Es Mí Novio, Pero No Lo Sabe

Capítulo Trece

𝕋𝕒𝕝𝕚𝕥𝕙𝕒

Elizabeth se excusó con nosotras, diciendo que iba a ir al baño y salió rápidamente de la sala.

La vi muy misteriosa, por lo que la seguí, diciéndole a las chicas que yo también iría al baño.

Llegó rápidamente a la zona de la piscina, entró, creo que es el sauna y yo me quedé escondida a un lado del vestier, alcanzando a ver que allí estaba la jefe Andrea esperándola con su característica aura imponente.

—Hola Jefe Andrea.

«Saludo Elizabeth con temor, su cara no me gustaba nada».

—Elizabeth, ¿cómo es eso que Williams te pidió ayer ser su novia? ¡Y tú aceptaste! Elizabeth, tu mentira ha llegado demasiado lejos.

«¿Mentira? Dios, no entiendo nada».

—Jefe, sí, lo sé. Estoy hasta las patas con esta mentira. Lo siento, creo que mejor voy a renunciar a este empleo. Nunca debí aceptar.

«¿Este es un empleo de Elizabeth? Este chisme está más bueno que esa tonta película de Barbie».

—Elizabeth, ¿por qué aceptaste ser su novia? Por Dios, es que apenas llevas una semana acá y ya has tirado por la borda toda tu ética profesional. Este trabajo era confidencial, entiende ¡CON FI DEN CIAL!

«La jefe Andrea recalca la palabra “confidencial” ¿ay mi amiga en que lío se metió?»

—Es que no sé por qué él me pidió de un momento a otro que fuera su novia. Y yo de bruta acepté pensando en que así mi mentira de que es mi novio se volvería realidad y así no tendría que seguir con esta farsa. Pero yo creo que él se dio cuenta de que yo lo estaba haciendo pasar por mi novio, pero no sé cómo se enteró.

«¿Es decir que todo esté tiempo Elizabeth nos dijo mentiras?».

—Se enteró porque fuiste muy obvia. O acaso no crees que la maldita puerta de tu supuesto nido de amor no es la puerta de esta mansión y él o alguien a su alrededor no la reconocería y así él se enteró. Además, ese mismo día pones una foto con él de la mano.

«¿Ay mi Eli, que hiciste?»

—Jefe, por eso es mejor que renuncie. Ya no quiero estar en medio de tantas mentiras. Además, Williams juro nunca volver a enamorarse, es obvio que él trama algo con pedirme que sea su novia.

«El supuesto novio también es un mentiroso».

—¿Quién te dijo que él juró nunca volver a enamorarse?

«Sí, ¿quién le dijo?»

—Este, eh. Yo lo escuché por equivocación.

«Yo conozco a Eli y ella mintió en esa parte».

—Sí, es cierto lo de su promesa a la difunta Sandra. Por favor Elizabeth, no renuncies. Te voy a decir la verdad, Williams necesita que te hagas pasar por su novia delante de sus padres. Ellos le quieren imponer un matrimonio comercial, él no lo quiere aceptar y ante la presión que están ejerciendo prefirió continuar con tu mentira. Por eso se le ocurrió pedirte que seas su novia.

«Madre mía, que enredo más enredado».

—Yo no quiero más enredos en mi vida. Los ricos son muy extraños, con eso de los matrimonios por conveniencia.

«Opino lo mismo».

—Demasiado diría yo. Pero por favor Elizabeth, solo es hacerte pasar por su novia, tómalo como una recompensa al haberlo hecho tu primero.

«Di que no Eli, di que no».

—Está bien, pero solo por el tiempo que dura el contrato. Seis meses.

«¡Ah tonta!»

—Gracias, no sabes el favor tan grande que le estás haciendo a Williams.

«Y si esto sale mal la perjudicada es mi Eli».

—Aún sigo pensando que hay algo más en este rollo. Algo grande, no sé, es una corazonada. Santa madre Laura, ojalá y no salga mal librada de todo esto.

«Si es así, yo te voy a ayudar amiguita a descubrir que es lo qué pasa»

Sentí que iban a salir del sauna, salí corriendo de allí para no ser pillada y en mi carrera tropecé con un pecho fuerte, grande y musculoso. Ahh qué olor más delicioso.

Cerré mis ojos esperando el golpe de nalgas en el suelo y solo sentí que unos fuertes brazos me atraparon y yo me aferré a ellos. Abrí mis ojos solo para ver a mi amor platónico, Serkan Bürsin mi pelirrojo hermoso. Sentí que de mis ojitos salían corazones, muchos, muchísimos corazones.

—¿Estás bien? —Me preguntó preocupado.

—Ahora en tus brazos mucho mejor —Me brindó una sonrisa muy sensual.

Me pregunto, ¿este hermoso hombre que hace acá? Lo conocí hace un poco más de un mes en la cafetería de la policlínica y desde ese momento le eché el ojo. Siempre iba a la misma hora a almorzar, y a partir de ese momento fue también mi hora del almuerzo, los días que tenía guardia en el día. Averigüé su nombre con la chica encargada de la caja, pues él pagaba con su tarjeta de crédito y ahí fue de donde sacamos su identidad.

Y ahora estar en sus brazos es como una señal divina.

Aún aferrada a él me saca de mis pensamientos cuando nuevamente me habló.

—¿Estás segura de que estás bien? —Suspiré para responder.

—Sí —Y seguí aferrada.

—Entonces, ¿me podrías soltar? —más me agarré de él.

—No quiero —Contesté haciendo pucheros.

—Ya va a empezar a llover —Me dice y en ese momento sentí una suave llovizna.

—Que importa —Levanté mis hombros como niña mimada.

—¡Talitha, aquí estás! ¡Te estábamos buscando! —Llegó Tay a mi lado y me interrumpió mi tiempo de amor—Entremos qué ya va a empezar a llover.

—Es que me perdí buscando el baño, pero valió la pena porque me encontré a mi príncipe azul —le expliqué.

Por fin solté a mi galán, y quedé impregnada de su exquisito perfume. Ahhh suspiré enamorada. Vi que se fue adentro de la mansión y corrí detrás de él.

—Espera guapo. ¿Cuál es tu nombre? —Me hice la que no sé.

—Oh, lo siento bella dama. Me presento, mi nombre es Serkan Bürsin —Me dió la mano para presentarse.

—El mío es Talitha León, a tus órdenes —Estiré hacia él mi otra mano y él me mira asombrado —Me puedes prestar un momento tu celular.

—Claro que sí, toma —se sonrió pícaramente y me entregó su celular después de desbloquearlo.

Anoté rápidamente mi número telefónico, me hice una llamada perdida y se lo pase.



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En el texto hay: romance drama comedia

Editado: 11.11.2025

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