¿es Capricho o es Amor?

CAPÍTULO 5: RESPIRAR

CAPÍTULO 5

 

RESPIRAR

 

Izzy:

Rowland es como una comedia andante.

Sus gestos, la manera de hablar, la forma en que sacude su cuerpo y toda ella te hacen sonreír de solo verla. Me cae bien. A veces puede ser un poco absurda pero siempre bondadosa y agradable. Hoy me llamó aparte en cuanto me vio llegar. Siempre que quiere decirme algo que le parece importante, me toma por el brazo y me lleva hasta algún lugar privado.

— ¿Sabías que el bombón de azúcar que atiendes tiene novia? —me increpó a quemarropa.

Sonreí. Siempre me ha parecido gracioso que le llame así, aunque ya comprobé las razones.

—Pues algo me ha contado la madre…solo que me parece muy extraño que no se haya aparecido nunca por aquí. Quiero decir, al menos yo nunca le he visto —respondí con franqueza.

Rowland hace un gesto de escepticismo y baja la voz para que nadie oiga aunque estamos solas en el cuarto de materiales de limpieza donde hemos logrado encontrar la puerta abierta y el sitio vacío de empleados.

—Quizás tú no la has visto, pero yo sí. Ella vino el primer día que el joven fue admitido en el hospital y se fue bastante rápido. Acá entre nos, no creo que regrese nunca —dijo cerrando los ojos al final de la oración añadiéndole una solemne afirmación a lo que decía.

Quedé desconcertada.

— ¿Hablas en serio? ¿Eso por qué? —pregunté.

Había dos sillas en el cuarto de materiales y las acercó para sentarnos. Lo que me cruzó por la mente fue que lo que iba a decirme sería tan dramático que necesitábamos estar sentadas. Aunque con Rowland nunca se sabe.

—Yo estaba de turno ese día y fui quien primero recibió al bombón. Se veía tan mal…pobrecito…yo creí que ya estaba muerto. Pero no, el joven resiste, es fuerte como un peñón. Ya lo sabrás tú mejor que yo que lo estas cuidando…—.

Tengo que hacer caso omiso a sus divagaciones del tema. De lo contrario, Rowland me tendrá en vilo todo el día sin decirme nada en concreto. Continuó al ver que no solo escuchaba sin reaccionar a sus comentarios.

—Cuando el joven ya había sido ingresado y estaba instalado en su habitación, la chica apareció. Es bonita…bastante bonita ¿sabes? Se ve así toda una reina de belleza y se le nota que viene de buena familia, gente importante —me dice mientras gesticula con la mano frotándose los dedos en señal de dinero. 

Voy comprendiendo por donde va este cuento. Es fácil deducir lo que viene después, pero no deseo brincar a conclusiones y espero que Rowland continúe.

—Cuando la muchacha vio la condición del joven, dio un paso atrás. En la cara se le veía el horror, que no iba a hacerse cargo de él…ya sabes…esas señoritas no están para sacrificios…—.

—Comprendo —respondí breve para mantener corta mi interacción.

Rowland encendió los ojos. La conozco y sé que lo próximo que va a decir es algo que no me espero.

—Es que parece que aunque ella no iba a quedarse con él tuvo dudas sobre qué hacer hasta que supo que cuando el bombón tuvo el accidente, no estaba solo…—esto último lo dice como en película de suspenso, casi en un susurro y aunque estamos solas, mira a todos lados para asegurase que nadie nos escucha.

—Quieres decirme que iba en el auto con otra mujer y no con su novia…—concluí.

—Así fue…y cuando ella lo supo, se disiparon sus dudas sobre qué hacer. Se largó y nunca más volvió —concluyó.

Me pareció una historia triste porque iba a ser terrible cuando Mathias despertara y supiera que su novia lo abandonó. También me parecía que los padres de él desconocían sobre esto y daban por sentado que el noviazgo continuaba a pesar de todo. Serian muchas decepciones juntas en medio de un panorama ya de por sí desolador.

Aproveché que estábamos solas para indagar un poco más.

— ¿Y que hay con la chica que lo acompañaba? ¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¿Dónde está? —.

Por primera vez Rowland no supo que decir. Me sorprendió que ni siquiera tuviera una ligera idea de lo que le preguntaba. Encogió los hombros y dijo no tener ni idea. Le creo. Si hubiera sabido algo, seguro me lo contaría. Con lujo de detalles.

Salimos de allí como si hubiéramos tenido una conversación entre espías que descubren un complot a potencias mundiales. Ella primero y yo después, dejando una distancia de tiempo prudente entre la salida de la una y la otra.  Los hospitales suelen ser un hervidero de chismes y es mejor evitarlos. La discreción es vital para subsistir y realizar una labor con integridad.

Cuando llegué a la habitación me encontré a Julia muy seria y pensativa, con el rostro austero y aunque ese suele ser su aspecto, hoy es más notable que nunca. No me atreví a preguntarle nada. Con ella todo es mecánico. Hace una impecable labor, es esforzada y se dedica por entero al cuidado de Mathias pero hoy tiene algo extraño que no logro descifrar.

—Ya está todo al día con el paciente. Asegúrate de darle los masajes y toma nota de las instrucciones que dejó el doctor en el registro. Nos veremos mañana —fueron sus palabras antes de marcharse. Me dejó un tanto aturdida su parquedad pero tal vez solo figuro cosas.

Me acerqué a Mathias. Me causa felicidad tan solo verlo y así se lo hago saber.

— ¿Cómo está hoy el galán más guapo de este hospital? —bromeo y me quedo observándolo. Su condición no le  ha quitado ni un ápice de su belleza. Al mirarlo puedo entender cuando su madre dice que las mujeres lo persiguen. No es para menos.

Procedo a darle su masaje terapéutico y luego a reviso las indicaciones que ha dejado el médico en su registro. No puedo creer que Julia no me haya dicho tan buena noticia. La última resonancia magnética refleja mejoría e incluso está pautado removerle pronto le respiración mecánica si  sigue estable.




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