Érase una vez una chica y su gato naranja

Parte 8: Un milagro de navidad

Weasley no mejoraba, seguía igual. Salma estaba junto a él. No quería que muriera estando ella lejos. John revisaba el estado del gato, aunque estaba estable, seguía preocupado por su sufrimiento. Se acercó a Adela.

—¿Podemos hablar?

Se apartaron y él le explicó el asunto.

—Weasley no reacciona, ni para bien, ni para mal.

—Entiendo…

—Lo mejor que podemos hacer para él es dormirlo.

Adela no entendió:

—¿Dormirlo?

—Hacerle la eutanasia.

Ella se llevó una mano a la boca y él le explicó:

—Está sufriendo y así su dolor pasará.

—Salma no lo soportará.

—Hablaré con ella. Hoy es Noche Buena y deben descansar.

Él se acercó a la joven que le cantaba la canción a su gato.

—Salma, debo decirte algo…

—¿Lo va a dormir?

—Es lo mejor.

Lucia entró junto a Gabriel, ambos estaban tristes.

—Así no sufre más.

—¿Le dolerá?

—No.

Lágrimas corrían por el rostro de la joven y entonces le dijo:

—Todavía puede suceder un milagro.

—Piénsalo, es por su bien.

Ella comenzó a cantarle de nuevo.

«¿Quién es el naranjoso, muy apetitoso?, se llama Weasley y es muy goloso. Es mi gato lindo que me saque en un bingo».

—Vamos, tú puedes salir de este estado, Weasley, eres el gato de la suerte.

Gabriel la abrazó con fuerza y le dijo:

—Te entiendo, sé que duele, pero es lo mejor para él.

Salma sollozó fuerte y asintió. Lucía seguía publicando los estados:

«Oren por Weasley, lo quieren dormir. Oren por un milagro».

La gente daba likes y comentarios deseando parabienes. Mientras John preparaba la inyección, Salma lloraba descontroladamente. Tess llegó con su familia a apoyarlos en ese momento.

2

Afuera varias personas con velas se acercaron para orar por el gatito y John les avisó.

—Ya estoy listo, ¿quieres despedirte de él?

Salma había leído que los animales desean ver a sus seres queridos en el último momento, ella se acercó a Weasley y le dijo:

—Chico, sé fuerte, vas a cruzar el arcoíris, pronto te veré y seguiremos juntos —acarició su suave pelaje naranja—. Te amo.

Besó su cabecita con mucho amor mientras lágrimas rodaban por su rostro. Gabriel estaba junto a ella, llorando también, y Lucia seguía publicando estados y video del instante.

John le dijo entonces:

—Lo inyectaré.

Salma sollozaba y acariciaba a Weasley y este abrió los ojos en ese momento.

—Tío, mira.

Parecía despertar de un sueño profundo.

—¿Weasley?

Él buscó la voz de su ama y fijó sus ojos azules en ella.

—Weasley —sonrió.

Comenzó a mover las patas y sacar su lengua rosada. John lo revisó en ese instante.

—Wow, reaccionó.

Su hija le preguntó:

—¿Entonces no lo dormirás?

—Tenemos que primero ver su evolución —comentó aliviado.

Todos sintieron esperanzas y afuera se les dio la noticia y hubo celebraciones. Lucia les gritaba.

—¡Sigan, orando, sigan, orando!

3

Adela fue a traer chocolate caliente y sanduches para todos los presentes, la madre de Tess la ayudaba.

—¡Qué Noche Buena más rara!

Y era cierto, gente que nadie conocía se habían unido para dar ánimo al gatito naranja. Algunos cantaban villancicos y al amanecer John comprobó que Weasley estaba saliendo de su estado crítico.

4

Para el 25 de diciembre, Weasley ya intentaba levantarse, cada paso era subido en video, muchos se emocionaron y decían que era el milagro navideño del momento.

5

Salma estaba feliz y acariciaba al pequeño Weasley que comía por medio de tetita una sopa. Gabriel llegó con una sonrisa.

—Mi tío me lo dijo, en verdad es un milagro.

—¡Es el gato de la suerte! —comentó ella.

—Así es, definitivamente.

Comieron la cena navideña en la veterinaria junto a la familia de Tess, John y su hija.

—Los milagros todavía existen —dijo Lucia.

—Sí, este fue uno bien grande.




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