4 de octubre de 2021
15:58 p.m.
A veces soy cielo, otras infierno. Así que puedo hacerme volar alto, pero también dejarme caer lentamente.
¿Habrá alguien que no le duela nada? No me refiero al cansancio físico, sino al mental. Viejas heridas del pasado que nos juegan malas pesadas y pesan de vez en cuando. Dudo en verdad que haya algún ser que no sea capaz de sentir dolor alguno. El dolor es parte de sentir, de sentirnos vivos...
Creo que cada persona tiene que pasar por algo que lo destruya para descubrir quién es realmente.
Desde hace un tiempo siento que he perdido una parte de mí, pero no logro identificar que es, lamento no ser la persona feliz que todos creen que soy, pero estoy tan cansada de fingirlo... Me siento como si tuviera una pistola apuntando a mi rostro y siento que en cualquier momento va a dispararse. Mi cuerpo estaba deshecho, el alma partida en retazos etéreos, no importaba, era costumbre en mí resquebrajarme de algo.
¿No ven lo exhausta que estoy por lo mucho que estoy intentándolo? Cómo duele, cuán horrible se siente, pero me he acostumbrado a cada dolor en la vida envuelta de sorpresa. Pronto pasará, pasará, éstas lágrimas no me son ajenas, siempre me perseguirán.
"La tristeza vive en todos, sólo que en algunos duerme y en otros sufre de insomnio."
La gente que ha estado sola por mucho tiempo, somos los más difíciles de amar. Nos han acostumbrado tanto a estar solos, a ser independientes y autosuficientes que se requiere de algo extraordinario para convencernos de que te necesitamos en nuestra vida. Es increíble como la gente tiene el don de hacerte sentir super bien, pero siempre elige hacerte sentir como una puta mierda.
Si perdonas demasiado te rompes tú.
Soy una persona que siente demasiado, que carga con un cúmulo de emociones, pero disfrazo todo esto en una persona analítica y que sobre piensa las cosas. Y es que a veces, las veces también se cansan y dan espacio hacia la nada. Soy demasiado inestable e inconstante, tal vez por eso siempre me vengo abajo...
El querer desaparecer últimamente se me está volviendo una necesidad.
Me atrevo a decir que el peor tipo de tristeza es esa en la que no derramas ni una sola lágrima, solo te echas en la cama y parece que no hay nada dentro de ti, no sientes nada. Estás ahí básicamente existiendo, solo porque no tienes de otra...
A veces estás tan triste que hasta las lágrimas se cansan de salir y lo único que queda es un vacío por dentro. En mi cabeza existen monstruos de los que no me gusta hablar, aunque me encantan las charlas con ellos.
Tengo miedo de todo, miedo de un día despertar ya a los 30 y seguir siendo "esto", del futuro, del rechazo, del fracaso, de estar tomando las decisiones equivocadas, de no ser lo suficientemente buena. Por suerte nadie lo sabe, pero sí, soy una miedosa. Voy por la vida con un constante dolor de cabeza, tal vez sean todas las palabras que no sé como dejar ir.
Me extraño lo suficiente, como para distinguir que he perdido las energías dóciles de encariñarme. No siento el sabor, el gusto, el tacto y el sentido a las primeras veces; al misterio o a las ganas de seguir disfrutando esta oportunidad limitada de vivir.
Ya no siento nada real. Siento que estoy viviendo una pesadilla interminable y deseo con todas mis fuerzas despertar.
Nunca quise aceptar que necesitaba ayuda y ahora estoy acá, sentado en frente de un Psiquiatra, rogando que me ayude porque ya no le encuentro sentido a la vida. Es muy temprano como para llorarle a la vida, pero no puedo soportar siempre cada mañana levantarme y saber que nada cambia en mi vida, que todo es un engaño pasajero de mentiras tras mentiras. Cada día al mirarme al espejo trato de reconocer quién es esa persona que está del otro lado, porque cada vez que la miro sólo veo a una persona muerta.
No puedo. Estoy dando todo de mí para no dejarme vencer, pero no puedo. No soy tan fuerte como todos me dicen que soy, no tengo la fuerza necesaria para superar esto. Siento que eventualmente moriré, no sé si de tristeza o porque al fin mis pensamientos lograrán derrotarme y convencerme de que debo quitarme la vida. Estaba muriendo muchas veces, pero como todo quejido de dolor, brilla por su silencio, y nadie podía cortarme la hemorragia...
"Hacemos del sufrimiento nuestro hogar que cuando alguien trata de ayudarnos, hacemos todo por quedarnos encerrados en el sótano, todo se trata de esto. De cómo uno se para a recordar lo terriblemente lento que puede llegar a ser el tiempo cuando se sufre.
No sé porque me seduce la idea de sabotearme con pensamientos autodestructivos. La manía de sentir odio hacia mí y lo que haga. Algún día terminará.
5 de octubre de 2021
00:08 a.m.
Constantemente considero el suicidio, quizá sea la única manera de detener el dolor. Sabemos que hemos llegado al punto máximo del dolor, cuando el sufrimiento es tan inmenso que ni una lágrima derramamos.