XII

•NICOLLE LOMBARDI•

Ava.

Despierto envuelta en unas sabanas blancas, en una habitación completamente desconocida. Me recargo sobre mi brazo y siento la puntada en mi cabeza.

Qué noche.

Miro el anillo en mi dedo recordando los sucesos anteriores y maldigo mi persona, y el perder la cordura de esa forma. ¿Como se me ocurre tomar esa droga?

Me levanto y analizo mi vestimenta. Solo estaba en ropa interior.

¿He hecho algo anoche?

Comienzo a merodear hasta abrir el armario y encontrar ropa de hombre, tomo una polera y la llevo a mi nariz.

Huele a el.

Entonces estoy en casa de Nicholas, las paredes de la habitación son de color rojo, su cama de un tipo de madera oscura y costosa, al igual que los muebles que la adornan. Abro una puerta encontrando el baño de la habitación, todo cubierto de mármol negro. Una tina preparada con algunos jabones me da la bienvenida y al pie de la misma una mesa con unos empaques. Le echo mano encontrando un pantalón blanco y una polera de mangas color verde. En el otro había ropa interior. Imagino a Nicholas eligiendo lencería para mi y un escalofrío me recorre la piel.

Me doy un corto baño para luego vestirme y recoger mi cabello en un moño. Con los mismos zapatos de la noche anterior salgo de la habitación. Afuera todo es mas iluminado y cálido, los pisos son de un mármol cándido, las escaleras siguen ese patrón rústico pero acogedor. Justo al pie de la escalera un piano de color negro adorna el lugar. Sigo caminando y notando las grandes ventanas que permiten la iluminación. Al llegar a la sala un balón de futbol rueda hasta mis pies, lo recojo y enseguida un niño se detiene frente a mi.

—Eso es mío.

—Está bien—sonrió y le paso su pelota.

—Te dije que no podemos jugar adentro, nos meterás en problemas con mamá. —Una joven adolescente venia discutiendo detrás de este.

Ambos con cabellos castaños y ojos azules. Ella un poco mas alta que el y mas delgada.

—Anne, ya despertó—Dice el niño a la muchacha.

—Está bien Tommy, ve a avisarles. —Ordenó con autoridad.

Se quedó frente a mi observándome con los ojos levemente entrecerrados. Le encontré un parecido a Nick, pero no quería sacar alguna conclusión errada.

—Mi nombre es Anne, Anne Prescott. El tonto que se fue es mi hermano, Thomas.

Asiento.

—Yo soy...

—Ava, se quien eres.

Escucho los pasos acercarse y viene Tommy corriendo abrazado a su pelota, seguido de Nick y.... Su amante.

Nicholas vestía un suéter de cuello alto negro y pantalones del mismo color. La mujer, llevaba un chaleco de vestir blanco, unos pantalones sueltos del mismo color, joyas doradas y unos tacones bajos.

Iba a decir algo, pero Nick negó.

—Aquí no, acompáñame. —Me guió hacia el jardín, donde a muy pocos metros alejados había una mesa con documentos. —Suelo trabajar aquí, me da mas tranquilidad el aire libre.

Asiento.

—Por lo que sabemos, fueron diez hombres enmascarados, un poco atrevidos para lo que hicieron, lograron escapar seis, dos murieron y capturamos dos.

Asiento esperando a que toque el tema que me interesa.

—Hubo algunos heridos de los nuestros pero nada grave.

—Nicholas.

—Garibaldi se comprometió a ayudarnos con todo esto...—Me esta ignorando.

—¿No te parece que estoy esperando que me hables de otra cosa?—Alza su mirada en mi dirección desde los documentos esparcidos en la mesa y luego vuelve su atención a lo mismo.

—Lo curioso es el cómo dieron con el lugar y como entraron, alguien de la seguridad estuvo implicado...

—¡Nicholas Lombardi quiero me respondas en este instante que hace tu jodida amante aquí!

Se pellizca el puente de la nariz y llama por su teléfono. Seguidamente la mujer aparece caminando en nuestra dirección seguida de los niños.

—Ya suficiente tengo con toparme a tu ex en los eventos...

—Para.

Ahora si me escucha.

—Mi nombre es Nicolle Lombardi. Soy la hermana de Nick y ellos son mis hijos.

Soy una estúpida.

—Supongo que me escuchaste—Asiente—, lo lamento.

—Nick, ve con los niños adentro—Nicholas asiente y se lleva a sus sobrinos—, entiendo que estes un poco confundida. Yo no soy una persona que frecuente estos eventos, como tu comprenderás la familia de la cual provengo. Yo soy una hija bastarda....

—Escucha Nicolle, no creo que necesite que me cuentes todo esto, lamento haberte juzgado mal, pero con saber que sois hermanos para mi es suficiente...—Interrumpo avergonzada.

Niega —Tengo que contarte las cosas para ayudarte a comprender. Mi madre engaño a mi padre, de ese fruto nací yo. Cuando mi padre lo descubrio, enloqueció y murieron en un accidente . Luego de eso yo huí muy lejos a Grecia no quería tener nada que ver con los Lombardi y su significado. Encontré a mi padre, el verdadero, poco tiempo después. Nicholas ha llevado una vida difícil, no te pido que le tengas lastima, ni que justifiques sus acciones con traumas de la niñez, solo que entiendas de donde viene tanto dolor. —Asiento—, este negocio conlleva a muchos peligros Ava De Luca y por lo que se aun no lo has entendido, cuando entras nunca sales y desafortunadamente todos nacimos aquí, todos nacimos dentro.

—Yo no...

—Ayer por la noche Nicholas me llamo, quiso invitarme a la fiesta, pero algo ocurrió con mi padre, unos hombres a los que el debe dinero fueron a buscarlo en nuestra casa y lo golpearon, los niños se asustaron y Nick fue hasta allá, es la razón por la que llegamos tarde y no pude presentarme como corresponde, el parentesco entre el y yo esta manchado, y aunque el se cohiba un poco siempre dará la cara por toda su familia, así como lo hizo por tus padres. No debo ser yo quien te lo diga pero mi hermano salvo la vida de tus padres. —La elegancia de su voz y la clase con la que gestiona sus movimientos me da a entender que Nicolle no es cualquier persona es una mujer (aunque menor que Nick y poco parecida por su cabello rubio) preparada.