entre cada mirada y cada café.

Capitulo 7

Sus abrazos me hacían sentir la mujer más dichosa del mundo ¿Qué extraño sentimiento es este? ¿Amor? ¿Deseo? Eso precisamente, es lo que quería descubrir con locura.

 

***

—Realmente estás loco— le susurro a marcos mientras su abrazo me rodea.

— ¿Por qué debería de estarlo?

—Primero llegas y me dices que quieres conocerme—dije separándome un poco de su lado. Y luego vienes y me abrazas de esta manera esto me confunde Marcos.

—Deja de decir tonterías ¡por favor! —dijo el en un tono un poco molesto.

—ahora vienes y te molestas de verdad que no te entiendo

El de repente se ríe a carcajadas como si fuera un niño, su sonrisa me emocionaba era tan hermosa que no paraba de verla, sus arrugas en la frente me parecían algo tan sexy que el cada vez me parecía aún más interesante.

—Vamos a casa ya se está haciendo tarde— dijo el agarrando mi mano repentinamente.

— ¡Ok!— dije quebrantando mi voz a causa de los nervios.

Caminamos muy despacio, todo me parecía como un sueño ahí estaba el agarrando mi mano, nos quedamos en silencio prácticamente todo el camino, el paro un taxi para que me llevara a casa, él se montó junto conmigo y como lo espere el cumplió su promesa de llevarme a casa.

Observaba hacia la ventana, el apretaba mi mano con mucha fuerza, por unos cuantos segundos lo vi fijamente a los ojos y su mirada me decía mucho más; pero algo me decía que no podía decir nada más.

Llegamos a mi casa casi en 30 minutos, nos bajamos del taxi y caminamos unas cuadras más para así terminar de llegar.

—Ya es hora de despedirnos— dije estirándolo la mano.

—Espero volver a verte mañana— dijo el con una sonrisa.

—Marcos, mañana será mi día libre y como debes de saber no estaré en la tienda.

—no me importa, mañana te quiero ver ¿me das tu número telefónico?— pregunta el repentinamente de una manera muy atrevida.

— ¿para qué quieres mi numero? Pregunte extrañada

—tu y yo mañana tendremos una cita; cómo crees que estaremos en contacto; o ¿quieres que te venga a buscar mañana como un loco?

—ahora veo que si estas completamente loco; toma aquí lo tienes. Se lo anote rápidamente en un papel y me despedí de el con un beso en la mejilla.

—Gracias; entonces te veré mañana—dijo el mirándola a los ojos.

Rápidamente cerré el portón de mi casa y entre.

No podía todavía creerme aun todo lo que me estaba pasando, todo fue real ya no era un sueño pero lo que me preguntaba ahora es que como un hombre como el no estuviera casado, y lo que ahora me parecía muy extraño era el hecho de que él estuviera aun solo. Sé muy bien que él es mucho mayor que yo, él es un hombre de 40 años y yo era una mujer de tan solo 20 años ¿Cómo se vino a fijar en mí?  ¿Acaso era un psicópata? Me mire al espero y me reí de mi misma creo que ahora estaba exagerando.

Ya era muy tarde, así que me metí a la cama lo más pronto posible; cene pan tostado y una buena taza de café, lave mis dientes, me bañe y a la cama.

 

***

Mi teléfono celular no dejaba de sonar, sentí que el sol pegaba en cada rincón de mi habitación como pude agarre el teléfono para que dejara de sonar y me pregunte ¿Quién puede ser a esta hora? Eran apenas las 8 de la mañana; ¿Qué ser humano es capaz de molestarme tan temprano? Apenas prendí mi teléfono vi que era un mensaje de texto de marcos me sentí un poco sorprendida, cuando lo pude leer solo pude ver una dirección y una hora de encuentro  y vi que decía en letras mayúsculas ¡ESPERO VERTE HOY!

Sin saberlo se me ha escapado un suspiro, rápidamente conteste el mensaje de texto con un frio ok, no quería que se diera cuenta que me moría por verlo y por estar con el todo el puto día.

Me moría de la alegría, empecé a saltar por toda la cama como una niña aun no podía creerme que tenía una cita con el hombre que pensé por mucho tiempo que era mi amor imposible, de repente caí en cuenta que la cita era a las 10:00 am y eran las ocho así que me levante de la cama lo más rápido posible.

Salí a la sala y me encontré con mi madre.

— ¡Pensé que aun dormías!— exclamo haciendo una expresión con sus cejas.

— ¡Voy a salir!— dije corriendo al baño rápidamente

— ¿no vas a desayunar?

—no, no tengo tiempo ¡Gracias!

Mi madre no pregunto nada más, aunque se quedó muy extrañada porque normalmente mi días libres dormía hasta las diez de la mañana,  me bañe lo más rápido que pude, entre nuevamente a mi habitación que por cierto las puse patas arriba encontrando que ponerme. Jeans cortos, tacones, shorts, todo tipo de blusas regué por toda mi habitación no sabía qué coño ponerme.



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En el texto hay: adultojoven, un amor imposible, amor

Editado: 16.04.2019

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