- ¿Te has enterado? - Me pregunta Nila mientras damos una vuelta por el jardín. Es el lugar donde siempre vamos a pasear porque es donde menos chicas hay; ya que la mayoría se quedan en el interior del palacio. Hay bastantes que ya se fueron por el estrés de los estudios o por darse cuenta de lo que conlleva ser Eva. Quedamos alrededor de 35.
- Ya sabes que nunca me doy cuenta de los cotilleos. ¿Qué pasó?
- Hay varias de nosotras que ya dan por perdido llegar a tener algo con Adán y están intentándolo con Amal. Él se está aprovechando de la situación y se está acostando con ellas.
- ¿Qué? - Pregunto sorprendida. - ¿Cómo pueden faltarle el respeto de esa manera a Adán? Cuando se entere, esto no va a acabar bien.
- Buscan entablar una especie de relación con Amal; a fin de cuentas, es muy influyente en el continente y tiene mucho poder. - La verdad es que tiene sentido, no piensan irse de aquí con las manos vacías. Ya queda solo mes y medio para terminar los 6 meses de preparación y vendrá la elección de Adán.
- Pero él es el mejor amigo de Adán, no entiendo cómo puede meterse en medio de sus asuntos. Además, esta elección concierne a todo el continente, a él también.
- Creo que trama algo, creo que se cree superior a él, o que lo tiene comiendo de la palma de su mano. Es como si el verdadero Adán fuese Amal.
- No se, pero Adán debe saber esto, no puede elegir a una y luego enterarse que estuvo con Amal, le estaría engañando. ¿Crees que debería decírselo? Me van a odiar más incluso de lo que ya me odian.
- Adán no puede tomar una decisión sin tener todo en cuenta. Yo creo que lo mejor es que hables con él cuando vuelva. Se va a enfadar, eso está claro, pero es lo mejor para todos nosotros. Es mejor que se enfade ahora y que no después cuando sea demasiado tarde. Si llegase a ocurrir puede arder Troya y si llega a saber que tú lo sabías...
- No sería consciente de sus actos. - Le interrumpí asustada. Adán necesita saberlo cuanto antes.
…
Los días hasta la llegada de Adán se me pasaron muy despacio. No paro de darle vueltas a la manera más apropiada para hacerle saber la noticia. ¿Y si la paga conmigo? ¿Y si ya no quiere casarse con ninguna y todo fue en vano? ¿Y si...? Todo son preguntas, miedos. Miedo a cómo reaccionará. Nunca llegué a saber cómo es Adán enfadado y tampoco quiero. Estoy sentada en mi habitación, siendo una cobarde por no atreverme a salir y enfrentarme al problema, a él y a las demás chicas. Me muero de ganas de ver a Adán, pero el miedo puede conmigo.
Alguien golpea la puerta, ¿será él? Me levanto y abro. Así es, veo a un Adán con una gran sonrisa. Me mira con un brillo en los ojos y yo no puedo evitar mirarle igual, como lo echaba de menos. Entra dentro tras cerrar la puerta sin dejar de mirarme. Me atrae a él poniéndome una mano en la cintura, mientras que la otra la lleva a mi mejilla para besarme. Yo dejo mis manos en su pecho, para finalmente dirigirlas a su cuello. Me entrego por completo a ese beso, pensando que puede ser el último.
- No sabes todas las veces que me imaginé de nuevo contigo. - El color aparece en mis mejillas.
- Al fin has vuelto. - Le respondo apoyando mi frente en la suya, y acariciando su mejilla.
Tras ponernos al día sobre todos los sucesos que acontecieron mientras él estaba fuera, decido que llegó el momento de contarle la noticia.
- Hay algo que tengo que decirte. - Digo agachando la cabeza.
- ¿Qué ocurre? - Me mira interrogante, preocupado. Yo le devuelvo la mirada asustada. - Tranquila, puedes decirme.
- Hay varias chicas que... - espero un rato para buscar las palabras correctas, pero es una tarea imposible. - ... se acostaron con Amal porque no ven posibilidades contigo; ya que pasas mucho tiempo conmigo. - Adán se levanta de golpe enfurecido.
- Dime que es una broma de mal gusto. - Me agarra de los hombros para que le mire a los ojos. - ¡Dímelo! Dime que no estás completamente segura de esto. ¡¿Sabes lo que esto significa?!
- Me lo dijo Nila. Te lo digo porque es mejor que lo sepas ahora y no que elijas a una chica para después enterarte de lo ocurrido. Mereces saberlo y yo no puedo ocultártelo.
- ¿Sabes quienes fueron? - Niego con la cabeza.
- Voy a hablar con Nila, esperemos que ella lo sepa.
- Voy contigo. - Se acabó lo de tener miedo a que todas me odien, o hablen de mí. Realmente ya lo están haciendo, no pierdo nada. Es mejor hacer lo correcto antes de que todo se hunda.
- No es necesario.
- Me da igual, no voy a permitir que se rían de ti a tus espaldas. - Se acerca nuevamente a mí pero más relajado y me da un beso en la frente. - No tienes nada que temer. Gracias por decírmelo. - Asiento agradecida por sus palabras.
- Está bien, vayamos a ver a Nila.
- Así es como me gustas, decidida, comportándote como Eva. - Me sorprende lo que dice, pero tiene razón, hay que ser fuerte o al menos intentarlo, eso lo cambia todo. Le sonrío y vamos al encuentro con mi amiga.
Tras buscarla por todo el palacio en vano, le digo de ir a su habitación. En plena tarde es raro que alguna de nosotras se encuentre en su habitación, pero es el único sitio que nos queda por mirar. Llamo con cuidado, y tras un "adelante" entramos. Nila está sentada en el escritorio escribiendo, aunque nada más vernos guarda todo rápidamente. Seguramente le esté escribiendo al chico que le gusta.