Entre los Brazos del Lobo

Capítulo IV

Naomi tenía miedo, desde que vio a su mejor amiga caer. Su corazón comenzó a bombear demasiado fuerte y casi comenzaba a llorar al ver la sangre salir de la cabeza de Arleth. Naomi seguía temblando a pesar de que le dijeron que su mejor amiga estaba bien, Naomi sentía un temblor de furia. Sentía tanta impotencia de no poder hacer nada, lo que más coraje le daba era que la maestra Duchamp simplemente la vio con una sonrisa; una sonrisa de burla. Ninguna sabía que problema tenía Duchamp con ellas. Naomi una vez llego a pensar que era así porque ningún hombre la había elegido pero según habían escuchado era que Duchamp había rechazado a su hombre simplemente para pertenecer a la escuela.

Ya simplemente en dos días sería todo, y había escuchado a la señora directora hablar con la familia real. No importaba la condición de la chiquilla se tenía que presentar. Un tiempo después salió su mejor amiga con otra mujer, Naomi le dio una enorme sonrisa y simplemente corrió hacia su amiga. Arleth soltó una pequeña carcajada al sentir los brazos de su mejor amiga a su alrededor.

—Cuidado—Arleth miró atentamente a la mujer—. Tienes que quedarte con esa banda en la cabeza porque te puedes abrir con cualquier accidente.

La mujer sin decir nada más volvió a la sala, Naomi tomo el brazo de su amiga y la incito a caminar a su ritmo.

—Estaba muy preocupada por ti Arleth—la recién mencionada miró a Naomi y le dio una pequeña sonrisa. Las dos salieron de la casa principal y caminaron hacia sus dormitorios. Se habían perdido de la comida y de la cena y la señora directora les había dicho que iba a ver comida cuando llegaran a su habitación.

Al llegar al cuarto, Arleth se dirigió a su cama y se recostó con cuidado. Naomi observó la habitación y se dio cuenta de que había dos platos en su mesita de noche, así que le paso uno a Arleth y ella se sentó en su cama y comenzó a comer. Naomi miró a su mejor amiga y pensó que ningún hombre la iba a elegir por su condición o eso había dicho Duchamp. Naomi dejó de pensar, simplemente quedaba un día con su mejor amiga y probablemente no la volvería a ver.

 

 

****

 

 

—Son más cada año— Dominik escuchó la conversación que su hermano mayor mantenía con su padre—. Tendremos que anunciar a otros pueblos.

—Eso no lo voy a permitir André.

—¡Pero padre!—André realmente sonaba enfurecido— ¿Sabes cuantas jovencitas quedaran sin hombre este año? Demasiadas. Si no llamaba a nuestros familiares, más jovencitas quedarían sin hombre.

»Somos muy pocos hombres que a esta edad todavía no tienen pareja y ahora los hombres encuentran a su mujer cuando nace aquí en el pueblo. También sabes la situación de la familia del norte, ellos comparten mujer. No sé por qué si quiera te vine a decir esto padre, simplemente te estoy diciendo que eso se va a hacer.

Dominik caminó a la cocina al ver que la conversación estaba a punto de terminar y sabía que su hermano mayor le llamaría la atención por escuchar a escondidas. Aunque sospechaba que su hermano lo había escuchado respirar al otro lado de la puerta. Ya una vez en la cocina tomó un vaso con agua y se lo tomó tranquilamente. Escuchó los pasos de su hermano dirigirse a la cocina y tomó un profundo suspiro.

—No entiendo porque nuestro padre no entiende—la voz de André se escuchó furiosa tras su espalda—. Lo que menos quiero es que las jovencitas se queden solas—Dominik guardó silencio y dio media vuelta para ver a su hermano, Dominik nunca había visto a su hermano mayor tan triste.

El realmente quería que todas esas jovencitas tuvieran a un hombre.




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