Esther

Capítulo 5

Las clases de protocolo son muy duras, no podemos cometer un solo error, tenemos que ser perfectas. A parte de protocolo, empezamos a recibir clases de economía, empresariales... Todo lo necesario para saber gobernar el continente. Hay muchas chicas que ya se empiezan a ir o porque no se les da bien este tema, porque los profesores son demasiado exigentes o también porque ven que no están a la altura. Nadie dijo que ser Eva iba a ser fácil o que se iba a ganar el puesto por ser solamente guapa.

Nila tenía pensado irse hace una semana, pero descubrió que estas clases le apasionan y quiere aprovecharlas al máximo; ya que si vuelve a casa no va a poder estudiar y menos con tanto nivel. Su situación con su familia es delicada y solo quieren casarla cuanto antes. A pesar de que la tecnología haya avanzado tanto, los matrimonios por conveniencia volvieron con más fuerza que antes. Las familias quieres llegar a un mejor nivel socioeconómico para acceder a los beneficios de la tecnología avanzada y para ello el método más rápido y fácil es a través de casar a los hijos.

La verdad es que me alegro de que no se vaya, no merece esa vida que la iban a obligar a vivir. Además, así tengo una amiga en quien confiar, las demás chicas digamos que son un poco cerradas y no me dirigen la palabra. Desde el baile no supe nada más de Adán porque tuvo que irse a un viaje urgente de negocios. Supuestamente volverá hoy, pero no es seguro.

- ¡Essie! - Me giro y veo a Nila correr hacia mí. - Las chicas están montando una bienvenida para Adan, tenemos que prepararlo todo, ¿te apuntas? Es una oportunidad única para entablar lazos de manera más informal. Además, van a ir los policías para amenizarnos la espera. - Me dice guiñándome un ojo.

- Pero él llega de noche.

- ¿Y? ¿Qué problema hay?

- Llegará agotado del viaje, no creo que esté para fiestas.

- Tienes razón, pero sabes que harán la fiesta igualmente. Ven y diviértete, no pierdes nada.

- Sí, lo se; pero yo no voy a participar, no lo veo bien.

- Está bien, nos vemos mañana. Si cambias de opinión puedes acercarte, eres bienvenida.

Me paso lo que queda del día pensando qué detalle puedo hacerle a Adan para darle la bienvenida, pero que no le suponga un esfuerzo. Llegará agotado de la fiesta que le montaron las demás chicas y lo que más le puede relajar es... No se me ocurre nada, no paro de darle vueltas. Algo se me tiene que ocurrir. Eso espero.

Ya debería de estar terminando la fiesta, por lo que bajo a la cocina y preparo dos chocolates calientes. La cocinera me dijo que a Adán le encanta esta bebida, se lo daré y me iré. Un detalle sencillo pero agradable. Coloco todo en una bandeja y subo con cuidado a su habitación intentando no volcar el contenido; mientras aprovecho y repaso el equilibrio para las clases de protocolo. Una vez arriba solo toca esperar a que llegue. En unos 10 minutos más o menos oigo pasos acercarse y le veo venir por el pasillo, me levanto con uno de los chocolates en la mano. Como suponía, tiene cara de no poder más y cuando levanta la vista y me ve frunce el ceño.

- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en la fiesta?

- Supuse que llegarías agotado y que lo que menos necesitabas era una fiesta, así que pensé que un chocolate caliente te vendría mejor para relajarte. Aquí tienes. - Le entrego la taza y él la coge sonriendo.

- Me viene muy bien, te lo agradezco. ¿Quieres pasar y tomamos el chocolate juntos? Veo que tienes otro.

- Claro, me encantaría.

Una vez dentro nos sentamos en la cama con el chocolate y nos ponemos a hablar. Él me cuenta cómo fue su viaje, todo lo que vio y le fascinó. También me comentó que ese lugar tenía muy mala seguridad y se enfadó con el Adán del continente de Asia por su falta de responsabilidad. Por último, me dice lo difícil que se le hizo fingir felicidad en la fiesta que le organizaron las chicas, como siempre buscaba excusas para bailar lo menos posible. Yo le conté como fueron las clases en su ausencia y la convivencia con las demás. Cuando me fijo ya pasaron dos horas, al final soy yo la que le impido dormir.

- Es tardísimo, deberías descansar, mejor me voy.

- Espera. - Me vuelve a sentar en la cama y pone su cabeza en mi regazo mientras yo le acaricio el pelo con suaves movimientos. - Espera al menos hasta que me duerma. - No muy convencida asiento. Lo que menos me apetece es irme. No puedo evitar pensar en el cariño que le estoy cogiendo en tan poco tiempo, ser Eva ya no me parece tan mala idea ahora que me paro a pensarlo.

- Está bien.

Una vez se queda dormido le pongo una manta por encima, recojo las tazas y salgo en silencio de su habitación. Vuelvo a mi habitación una vez que dejo todo en la cocina y me meto en cama. Mañana será un nuevo día.

- ¡Essie! - Abro los ojos y me encuentro con Adán bastante asustado.

- ¿Qué ocurre?

- Cuando me desperté tuve la sorpresa de no verte por ningún lado, pensé que te había pasado algo. No sabes lo preocupado que estaba. - Me dice acercándose a mí y sentándose a mi lado en la cama.

- Lo siento mucho. Como dijo que me quedase hasta que te durmieras, luego me vine a mi habitación. No podía permanecer ahí, pueden echarme de aquí por dormir a tu lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.