Alfonso se recostó en su oficina privada, observando la ciudad desde su ventana.Sabía que sus emociones hacia Vielka no podían esperar mas. Había llegado el momento de actuar, pero no podía ser impulsivo. Su plan requería precisión y paciencia. Con una sonrisa calculada, encendió su computadora y comenzó a recopilar información sobre la vida pública y privada de Vielka.
Sabía que Vielka asistía regularmente a reuniones de la Cámara Empresarial de Jóvenes Exitosos y que su nombre era bien conocido en el círculo de jóvenes empresarios. Esto le proporcionaba la oportunidad perfecta para infiltrarse en esos eventos y hacer que sus caminos se cruzaran "casualmente". Alfonso no solo quería verla una vez; su objetivo era aparecer en momentos clave, en situaciones donde la tensión fuera inevitable.
Mientras revisaba los eventos futuros de la Cámara Empresarial, Alfonso tomó nota de las fechas y los lugares. Con cada detalle que agregaba a su plan, su determinación crecía. Estudió minuciosamente la agenda de eventos, los nombres de los participantes y las posibles oportunidades para acercarse a Vielka sin levantar sospechas. Cada movimiento debía ser calculado, cada encuentro debía parecer fortuito.
—Quiero que su corazón lata como latía antes, quiero que sienta esa chispa que ni el tiempo ni Artemio han podido apagar —murmuró para sí mismo.
El primer encuentro debía ser en un evento formal, donde Vielka tendría que mantener la compostura. Este sería solo el inicio. La verdadera presión vendría cuando comenzara a verla en lugares y momentos que nunca esperaría. Alfonso no quería apresurarse. Todo debía ejecutarse con precisión.
Alfonso llamó a su asistente personal, Roberto, un hombre de confianza que conocía bien las maquinaciones de su jefe.
—Roberto, necesito que consigas invitaciones para la próxima gala de la Cámara Empresarial —dijo Alfonso, sin apartar la vista de la pantalla de su computadora.
Roberto asintió, tomando nota en su libreta.
—Por supuesto, señor Carrera. ¿Alguna otra instrucción?
—Sí, asegúrate de que estemos ubicados cerca de la mesa principal. Y quiero un informe completo de todos los asistentes confirmados. Necesito saber con quiénes interactuaré.
Roberto salió de la oficina, dejando a Alfonso solo con sus pensamientos. La estrategia estaba clara en su mente. No se trataba solo de verla una vez, sino de crear una serie de encuentros que la desestabilizaran, que la hicieran cuestionar su propia vida y decisiones. Sabía que Vielka era fuerte y decidida, pero también sabía que aún había una chispa entre ellos que se encenderá presionando los botones adecuados
La noche de la gala benéfica llegó rápidamente. Alfonso se vistió con un traje negro impecable, ajustando la corbata con precisión. Su reflejo en el espejo mostraba a un hombre seguro de sí mismo, preparado para cualquier eventualidad.
Al llegar al evento, Alfonso fue recibido con la habitual mezcla de respeto y temor que inspiraba en los círculos empresariales. Saludó a varios conocidos, intercambiando palabras corteses mientras sus ojos recorrían la sala en busca de Vielka.
Finalmente, la vio. Vielka estaba al otro lado de la sala, conversando animadamente con un grupo de empresarios. Vestida con un elegante vestido negro, irradiaba confianza y elegancia. Alfonso se abrió paso entre la multitud, acercándose poco a poco, sin que ella notara su presencia inmediata.
—Alfonso, me alegra verte por aquí —dijo un viejo conocido, extendiendo la mano.
—Lo mismo digo, Manuel. Es un placer estar en un evento tan bien organizado —respondió Alfonso, estrechando su mano mientras mantenía a Vielka en su campo de visión.
Poco después, se acercó a la mesa donde ella estaba. Vielka se volvió y sus ojos se encontraron con los de Alfonso. Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Alfonso le dedicó una sonrisa ligera, casi imperceptible, una sonrisa que reproducía en sus ojos todo lo que hace semanas habían hecho en aquel hotel, despues volvio a la conversación como si nada, detalle que desestabilizó a Vielka
Vielka sintió su corazón acelerarse. Trató de mantener la compostura, recordándose que debía ser profesional y mantener las apariencias. Pero la chispa que Alfonso había encendido era cada vez más difícil de contener
Durante el resto de la noche, Alfonso se aseguró de estar presente, pero sin ser demasiado obvio. Se acercó a Vielka en momentos estratégicos, intercambiando unas pocas palabras aquí y allá. La tensión era palpable, y Vielka no podía negar que mantener el control se estaba volviendo cada vez mas dificil
Los días siguientes al encuentro en la gala, Alfonso continuó recopilando información sobre Vielka. Usó sus contactos para obtener detalles sobre sus compromisos empresariales, sus hábitos y rutinas. Conocía a la perfección su agenda, sabía cuándo y dónde estaría en cada momento importante.
—Necesito saber quiénes son sus amigos cercanos, sus confidentes. Quiero entender quiénes son sus aliados y sus vulnerabilidades —le ordenó a Roberto, quien tomó nota diligentemente.
Roberto, eficiente como siempre, proporcionó un informe detallado de las personas clave en la vida de Vielka. Alfonso estudió cada detalle, buscando oportunidades para acercarse más a ella.
La siguiente fase de su plan involucraba aparecer en lugares inesperados. No se trataba solo de los eventos empresariales; Alfonso quería que Vielka lo viera en momentos casuales, en situaciones que descolocaran su rutina. Sabía que esto aumentaría la tensión y haría que ella pensara más en él.
Comenzó a frecuentar los mismos cafés que ella, los mismos restaurantes con sus amigas. Se aseguró de que sus caminos se cruzaran en reuniones de negocios y eventos sociales. Cada encuentro parecía casual, pero en realidad, cada uno estaba meticulosamente planeado.
Unos días después de la gala, Vielka estaba en su oficina revisando los informes semanales cuando su asistente anunció la llegada de un visitante.
Editado: 23.11.2024