"Evros"

CAPÍTULO 1: LA ELECCIÓN ABOLIDA

1 de mayo de 1961.

Texto escrito con sangre en la pared de un hospital psiquiátrico en Cuba:

"¿Puede tal cosa suceder en el mismo mundo donde hace poco, en la sangre de los revolucionarios franceses, en el vientre de Francia, en agonía, nació la libertad más humana, aunque no absoluta, aunque no primitiva? Este mundo realmente se ha vuelto loco, y no fueron los eventos externos y las circunstancias objetivas quienes lo enloquecieron, sino los verdaderos tiranos, dictadores y autócratas. El pensamiento sensato ahora es considerado una locura y se intenta encadenarlo de todas las formas en la camisa de fuerza; la locura es ahora una nueva religión, mientras que el sentido común se pudre gradualmente en espacios solitarios: se pudre porque está privado de luz y lleno de oscuridad, de humedad, cualidades inherentes a ese mismo entorno donde se ve obligado a esconderse por su propio bien y su propia vida.

En el mundo moderno ya no existen sistemas legales vivos, solo existen sus cadáveres, que los que están en el poder disfrazan cuidadosamente como si estuvieran vivos. Y lo hacen no para obtener ciertos beneficios, sino, la mayoría de las veces, para preservar su propia vida. ¿Es esto a lo que aspiraban nuestros antepasados? ¿Es esto lo que queremos para nuestros descendientes? El poder revela los lados más viciosos de cada persona: cuanto mayor es el poder, más éxito tiene al hacerlo, y es tonto quien, al aspirar al poder, cree que, al alcanzarlo, podrá probar el fruto del conocimiento del bien y del mal; solo podrá saborear una cáscara etérea, efímera, creada una vez por alguien intencionalmente, detrás de la cual reside el vacío absoluto...

A partir de hoy, se nos ha privado de la elección, se nos ha privado intencionadamente, y por eso su crimen es aún más grave: en sus discursos, se guían por la tesis de que no dar ningún paso es aún peor que dar un paso atrás. ¡Qué infantilismo! Hoy nos quitarán este derecho, y mañana ya no necesitaremos derechos: tú, que eres un esclavo, tú, que existes en el paradigma de los deberes, les deberás todo a ellos, y ellos a ti, nada. ¡Asombroso! Y sin embargo, los derechos de los ciudadanos son los deberes del estado, y los derechos del estado son los deberes de los ciudadanos. Ellos quieren, a toda costa, liquidar este principio, y después, habiendo destruido varios otros similares, crear esa misma bestia, el Leviatán, cuya presencia cerca de las fronteras de Europa del Este no puede dejar de alarmar a toda persona civilizada y sensata.

Primero nos privarán de la elección del poder, y luego de la elección de un traje, una vivienda o un automóvil; sin embargo, esto ya está ocurriendo ahora, cuando en el mercado, en lugar de la variedad de cientos de ofertas, brillan solitarias dos o tres, reguladas completamente por el aparato estatal. Así, si una persona quiere sacar ciertas conclusiones sobre un estado, debe mirar sus mercados: externos e internos, incluidos los financieros, qué bienes entran y salen de ellos... Pero, al privarnos de todo, ¿pueden librarnos de la capacidad de pensar, imaginar y sentir? Pueden influir en estos procesos, iniciarlos y detenerlos, pero no controlarlos en el intervalo entre el principio y el fin... Así, al mirar estas paredes blancas, distingo los rayos del sol, el verdor de Veronese y la tierna escarlata de las rosas... ¡nada puede reemplazar una dictadura excepto otra dictadura!"

Texto escrito con sangre en la pared de un hospital psiquiátrico en Cuba:

"¡Bajo lemas de libertad, derribasteis la dictadura solo para establecer una nueva dictadura en estas tierras! Derribasteis las estatuas anteriores, liberando así espacio para nuevas estatuas, pero ¿para qué, si en el campo quemado no habéis creado nada digno de respeto y adoración? Con la despiadada crueldad de un león que pisotea a una gacela acorralada, destruisteis sin piedad todo lo que antes adorabais de manera tan servil, y luego adoptasteis por completo todos esos principios y piedras angulares de la gobernanza, cuya solución habíais establecido como uno de los principales objetivos de la revolución. Pocos años después de la revolución, ni siquiera os disteis cuenta de cómo os convertisteis en aquellos a quienes destruisteis. En esto, vuestra tragedia se asemeja al destino triste de los revolucionarios franceses, con la única diferencia de que no fue la revolución la que os devoró, ¡oh, gran Danton!, sino que fuisteis vosotros quienes la devorasteis, o más bien sus frutos más dulces, como la libertad, la igualdad y la fraternidad...

Una vez en el poder, después de probar su carne extraordinariamente atractiva, al igual que todos los que os precedieron y, sin duda, los que vendrán, creísteis ingenuamente que este tiempo, vuestro tiempo en el poder, duraría para siempre. A aquellos que intentaban devolveros al seno de la realidad, los ejecutasteis, porque nada odia tanto un adicto como cuando se le llama adicto, se le señala el objeto de su adicción, sin mencionar que se le quite ese objeto de adicción. Nunca pudisteis comprender que en nuestro mundo es común que los gobernantes y los gobiernos se reemplacen entre sí, pero los pueblos y las naciones siempre siguen siendo los mismos, adquiriendo solo cualidades insignificantes para su naturaleza y esencia, y, lo que es igualmente importante, perdiendo otras similares... Mis palabras no pretenden justificar el pasado, lo que ha pasado, lo que se ha perdido y nunca volverá; tampoco pretenden calificar de malo todo el presente. Al reconocer los vicios, tanto los pasados como los presentes, pretenden llamar a la preservación de lo humano en las mismas profundidades donde le corresponde existir, sin evaporarlo de ellas y al mismo tiempo sin transformarlo en la frialdad del hielo...".




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