entre cada mirada y cada café.

capitulo 13.

Lo que había hecho Daniel me hizo poner muchas cosas en duda. Marcos se había marchado de mi vida sin preguntar y este nuevo chico estaba haciendo mucho por mí.

— ¿Que estás haciendo? — le pregunte después de ver como actuaba.

—Simplemente es porque me gustas— dijo con sus mejillas enrojecidas.

—Como te voy a gustar si a penas me conoces— dije

El solo asintió con la cabeza quedándose un momento en silencio.

— ¿Sera que ya nos podemos ir? — dije rápidamente para escapar de aquella situación tan incómoda.

—Sí, vamos— dijo cambiando su expresión de una manera que no podía descifrar.

Tomamos el metro para ir más rápido, en todo el camino ninguno de los dos pronunció palabra alguna y eso de alguna manera me inquietaba un poco. Daniel usualmente no era callado y me preguntaba si algo le había molestado para cambiar tanto de actitud de un momento a otro. Sus ojos color miel me miraban pero él seguía
sin decir nada.

Ya faltaba tan solo una estación para llegar a mi casa, el tren iba velozmente así que en cinco minutos llegamos; cuando me iba a despedir de él me tomo de la mano bajándose conmigo del tren.

—Recuerda que dije que te acompañaría a casa— dijo de una forma muy dulce.

Los dos salimos del metro y caminamos un par de cuadras hasta mi casa, él era muy atento conmigo a pesar de que teníamos poco tiempo de conocernos.


Me pregunté ¿Qué pensaría Marcos si me viera en este momento con él? ¿Se molestaría? ¿O simplemente le daría igual?

—Ya hemos llegado a casa— dije tocando ligeramente su hombro.

—Sí, ya hemos llegado a tu casa— dijo dándome un beso en la mejilla en señal de despedida.
 

—Espera— dije cogiéndolo de la mano para que no se fuera—Gracias por traerme y por todo lo que has hecho por mi hoy, de verdad que estoy muy agradecida contigo.


—No tienes nada que agradecerme, ¿sabes por qué hago todo esto? — preguntó.

—Tal vez todo lo que dices es cierto, pero en estos momentos solo necesito a un buen amigo para conversar. ¿Quieres entrar y tomar una taza de café conmigo? — le pregunte con media sonrisa en los labios.

—Si quiero tomar una taza de café contigo, y si quieres solamente mi amistad lo acepto, así que entremos que hace frío.

Entramos a mi casa, la sala estaba echa una pena, tenía un poco de desorden esto me apenó un poco pero a Daniel pareció no importarle en absoluto.

—Está muy bonita tu casa— dijo tocando las paredes

— ¿Que estás diciendo? Si esto está hecho todo un desorden— dije riéndome a carcajadas

—Lo digo en serio— dijo sentándose en la mesa del comedor

—Ya preparo el café— dije caminando hacia la cocina

Daniel miraba todo a su alrededor pero también tenía la vista puesta en mí y eso me incomodaba un poco pero al mismo tiempo también me causo mucha gracia.


Mientras preparaba el café recordé a Marcos, y me dije a mi misma que debía olvidarlo.

El café lo deje un tanto fuerte y le coloque poca azúcar, me senté junto a él y puse las dos tazas llenas de café en la mesa.

Daniel se veía muy contento de estar conmigo compartiendo esa taza de café, su expresión me decía que en su cabeza seguía la idea de estar conmigo algún día.

Conversamos casi toda la noche, reímos hasta mas no poder pero llego la hora de despedirnos y que él se fuera a su casa.

—Que lastima que ya tengas que irte— dije con voz tenue, casi inaudible

—Opino lo mismo, otro día nos veremos, gracias por la taza de café

Al momento en que Daniel agarra sus cosas para irse, el timbre de la puerta sonó, me pregunte ¿quién podría ser a estas horas? Así que me acerque a la puerta junto con Daniel y para mi sorpresa el que timbraba mi puerta era Marcos, el hombre que amaba pero que me había dejado sin explicarme nada.

— ¿Sera que podemos hablar? — pregunta Marcos con un tono de voz desesperado.

—Creo que es mejor que te vayas—digo

— ¿Acaso me estas echando de tu casa por culpa de este idiota? ¿Dime que hace el aquí? —dice muy molesto

Daniel no soporto que él se expresara de esa manera, así que me agarro de la mano fuertemente y comenzó a discutir con Marcos.

—Ella ya dijo que te fueras, ¿no escuchaste? —Respondió a la defensiva Daniel

—Sí, escuche perfectamente, pero necesito hablar con ella

Daniel de un momento a otro perdió la paciencia y cogió a Marcos de la camisa, Marcos enrojeció y lo empujó ferozmente haciendo que Daniel le diera un fuerte golpe en el labio. Marcos busco a golpearlo de la misma manera, pero yo lo agarre fuertemente haciendo que los dos se separasen.

— ¡Por favor! Váyanse los dos que no los quiero ver a ninguno— dije estallando de rabia

Daniel me agarró del brazo pidiéndome disculpas por lo que estaba sucediendo y Marcos intento entrar a la fuerza a la casa mientras yo le cerraba la puerta en la cara a los dos.

No entendía nada de lo que estaba sucediendo, teniendo a Marcos y a Daniel peleando en la puerta de mi casa de un momento a otro.

Desde la ventana vi como Marcos seguía discutiendo con Daniel, y solo pude darle golpes a la pared para calmar mi ira.

¿Qué es lo que estaba buscando Marcos? Me pregunté mientras por mis mejillas resbalaba una lágrima.



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En el texto hay: adultojoven, un amor imposible, amor

Editado: 16.04.2019

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