Esther

Capítulo 9

- En primer lugar, enhorabuena a todas por haber pasado la primera fase. Sé que no os lo pusimos fácil, pero debemos hacerlo así para demostrar que valéis para el puesto de Eva. Sois 9 las que habéis quedado. - Adán se queda en silencio un rato, analizando la situación. Miro a las demás, hay algunas que se muestran decididas y otras sobrecogidas. - A partir de mañana, cada día pasaréis cada una, una noche conmigo. Una vez terminados estos 9 días, decidiré quién será la futura Eva. En vuestras habitaciones han colocado la lista con el día que le tocará a cada una.

- Perdón por interrumpir, pero, ¿qué conlleva pasar una noche contigo? ¿tendremos que hacer...? - Linda, una de las chicas, le pregunta tímidamente; pero Adán le interrumpe.

- No os daremos instrucciones de lo que se va a hacer. Esa es la prueba. Con la información que os di debéis decidir. - Esto no evita que me sienta incómoda. Sé que varias de algunas chicas decidirán no solo besarle y no quiero ni pensar en cómo actuará Adán. ¿Les corresponderá? ¿Esa es la prueba? ¿Ver si en la cama le gustamos? Prefiero no pensarlo, no quiero ni imaginarlo. - ¿Alguna pregunta más? - Todas negamos con la cabeza. - Una última cosa, quien cuente lo que ocurre esa noche será echada de palacio. No se puede confesar lo que hayáis decidido, ni cómo yo pueda reaccionar. Debéis mantener silencio. Bien, esto es todo, que empiece la segunda fase.

Nos retiramos en un absoluto silencio. Al llegar al salón de descanso, algunas empiezan a preguntar:

- ¿Qué creéis que quiere conseguir con esto?

- Dudo que quiera segundas intenciones.

- A lo mejor quiere ver si en la cama le vamos a compensar.

- ¿Los reyes no querían chicas vírgenes?

De repente se callan y me miran.

- Essie, ¿tú qué crees que él quiere que hagamos? - Sé que quieren saber lo que pienso porque paso mucho tiempo con él.

- Sinceramente, no lo sé. Estoy igual que vosotras.

Todas bajan la mirada tristes, no sabiendo qué hacer. Esto es más complicado de lo que parece. Creo que estamos ante la prueba psicológica, lo duro de la prueba es tanto moral como personal.

Con el ánimo decaído cada una nos dirigimos a nuestra habitación. Al lado de la cama hay unos papeles, uno con las explicaciones que dio Adán y otro con la lista. Soy la última. No sé si es bueno o malo, bueno por ver las reacciones de las demás y mal porque los nervios aumentarán. Me siento en la cama y suelto un gran suspiro. ¿Qué es lo que tendría que hacer? Ser yo misma es la decisión más acertada, pero ¿cómo soy yo en una noche con un chico? Nunca viví esa experiencia y no tengo ni idea de cómo actuaría. ¿Tengo que ir ya con pijama o me cambio allí? ¿Duermo en el suelo o con él? Demasiados detalles que hay que tener en cuenta. ¿Qué haría Dios en mi lugar?

Unos golpes en la puerta me sobresaltan. Abro la puerta y veo a Adán al otro lado. Le dejo pasar y cierro la puerta.

- Tengo que hablar contigo de una cosa para que no haya confusiones.

- ¿Qué ocurre? - No puedo evitar recordar el beso y cómo todo cambió en tan poco tiempo.

- Durante estos días no voy a poder verte como antes, no es justo para las demás en esta fase. - Bajo la mirada triste, parece que está rompiendo conmigo; pero ni si quiera estuvimos saliendo.

- Lo entiendo, es mejor no dar de qué hablar. - Me alejo y le doy la espalda, no quiero que vea mis ojos aguados. Noto que se acerca y hace que me gire para mirarlo.

- No quiero que pienses lo que no es. Mis sentimientos por ti son los mismos, eres la mujer con la que quiero estar y eso no va a cambiar. Pero como te dije, en esto los sentimientos no tienen cabida, espero que hagas la prueba acertadamente. Confío en que lo harás. Mientras, tendremos que guardar las distancias porque quiero ver cómo actuáis todas sin sentiros amenazadas por ninguna.

- Tienes razón. Perdona mi actitud. Conseguiré hacer la prueba de la mejor manera posible, lo haré lo mejor que pueda. Esperaré por ti estos 9 días.

- Sabía que lo entenderías. Recuerda que aunque físicamente no estemos juntos, no pararé de pensar en ti, de quererte y desear que llegue el día 9 para verte de nuevo. - Ya más tranquila le sonrío. Esto es algo que debe pasar, y solo me demuestra que es un hombre justo y que hace lo correcto. Me agarra de la cintura y me besa, con amor y dedicación. Me demuestra con actos y palabras lo que realmente siente y lo que debe hacer. Yo lo acepto y le hago entender que puede confiar en mí. - Buenas noches, Essie.

- Buenas noches, Adán. Hasta dentro de 9 días. - Me besa una última vez y se va. Sin haberlo imaginado, ha conseguido que sepa cómo voy a afrontar esa noche con él. No debo mostrar que estuve con él antes, debo conocerle como si fuera la primera vez. Debo llegar a su corazón de nuevo, pero con la educación propia de una reina. La prueba no es para demostrar tus cualidades en la cama, sino tus cualidades de carácter, tu fortaleza ante estar en la misma habitación con un hombre que no es tu esposo. Es una muestra de fidelidad y compromiso.

Solo tengo que confiar en que, si Dios me ha colocado aquí, no permitiría ir en contra de lo que él quiere. Él pretende fortalecer nuestro carácter, no tener que acostarnos con alguien para demostrar algo.




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