excusarse pero lo corte y decidí seguir hablando.

-¿Que conseguí yo de todo eso? Que mientras me decías eso a mi, le proponías matrimonio a ella y yo me tengo que aguantar que me haga un papelón adelante de todo un hospital-mis ojos se comenzaron a nublar mientras que el nudo de mi garganta se agrandaba cada vez más-Pero lo peor de todo, que yo lo amaba con mi vida a Camilo y tú siquiera lo entendiste, jamás acepte estar contigo la noche anterior a la que el murió

Empuñé con fuerza el arma y le quité el seguro. La ira se iba esparciendo por todo mi cuerpo y ahora no había nada que me impidiera dispararle.

-Felicidades Christian Gardao, que seas extremadamente feliz con tu nueva familia-dije en tono sarcástico-Ahora desaparece de mi vida, no quiero verte nunca más

-La verdad Maia-dijo el hablando por primera vez en un rato largo-No puedo creer que hayas cambiado tanto por el maldito siciliano ese-dio un paso hacia adelante-No sabes como me arrepiento de que se haya muerto Camilo y no vos, prefiero que estés muerta antes de que sigas así de histérica




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.