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Pasaron los días, estos se convirtieron en semanas y Taylany y Talitha en cabeza de Solimar siguieron en su labor de hacer sus investigaciones.
Solimar se movía con cautela por los pasillos de la policlínica, consciente de que Michell y sus hombres la seguían de cerca. El mafioso tenía un interés particular en ella, y ella sabía que tarde o temprano él intentaría atraparla. Pero Solimar no era una presa fácil. Con astucia, observaba a su alrededor: a los hombres de su objetivo, incluyendo a los de Michell y especialmente a sus amigas, quienes también estaban involucradas en esta peligrosa danza.
Sabía que es cuestión de tiempo para que Michell la tomara desprevenida, ya se le hacía extraño que no lo haya hecho, pues aún ve a sus hombres rodándola.
Solimar le ha hecho inteligencia a esos hombres. Averiguo que su “malote” está fuera del país, y sabe que cuando regrese encontrara la oportunidad de raptarla para que le haga el show privado que le quedó debiendo. Aunque Solimar en su astucia va un paso adelante de él. Pero eso no es impedimento para que ella llegue al meollo de este asunto.
Cada día que camina del apartamento a la policlínica un auto blindado la sigue de lejos y eso ella lo detectó inmediatamente. Sabe que son los hombres de Michell, él la ha mandado a vigilar desde que tuvo que salir urgente del país a Italia donde tiene sus negocios. Ella es consciente que ese hombre le está haciendo inteligencia para saber su rutina y Solimar muy astutamente le hacía saber cosas que no son de su rutina. Vamos a ver como termina este juego.
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Taylany, la coqueta argentina, fiel a su promesa de ayudar a su amiga Elizabeth, se acercaba con pasos seguros al doctor Ours. Sus ojos brillaban con malicia mientras intentaba seducirlo, aunque lo que sentía en realidad era asco por ese ser que uso a su amiga a su antojo aprovechándose de su inocencia. Taylany sentía compasión por ella, pues había vivido algo similar con Sahún. Sabía que Ours tenía información valiosa, y estaba dispuesta a usar sus encantos para extraerla, así muera de repulsión. No sabe como Elizabeth se pudo haber fijado en ese calvo tan feo.
Por otro lado, Ours está que no se las cree, ahora llegó a sus manos una linda chiquilla, así como le gustan a él y sin ningún esfuerzo de su parte. Una Argentina ingenua, la cual va a usar así como uso a la hermosa Elizabeth. Ella lo busca en sus guardias y el feliz de que lo haga. Ya han hablado por teléfono, y están planeando salir un fin de semana a las afueras de Montreal, al mismo sitio a donde llevó a Elizabeth en la primera cita. Ours espera que pronto Taylany se deje probar en todo su esplendor.
Pero lo que Taylany no sabía era que su antiguo enamorado, Sahún, la observaba desde la distancia. Los celos lo corroían, y su desprecio por ella se mezclaba con una extraña fascinación.
Sahún definitivamente no la está pasando bien, hace un tiempo que se encuentra con sentimientos encontrados. Desea con todas las fuerzas de su alma a Taylany, pero después de la última vez que la visitó en su apartamento le quedó claro que con esas locas no se debe meter. Por lo que planea otra estrategia para acercarse a ella y que lo escuche.
Pero el verla muy amistosa con Ours lo tiene de muy mal humor, por primera vez siente celos de alguien y no le parece muy bueno. Está tan estresado con la situación que su ansiedad ha salido a flote deseando comer alimentos que jamás había pensado que le podían gustar y en unas combinaciones absurdas. Pepinillos con dulce de leche, Rábanos con miel, tajadas de tomate con mantequilla de maní. Y después de devorarlos con ansias, sale disparado al baño a vomitar esas revolturas extrañas qué hace.
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Hablemos de Talitha, la hermosa Mexicana había puesto su mirada en Serkan. Cada día, lo envolvía con su encanto y dulzura. Agobiándolo en un seductor, tire y afloje, Talitha está completamente segura de que si da el siguiente paso es una probabilidad que le pase lo mismo que Taylany, por lo que continúa con su juego de seducción e ingenuidad para que ese hombre esté comiendo de sus manos.
Quería tenerlo rendido a sus pies, no solo por la información que él proporcionaría, sino también para proteger a Elizabeth, su amiga en común. ¿Por qué están en contra de Elizabeth? ¿Por qué las investigaban?
Serkan está firme en su decisión de ir despacio con Talitha, esa pequeña le gusta y mucho. Pero como lo prometió primero se van a conocer y ahí si hacerse novios. Notó que ella parece estar en ese mismo plan, y está feliz de que lo entienda, aunque ella sigue con sus coqueteos de niña malcriada, a él le encanta y trata de estar con ella lo más que pueda.
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Andrea continúa en su burbuja de amor con John, no desaprovechan oportunidad para demostrarse todo el amor que se tienen.
Pero sabe que desde aquel día, en la mansión de Williams, sus enfermeras a cargo se han vuelto distantes. ¿Sospechan de lo que está pasando con Elizabeth? ¿Acaso ven a través de su farsa?
La policlínica, ese laberinto de pasillos y secretos, se ha vuelto un escenario inusual. Andrea ya sabe que sus amigos Serkan y Sahún la merodean más que nunca. Y también sabe que los hombres de Michell andan como sombras que se deslizan entre los pacientes y las luces fluorescentes.
Talitha, Taylany y Solimar, parecen estar en el centro de todo. ¿Quiere saber qué traman? ¿Se pregunta por qué Sahún trata de acercarse a Taylany, a pesar de su advertencia? No puede evitar preguntarse si Michell envía a sus hombres para vigilar a alguien. ¿Será a Solimar? ¿Ella también es parte de este enigma?
Pero esta semana paso algo que tiene muy asombrada a Andrea. Vio a Taylany, coqueteando con el doctor Ours. ¿Qué juego peligroso está jugando? ¿Por qué ella, que antes era despreciada por Sahún, ahora se codea con el médico? Las piezas del rompecabezas no encajan, y su mente se enreda en mil conjeturas.
La policlínica era un laberinto de secretos y traiciones. Solimar debía ser astuta para protegerse a sí misma y a sus amigas. ¿Qué haría cuando llegara el día en que Michell finalmente la atrapara? Solo el tiempo lo diría, pero una cosa era segura: la lealtad de sus amigas sería puesta a prueba, y la verdad saldría a la luz.