Capítulo Catorce

𝕊𝕠𝕝𝕚𝕞𝕒𝕣

¿Estas viejas que se traen?, la Elizabeth se fue casi corriendo diciendo que iba al baño. Si es así, es porque iba a hacer de la dos con fuegos artificiales.

Inmediatamente después salió Talitha con la excusa también de ir al baño, pasó un tiempo y ninguna de las dos regresaban.

—Taylany, se están demorando mucho. ¿Pasaría algo? —Pregunté preocupada.

—Vamos a ver donde están —Taylany se levantó de la silla y yo la seguí.

—¿Y dónde queda el baño? —Preguntó y yo negué con la cabeza.

—Ni idea —Es verdad, Elizabeth nos trajo casi a rastras hasta la sala de entretenimiento.

—Hagamos una cosa, tú ve por donde entramos y yo salgo hacia ese corredor —Taylany propuso.

Hice caso y me fui por el mismo camino que entramos. Al llegar al lobby vi una puerta grande y bonita. Mi curiosidad pudo más y la empujé para ver qué había detrás. No alcancé a abrirla, pues sentí que alguien corpulento me tapó la boca con una mano, me apercolló con su brazo arrastrándome hasta un baño.

Por fin encontré el baño, pero en él no estaba ni Elizabeth, ni Talitha. Este hombre me tenía casi sin aliento, y me encantó.

Cerró la puerta del baño de una patada y me hizo estremecer su rudeza.

Me soltó despacio del cuello, pero seguía detrás de mí tapándome la boca.

—¿Quién eres, y qué haces espiando? —Me habló al oído con una voz de macho que me hizo estremecer y no es del susto.

—Mmm mm mmmms. —traté de hablar.

—Te voy a soltar la boca, pero si gritas te va a ir mal —Soltó bruscamente mi boca y preguntó nuevamente —¿Quién eres y qué haces espiando?

—Me llamo Solimar, soy amiga de Elizabeth, la supuesta novia del dueño de esta mansión. Me perdí buscando un baño y ya deja de chuzarme la espalda con tu banano —Dije eso y más me apretaba con su herramienta.

—¿Mi banano? —Preguntó haciéndose el que no sabía de qué hablaba.

—Está grande, y puntudo como me gustan —Confesé excitada.

—¿Te gustaría conocerlo? —Propuso a ver si yo me atrevía.

—¿Puedo? —Pregunté haciéndome la tímida.

—Claro que sí, pero debes de atenerte a las consecuencias de tentar al diablo —Si ese diablo tiene tremendo equipo de dotación, lo tentaría sin dudar.

—Ay, qué rico —Dije en un gemido al sentir como me lo apretaba más y más.

Me volteé despacio y ese hombre me encantó, mojé cuco con solo verlo. Tiene un porte de malote así como me gustan, se parece un famoso mafioso de una película triple X.

Vi en sus ojos lujuria, la misma lujuria qué hay en los míos. Después de detallar su rostro, fui bajando mi mirada hasta posarla en su pantalón, donde su amigote se marcaba queriendo salir a explorar y yo queriendo conocerlo.

—¿Si quieres conocerlo o ya te arrepentiste? —Me habló cerca de mi oído.

—Claro que lo quiero conocer —Me agaché y abrí su cinturón, desabroché el pantalón y bajé su cremallera. El pantalón cayó a sus pies y rápidamente bajé el bóxer dejando salir un espléndido ejemplar de musa acuminata* —¡Oh, qué lindo!

—¿Te gusta? —Acaricié su piel suave y aterciopelada—Dime hermosa osita pervertida ¿Lo quieres probar? —Sigo acariciando a lo largo de su envergadura.

—Claro que sí —Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su perfecto rostro. Hice el amague de probar con la boca y paré en seco —Pero hoy no, otro día será.

Me levanté rápidamente y salí corriendo del baño. Escuché que maldijo, yo agarré ventaja por él tener que subirse el pantalón.

Apenas abrí la puerta vi a Talitha y a Taylany qué me imagino me están buscando. Las agarré de las manos y salí corriendo con ellas para llegar rápido a la sala de entretenimiento.

De un momento a otro Taylany nos frenó en seco de la carrera que teníamos y se quedó mirando a un hombre que salía de una habitación. Él la miró sorprendido, trató de decirle algo y ella vuelve a correr, esta vez arrastrándonos a nosotras. Me pareció raro lo que acaba de pasar, ¿será que ese hombre es el tal inspector de higiene del que se enamoró? Pero si es así, ¿qué hace ese hombre aquí?

Llegamos y ya estaba Elizabeth esperándonos acompañada de la patrona, la jefe Andrea.

No sé en qué momento llegó, me imagino que Elizabeth también la invitó.

—Hola chicas, ¿por qué están agitadas? —Preguntó la patrona.

—No sé, Solimar nos hizo correr cuando salía del baño —Explicó Taylany.

—Pero después paramos de correr porque viste un hombre y te pusiste nerviosa —Me defendí tratando de desviar la atención.

—Y después arrancó a correr más rápido, prácticamente nos arrastró —Añadió Talitha.

—Chicas, están en casa ajena. Como es que andan por ahí corriendo como si fueran niñas chiquitas —Nos regañó la patrona.

—Tranquila jefe, déjalas. Esta mansión es muy grande y se perdieron. Por eso demás que estaban corriendo. Yo aún a veces me pierdo —Nos defendió Elizabeth.

—Yo agradezco haberme perdido buscando el baño —Talitha suspiró recordando algo.

—¿Y eso por qué lo dices? —Elizabeth le preguntó a Talitha.

—Porque encontré a mi futuro esposo —Talitha se acabó de enloquecer.

—Otra que sueña despierta —le dije, me encanta cuando se enojan por mis comentarios sarcásticos.

—Eso es pura envidia tuya Solimar. Eres la única que no se ha enamorado —Talitha le refutó.

—¿Quién las hace creer que no encontré a mi bananón? —Ese hombre malote tiene que ser mío.

Así pasamos el resto de la tarde, por fin terminamos de ver la película, y nos llamaron para que pasáramos al comedor.

Allí el ambiente se tornó súper extraño.

Elizabeth se sentó a un lado del que presentó como su novio. Y al otro lado, una hermosa chica, cuñada de Elizabeth junto un guapo hombre oriental. Yo me senté al lado de Elizabeth y rápidamente ocupó el puesto que seguía mi suculento bananote que me miraba con cara de “de esta noche no pasarás”.

Al frente de mi malote se hizo Taylany y sin pensarlo a su lado se hizo el tal Sahún poniendo a mi amiga incómoda. Luego está la patrona con un guapo hombre, el cual ella ignora y él trata de hacerle conversa. Y por último Talitha con su cara de ponqué haciéndole ojitos a un “cabeza incendio” que también la miraba coqueto.