Esto no debía pasar

7 de abril

A la mañana siguiente desperté y si soy sincera en el fondo creía que mi suerte había acabado, David no se fijaría en mí, somos primos y por supuesto siempre ha cuestionado mi belleza, me ha subestimado y se ha burlado de mí, diciendo comentarios crueles de mi falta de busto y de mi completo odio por el maquillaje, no es posible que me empiece a querer de la noche a la mañana, tal vez debía seguir un poco borracho, si debía de ser eso. 

Era tiempo de alistarme, íbamos a salir de la ciudad hacia un parque en medio de la nada así que lo mejor sería hacerlo temprano para evitar los trancones en la carretera, me bañe y me vestí, no me peine muy bien y salí aun con cara de sueño. A las 9 am ya estaba lo más lista que podía estar, salimos a las 10 creo, habían dos autos, en cada uno cabiamos 4 más el conductor. Obviamente tendría que irme con mi madre porque mi papá y mis tíos habían ido a comprar toda la comida más temprano. Entonces me subí al primer auto detrás de mi mamá y cuando ya estaba perdiendo la esperanza él dejó a su hermano botado solo para irse conmigo, tomó mi mano durante todo el camino y algo dentro de mí estaba saltando de la felicidad, definitivamente mi sonrisa lo revelaba, estaba tan alegre que incluso la familia me pregunto que me pasaba.

Las primeras horas fueron perfectas, hasta después del almuerzo cuando el resto de la familia deseaba ponerse a jugar, y bueno yo no quería incluirme, me senté a leer un poco lejos mientras ellos jugaban, lo miraba a él de lejos, contemplandolo, amaba su sonrisa, ese diente torcido que jamás ha querido arreglar, ese pequeño chillido que produce al comienzo de su risa, le puse cuidado a cada detalle, grabando una película en mi mente para disfrutarla una y otra vez. 

Claro está no hay nada absoluto, él se puso extraño como a las 3 pm y se fue a una pequeña cabaña que había en la zona más alejada del parque, la habíamos descubierto esa mañana junto con Alejandro y a ambos nos había gustado. No pude verlo alejarse y quedarme allí sentada, así que como pueden adivinar fui tras él, con la excusa de buscar treboles, me encontré uno de 4 hojas, el trebol de la suerte, entonces tome aire y entre a la cabaña a mostrarle mi descubrimiento, duramos un rato juntos y al final volvió a pasar lo mismo que la noche anterior, me beso, de una forma tan apasionada que estuve segura de que necesitaba sentir que yo también quería besarlo, a mi trebol se le rompió una hoja, lo ignore, lo guarde en mi bolsillo y seguí besando al hombre que me estaba mostrando algo maravillosamente nuevo.

Pero la felicidad no duró mucho, Lina fue a buscarnos, por suerte no vió nada, nos alcanzamos a separar mientras ella entraba y volvimos con el resto de la familia, no por voluntad la verdad, no quería bajar la montaña, le rogué para que me llevara cargada, por supuesto que lo hizo, él hacía todo por complacerme, por sacarme una sonrisa. En el camino de vuelta otra vez estuvimos juntos, haciendonos cosquillas sin que el resto lo notará, fingi estar dormida y me recoste sin escrúpulos sobre su hombro, me creyeron, siempre he sido buena actuando y esa no fue la excepción, creo que altere un poco sus hormonas con mis caricias porque apenas llegamos salió corriendo hacia la casa sin dejar que nadie lo viera, recuerdo haberme reído de él, era divertido causarle tantas cosas, era ese sentimiento de que solo yo podía causarle algo así, alterar sus emociones, sus neuronas y sus hormonas. No sabía cómo había empezado toda esa historia pero no me importaba solo había una cosa importante en ese momento, permanecer con él, junto a él, por él y para él. 

Así pasaron las cosas y al rato cuando me despedí de él, me miro desde su cama, ni siquiera se bajó del camarote solo levantó su cabeza y me beso de una forma distinta de como lo había hecho antes, fue más lento, más suave y aunque fuera difícil más tierno, me separe de sus labios para mirarlo a los ojos, su mirada poseía una tristeza que no supe descifrar en su momento, ahora entiendo que no quería que me fuera, que me necesitaba cerca aunque lo nuestro siempre fuera a ser condenado por la gente que nos rodeaba. Y yo le falle porque lo deje solo cuando se sentía abandonado, cuando yo era la única persona que podía salvarlo. 

Salí y tomé el bus de regreso a casa, fue un viaje largo, muy silencioso por mi parte, aunque mis padres no lo notaron porque iban muy ocupados dando sus puntos de vista sobre el día. No tengo ni idea de lo que dijeron, mi mente estaba en otro lugar, en un lugar junto a él. 




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