Entre los Brazos del Lobo

Capítulo XII

Todo había cambiado. Se sentía maravilloso, por fin tenía a su compañera en brazos y se sentía increíble. Dominik miró a su compañera y se dio cuenta de que se había dormido. Llevaban dos horas en uno de los carruajes y Dominik calculaba que tardarían una hora más en llegar, beso la frente de Arleth y sonrió. Se sentía tan bien tenerla en sus brazos, respiro profundamente y su olor lo hice sonreír.

No podía esperar para llegar a su casa. Su hermano mayor le había dicho que podía ir a la casa del prado, aunque le dijo que iría con más hombres. Porque por esa zona atacaban los subterráneos y Dominik no dijo absolutamente nada, simplemente asintió con la cabeza. En frente del carruaje iban dos betas a caballo y detrás de él había cuatro deltas, él iba a pasar tres increíbles días a solas con su compañera.

Cuando llegaron a la casa, abrió la puerta y bajo con Arleth en brazos. Con una sonrisa entro a la casa, subió las escaleras y la recostó en la cama matrimonial. Después, bajo las escaleras y vio a los dos betas en la sala de estar.

─Dominik─ el recién nombrado levanto una ceja─. Estaremos alrededor y cualquier inconveniente o cualquier cosa sospechosa te diremos─ él asintió con la cabeza─. Que pases buena noche Dominik.

Les dio una pequeña sonrisa y los dos betas se sorprendieron, nunca habían visto al príncipe sonreír. Dominik dio media vuelta y subió las escaleras lentamente, su corazón latía rápidamente y tenía una enorme sonrisa en su rostro. Cuando llegó a la habitación observo la cama y se dio cuenta de que ella no estaba acostada ahí, miró a todos lados aterrado.

─¿Cómo te llamas?─ Arleth salió del cuarto de baño y Dominik se relajó.

─Dominik─ Arleth miró al suelo y Dominik observó como ella se sonrojaba, se acercó a ella lentamente y se sorprendió de que ella no retrocediera.

─¿Cuántos años tienes Dominik?

─26─ ella asintió con la cabeza.

─Soy Arleth─ levantó la cabeza y miró directamente a Dominik, le dio una pequeña sonrisa y miró por toda la habitación─. Es bonito aquí─ Arleth caminó hacia la ventana─, nunca había visto algo como esto, en Avagedra nunca nos dejaban salir de los limites.

─Si quieres luego podemos salir─ Dominik caminó lentamente hacia Arleth y se puso a su lado, ella volteó a verlo y él vio que sus ojos estaban brillando.

─¿Podremos salir? ─él asintió extrañado con la cabeza.

─¿Por qué preguntas? ─Arleth vio al suelo y mordió su labio con nerviosismo.

─La señorita Duchamp nos dijo que nuestro hombre nunca nos dejaría salir, nos dijo que siempre estaríamos encerradas y serviríamos sin decir palabras a ellos─ ella alzó la cabeza y lo miró.

─No puede ser que te haya dicho esas cosas─ Dominik de repente se puso furioso ¿Por qué les decían esas cosas? ─. Ningún hombre les haría esas cosas a ustedes─ Arleth caminó de vuelta a la cama y se sentó en ella.

─Entonces ¿Nunca me obligarías a hacer eso? ─Dominik negó con la cabeza y se acercó a ella, se puso de cuclillas en frente de ella y le dio una pequeña sonrisa.

─ Mi hermano me mataría si le hiciera a cualquier mujer algo como eso, eso que te decían era mentira. Ningún hombre trata así a las mujeres y si alguno hace eso, so,vn castigados seriamente por mi hermano mayor.

─Entonces ¿puedo hacer lo que yo quiera? ─sus ojos brillaron y Dominik no podía dejar de mirarlos.

─¿Qué quieres hacer?

─¿Puedo ver a mi mejor amiga?─ y Dominik se tensó, no sabía si podía hacer eso posible.

─No sé si eso pueda ser posible─ los ojos de Arleth perdieron su brillo pero asintió con la cabeza.

─Oh, esta bien─ ella le dio una sonrisa─ ¿Dónde estamos?

─Cada vez que un rey o un príncipe o alguien de alto rango, encuentra a su compañera. Los mandan a diferentes casas esparcidas por mi territorio. Esta es una de las casas y pasaremos tres días acá y luego iremos a mi pueblo para presentarte a todos.

─¿Por qué tres días y nos dos?

─Estos días son para conocernos.

─¿Y qué vamos a hacer?─Dominik se levantó de donde estaba y extendió su mano hacia Arleth.

─Ven, te mostrare la casa.

Ella asintió con la cabeza pero no tomó la mano de Dominik, él sintió un gran dolor y miró al suelo dolido. Camino hacia la puerta sin verla y espero a que ella pasara, pero levanto la mirada cuando vio que Arleth tomaba su mano pero veía hacia otro lado sonrojada. Dominik estaba feliz, no podía creer que por fin la había encontrado. Espero tanto tiempo para ese día.




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