Érase una vez una chica y su gato naranja

Parte 7: La maldad de Karla

Weasley lo lamía y tocaba. Gabriel dijo entonces:

—Weasley eres un héroe, si no fuese por ti, este cachorro se hubiera muerto.

Lucia dijo entonces contenta:

—Las cosas se parecen a sus dueños, Weasley es un héroe de verdad.

Ahora tenía un gato héroe, lo llevaron al refugio y no lo pudieron aceptar porque estaba lleno.

—Necesita cuidados y atención.

—¿Qué vamos a hacer?

Weasley miraba al cachorro con frío y jaló la blusa de su dueña y ella le dijo:

—No puedo llevarlo a casa, mamá nos mataría a los dos.

Gabriel pensó en una idea.

—Podemos dejarlo allí hasta que pase el frío y luego lo colocamos en un hogar de acogida.

—No lo entienden, mi mamá es muy tenaz con esto.

—Solo serán por unos días.

Fueron donde su tío y este revisó al pequeño y molesto comentó:

—Solo tiene unos días de nacido, ¿qué le pasa a esta gente tan cruel?

—No tenemos dónde colocarlo, papá.

—Rayos —comentó contrariado.

2

Salma se sentía mal y llamó a su madre, apenas le dijo dónde estaba, se apersonó.

—¿Qué sucede con Weasley?

—Gracias a Dios, no es él.

Le explicaron lo del perrito abandonado y John le propuso.

—¿Podrías tenerlo hasta que pase el frío?

—¿Un perro?

—Mamá, solo será hasta que pase el frío, lo prometo.

—Y no te preocupes por la alimentación y cuidados, me haré cargo de él personalmente.

Eso le gustó a Adela que le preguntó:

—¿Irías a revisarlo personalmente?

—Claro.

—Bien, me parece muy bien.

Eso sorprendió a su hija, ahora también tenían a un perro, no sabía si era una total locura o algo especial que atraía Weasley, pero su vida iba de mejor en mejor.

Su madre acomodaba a Forest, así le puso ella en una camita.

—Te quedas aquí.

—Le daré su leche.

Salma preparó la mamila que Weasley quiso arrebatar.

—Tú ya no eres de leche.

Le dio con dificultad la leche, pero tomó y lo abrigó con una colcha peluda. Salma comentó entonces:

—Todos los animales que están en calle dan pena.

—La maldad es tan grande, pero hay un Dios, eso sí.

Entonces le dijo lo que pensaba:

—Mamá, creo que deseo ser veterinaria.

Su madre sonrió y le dijo a su hija:

—Serás todo lo que desees, ahora que se acercan las fiestas solo quiero que sean especiales.

—Lo serán.

Ella sonrió segura, al menos lo que sentía era especial.

 

3

En un descuido de Tess, Karla tomó el cuaderno diario y comenzó a leer los que habían escrito:

—Así que de esto se trataba —sonrió.

Entonces se le ocurrió algo malo y fue arrancando varias páginas de lo escrito por Salma y las fotocopió y comenzó a dejarlas en los casilleros de sus compañeros.

Cuando ella llegó todos la miraban raro, algunos se reían, como estaba acostumbrada a todo eso no le dio importancia, fue Tess que se acercó pálida.

—Tenemos que hablar.

—Sí, te tengo que contar que…

—Alguien arrancó parte del diario y lo fotocopió y lo repartió a toda la escuela.

—¡Qué!

—Sí, todos comentan lo que has escrito en él.

Eso era terrible, una chica se le acercó molesta:

—¿Cómo es eso que mi piel parece leche descremada?

Dios, eso era terrible. Karla se les acercó:

—¿Qué les pasa a todos?

—Robaron el diario y pusieron cosas muy íntimas al público.

—Vaya…

Salma miró a Karla muy… fresca, como si no le importase nada.

—Esto es muy serio, nadie sabía de ese diario excepto tú.

—También lo sabía Tess —la señaló.

—Yo nunca haría esa maldad —se defendió.

Salma dijo lo que pensaba:

—Algo me dice que fuiste tú la que hizo todo esto.

—Ahí va de nuevo.

—Eres rara, le lanzaste los perros a Weasley ese día y no sé la razón.

Karla le dijo molesta:




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