No. Esto no podía ser real. No podía ser cierto. Seguro alguien le debió haber pagado a ese hombre para que lo dijera. ¿Pero quien? ¿Quién pagaría dinero a un hombre para que le dijera que su madre fue una prostituta? Estaban en un país extraño, ellos eran extranjeros. Nadie los conocía.
Su cabeza no paraba de dar vueltas. ¿El padre de Camil y su madre no pudieron ser amantes? Su madre no acería tan bajo. ¿por qué su padre se habría casado con una prostituta? No tenía sentido. Nadie en su sano juicio se casaría con una mujerzuela, una prostituta.
Era mentira. No le encontraba mayor explicación. ¿Pero por que ese tipo mentiría? ¿Con qué fin? ¿Él les pidió dinero para darle información? No se sentía como si trabajase para alguien. Además ese hombre no fue él único que se lo dijo. Un hombre que trabajaba en barra del bar tambien se lo dijo, incluso le mostro una fotografía. No tenía idea de como esa gente tenía fotografías de su madre, pero en este punto ya ni siquiera quería saberlo.
Aun recordaba las palabras exacta de esos hombres. Deseaba que salieran de su cabeza.
—¿Es este hombre? —Les mostro una fotografía—. ¿Él es tu padre? —Camil asintió rápidamente, era él no había duda, su cabello era un poco más corto, era mucho más joven, pero seguía siendo él.
Alguien estaba al lado en aquella fotografía. Una mujer, una mujer rubia de unos impresionantes ojos azules, llevaba un vestido verde muy ceñido a su cuerpo. Jacob se la quedo mirando. Ella no podía ser, no era posible ¿Desde hace cuanto conocía ese tal Cooper a su madre? Camil fijo la vista en Jacob. Jacob respiro hondo. No demostraría ni una pizca el desconcierto.
—¿Quién es ella? —preguntó el rubio tratando de no sonar desesperado.
—Su amante.
—¿Cómo que su amante? —vociferó al instante—. ¿De qué está hablando?
Ese hombre tendría que dar una muy grande explicación para que Jacob no se le fuera encima. Él no era violento. Odiaba la fuerza bruta. Lamentablemente sus puños estaban en desacuerdo.
El hombre no se inmutó. Se lo quedó viendo como si Jacob fuera una exhibición de circo.
—Esas no son el tipo de cosas que yo deba divulgar. —El hombre no se veía de fiar, pero al diablo, Jacob quería saber porque ese hombre dijo eso de su madre, era mentira, tenía que serlo, él no podía ser el hijo de una...
No. Jacob no cedería a sus impulsos. A pesar de la rabia desenfrenada que palpitaba por cada rincón de sus venas, él no usaría la fuerza bruta
—Mil euros —espetó.
—Yo no soy alguien a quien puedas comprar —aviso—. Tengo mucho más dinero del que puedes calcular —expresó con desdén mientras lo miraba como si Jacob fuera una alimaña.
Bueno talvez ofrecer dinero al dueño del lugar no fue lo más inteligente. Pero Dios. ¿Cómo podía pensar con la rabia contenida en su interior?
—No me iré de aquí hasta que me explique porque...
—¿Quién eres? ¿Qué eres de ella?
Jacob no respondió. ¿A ese tipo que le importaba quien era Jacob? Él quería respuestas, pagaría bien por ello, si tan solo supiera algo que ese tipo pudiera querer.
—Entonces me temo que no nos podremos...
—Ella es mi madre —interrumpió a regañadientes—. Soy su hijo.
El rostro de hombre se torno blanco. Lo miró de pies a cabezas.
—Bueno. —Una sonrisa maliciosa se formo en su rostro—. Creo podríamos llegar...
—Hable, ofreceré lo que pida ¿Por qué dijo que mi madre...
—Tomen asiento. —Los invito a pasar—. ¿Quieres saber por que lo dije? Bien.
Jacob no esperó la respuesta que recibió. Aún esa respuesta no entraba en su cabeza. Decían que la ignorancia era buena, ahora lo entendía. Él hubiera preferido no enterarse de nada. No podía concebir que su madre fuera la posible sospechosa de la supuesta muerte de los padres de Camil. Su madre una asesina. Imposible. Camil era la prueba. Si su madre hubiera matado a la madre de Camil, Camil no estaría viva. Su madre no era una asesina. Si tan solo fuera eso. Además se llevo con la sorpresa que tambien haya sido una prostituta. El diamante de ese lugar. Según lo que ese hombre dijo su madre fue la amante del padre de Camil. No. Fue la amante de cientos de hombres. Jacob era su hijo. Era el hijo de una... Adelante dilo, no querías llamar a las cosas por su nombre ¿Cómo dijiste que se llamaban a las mujeres que se abrían de piernas ante distintos hombres? Ah sí, putas.
No. Su madre no podía ser eso. No pudo ser eso. Él no podía tener ese tipo de madre, no podía estar emparentado con ese tipo de mujer. Al menos ya sabemos por que te atrae tanto Sol, buscaste alguien idéntica a tu madre. No. Ellas dos no se parecían en nada. No lo creería. No lo aceptaría. Claro, en todo caso son diferentes, Sol lo hace por placer, tu madre lo hacia por dinero. Nunca había odiado tanto a su conciencia. Más que conciencia parecía su enemiga. Una voz marchita en el fondo de su cerebro que buscaba volverlo loco.
Si seguía en esa habitación terminaría enloqueciendo. ¿Por cuanto tiempo más daría vueltas en el cuarto? ¿Por cuanto tiempo más buscaría escusas para no aceptar la realidad? Su respiración estaba descontrolada, su cuerpo tensionado, cada poro de su cuerpo botando vibras de enojo y frustración. Tenía que aceptarlo. Su madre era eso. Era eso. Fue eso. Ya no más. En el pasado fue ese tipo de mujer. Ahora ya no. Sí. Tenía que evocar esos pensamientos. Quizá su madre lo hizo por necesidad, quizá fue demasiado pobre, quizá no tuvo otra opción. Claro no tuvo otra opción más que abrirse de piernas ante desconocidos, muy razonable. Quería que esa voz se callara maldita sea.
¿Además quien te asegura que ya no lo hace? Piénsalo, desde que ese hombre se mudo a tu casa tu madre no hace más que estar con él. No. Su madre estaba casada con su padre. Los veía felices juntos, su madre no sería capaz de engañarlo. ¿Quién sabe? Una vez fueron amantes, tu lo sabes en carne propia, no pudiste ante la tentación ¿Quién te garantiza que ella sí? Basta. Él no debía desconfiar de su madre. Ni siquiera tenía pruebas para hacerlo. ¿Mayor prueba que vivir la misma situación? Nicolás fue tu mejor amigo y eso no impidió que te follaras a su novia ¿Qué impediría que ese hombre no lo hiciera?
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Editado: 11.06.2022