Los Deltas y Betas miraban atentamente a su Alfa esperando instrucciones. El Alfa temblaba de pies a cabeza, en sus brazos descansaba el cuerpo de su bella esposa. El Alfa tocó la cara de su esposa y aguantó un sollozo; habían destruido lo que más amaba en esta vida. Se levantó de dónde estaba sentado con su esposa en brazos, el cuerpo de su mujer se sentía ligero dándole a entender que ella ya se había ido.
—¿Y mami?—un niño de cabello castaño entró a la habitación donde estaba su padre con los demás, su padre le dio una mirada a él y luego la dirigió a su esposa.
—Se fue con tus abuelos—el niño se acercó a su padre y miro a su madre, los dos juntos caminaron hacia el cementerio con la mujer seguidos de toda la manada.
Después de enterrar a su esposa, le pidió a uno de sus sirvientes humanos que se llevaran a su hijo a casa y cuidaran a su otro hijo recién nacido.
—Quiero que reúnan a todas las adolescentes de quince años—los deltas y betas miraron confundidos al Alfa—. Hagan lo que les ordeno—el día en que su esposa murió fue un 25 de abril y decidió poner una ley.
Todas las jovencitas de quince años se deben de presentar ante el Alfa para que el susodicho escoja a alguna y también agrego a sus deltas y betas.
Ellos irían el 25 de abril a buscar a su mujer y el 3 de mayo en el cumpleaños de su esposa.
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Editado: 09.08.2018