Esto es Amor

Capitulo C I N C O; El Cielo.

Megan.

¿Estoy en el cielo?

¿Querré volver a la realidad después de esto?

Por que si es así déjenme aquí para siempre por favor.

Besar a Ethan es la mejor experiencia de todas, primero no me siguió el beso se quedo estático y no sabia si había hecho algo malo o no quería besarme, cuando estaba por separarme el tomo la iniciativa y agarro mi cuello y me besó. Me BESÓ como si ese beso fuera el ultimo que diera en su vida, como si mis labios fueran el dulce que a él tanto le encanta y no tuviera suficiente de ello. Como si mi boca fuera la fruta más exótica y el no puede tener mas de ella.

Fue excitante, apasionado, tierno, de todo un poco. Pero lo mejor es que el lo quería tanto como yo.

Estaba nerviosa mientras iba con Soph en su auto hacia el gimnasio.

–Tranquilizate Megan sabes que l estará trabajando su cuerpo para bajar la testosterona.–Dice Soph mientras rueda los ojos.– Mi hermano tienes unas maneras de relajarse.

Eso ultimo lo dijo en un susurro.

Pensaba que al llegar al gimnasio él estaría golpeando el saco de boxeo como siempre hace cuando está enojado, pero no. Lo encontré alzando pesas de manos y cantando.

Su voz.

¡Oh Dios! su voz me hipnotizó, me cautivó y me puso húmeda de lo ronca que le salía y de lo correcto que cantaba la canción, era hermoso. Sin camisa, con esa gorra, esos pantalones cortos, sus tatuajes era hermoso en todo su esplendor.

Parecía un modelo de esos de motocicletas.

Siempre me pareció un chico atlético, intimidante, pero por sobre todas las cosas HERMOSO.

Si lo sé es intimidante de solo verlo con su metro noventa y cinco de altura y todos sus músculos. Pero bueno que puedo hacer siempre e tenido ojos para él aunque él nunca me preste atención él siempre será el dueño de mi corazón.

Él no lo sabe y no creo que se lo diga pero el siempre será mi amor platónico, el hombre de mis sueños, simplemente el pues por así decirlo es el dueño de mi.

No se si para el será lo mismo pero moriré amándolo. El fue mi primer beso hay cosas que no se olvidan.

Después de ese beso él me miró con esos deliciosos ojos grises que cuando demuestran cualquier emoción cambian de color, no sabes si son azules, grises o verdes claros me encantan son mi mejor paraíso.

Se levantó del banquillo y se estiro en toda su altura, viro la cabeza y me observó.

-¿Trajiste el auto?- Me preguntó con su voz un poco menos gruesa.

Negué con la cabeza y dije.

-No, el gimnasio está cerca de la universidad y tu hermana me dejo aquí mientras ella iba a comprar unas cosas al centro.- Dije y ahora me doy cuenta que no tengo como irme a casa y no tengo muchas ganas de caminar, me tocara irme en bus o en taxi.

Si es cerca pero a veces las calles son peligrosas. Mejor prevenir que lamentar.

-Espera aquí ya vuelvo- Dijo y empezó a caminar a grandes zancadas y acomodo las pesas y los instrumentos de ejercicio que utilizó, agarro sus cosas y las guardo en su bolso.

-Vamos te llevaré a casa- Estiro su mano para así sujetar la mía y me ayudó a levantarme, salimos del gimnasio y todavía seguimos de la mano y a él no parecía importarle, me atrevo a decir que le gustaba porque iba  con una sonrisa en su cara, mientras yo iba toda sonrosada por el calor de sentir su mano en la mía. Rayos soy una chica de 21años y me sonrojo al verlo nada más, parezco quinceañera. Me imagino mi cara como debe de estar, toda roja que nadie sabrá dónde termina mi cara y empieza mi cabello. Qué vergüenza, pero lo que sea para que siga sujétame.

Llegamos a su auto que es una muy linda camioneta negra pero, siempre hay un pero. Es muy alta y yo muy baja, mi metro cincuenta y nueve no compite con esta bestia. Ethan desbloquea las puestas con el llavero inalámbrico y el auto hace su significativo sonido de desbloqueo, y ahora viene mi lucha de como subirme a ese monstruo de camioneta, él al ver mi lucha abrió la puerta del copiloto y me tomo de la cintura y me alzo para acomodarme en el asiento y me abrocho el cinturón de seguridad.

Después de ese inesperado y muy tierno gesto puse mi mano en su mejilla y le dije con mi cabello cubriendo mi cara por la vergüenza.

-Gracias, no sabia como subirme a tu monstruo de camioneta.- Y él solamente negó con la cabeza y me quito el cabello de la cara y acaricio mi mejilla.

-De nada pequeña fuego- Rayos había olvidado ese apodo, sonreí y lo vi cerrar mi puerta e ir a la puerta del piloto y encender el auto.

Fue un paseo silencioso, pero no incomodo sino todo lo contrario fue muy agradable estar con el, no sé qué pasará ahora después de ese beso, no sé si seremos algo más o seguiremos siendo amigos. Solo el tiempo decidirá qué pasará entre nosotros.

Fue un viaje corto, pero no sé cómo en ese pequeño trayecto me quede dormida, solo sé que estaba siendo cargada por unos brazos muy fuertes y cómodos, solo escuche una puerta abrirse y pasos ir a algún lado, después escuche otra puerta y sentí como mi cuerpo era bajado a una superficie blanda. Luego sentí algo arroparme y unos labios en mi frente de hay todo es oscuridad y sueño.




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