Excalibur.

Capítulo 0.

POV. Serena.

Un clavo no saca otro clavo.

Intentaba recordarlo todo el tiempo, pero resultaba difícil prestarle atención a ese dicho cuando el dolor de haber perdido a mi pareja de años estremecía mi cuerpo.

Para una chica de 21 años parecía que el mundo ya no se tambaleaba todo el tiempo, por lo general pensaba que esa etapa la había superado. Pero, oh, sorpresa, regresó a mí con más fuerza después de enterarme que el chico que consideraba “el amor de mi vida” se había acostado con Elena Botello en la fiesta de fin de curso.

El amor te hace cosas extrañas, pero diablos, el desamor no lo entiendes hasta que lo vives.

Puedo decir que el parabrisas roto de su auto fue la señal para saber que nosotros habíamos terminado. PARA SIEMPRE.

Jódete, Mateo, tú y tu nueva novia. Por mí pueden casarse, tener dos hijos, un perro y la bonita casa con la cerca blanca. De todas maneras, ese ya no era mi sueño. Bien podía regalárselo.

Volviendo al momento actual, un clavo no saca otro clavo, pero en definitiva el “clavo” más candente que jamás había visto estaba frente a mí, tomando una cerveza como si fuera el mejor modelo promocional que hubiera visto.

Esa noche todo cambió para mí. El momento en que una chica y un chico se vieron a los ojos y sonrieron coquetamente. Esa noche puede que la pasión del momento los haya llevado a olvidar la protección cuando las cosas se pusieron intensas.

Esa noche, precisamente esa noche, quedé embarazada.

**

3 semanas después.

—Esto no puede estar pasándome a mí.

Malditas pruebas de embarazo, maldito el mundo, maldita yo que olvidé lo más importante.

Después de haber terminado de hacer el delicioso, el chico con el nombre desconocido salió de la habitación sin decir una palabra. No esperaba que se quedara, en realidad las cosas se vuelven muy incomodas después de estar con un desconocido, así que por un momento agradecí la falta de caballerosidad del tipo. Ahora quiero matarme por no haberle preguntado siquiera cuál era su nombre. Parece que las cosas no quieren salir bien para mí.

Miro las cinco pruebas de embarazo que están en el lavamanos.

POSITIVO.

No sé si es por la impresión o porque los mareos son síntomas de embarazo, pero pierdo el sentido por un buen rato.

**

—El chico, de la fiesta, necesito que me digas quién es y dónde puedo encontrarlo.

Estar en problemas es algo a lo que me he acostumbrado toda mi vida. Meter la pata siempre fue mi especialidad, pero nunca algo como esto.

Considerando que solo estuve con una sola persona en mi vida, jamás me enfrenté a este tipo de percances. Embarazarme de un desconocido nunca representó un posible problema. 

Pero ya sabes lo que dicen, nunca creas que no te puede suceder.

—¿Por qué necesitas esa información? ¿Ahora eres una acosadora o algo parecido? — dice Jorge, el chico que organizó la fiesta esa noche.

—Sólo necesito que me hagas un favor. No preguntes por qué.

Miro fijamente su rostro. Me está observando, inexpresivo.

—Vamos, no es como si fuera una loca.

—Bueno, es que...podría meterme en un problema si te lo digo. Sobre todo considerando que… bueno, ya sabes.

¿A qué diablos se refiere? Inhalé, necesito ser paciente para encontrarlo.

—No, no lo sé, y de verdad necesito que me pases el contacto de ese chico.

—Es que no es tan sencillo hacer eso.

—No lo entiendo, ¿a qué te refieres? ¿Acaso no lo conoces?— mierda, parece que me enrole con el colado de la fiesta.

Jorge chasque la lengua tres veces.

—No, si lo conozco, la verdad todo el mundo lo conoce. Me parece extraño que tú no lo hagas.

No me gusta la mirada graciosa que lanza hacía mí. Quiero soltar un gran golpe, pero no estoy segura de ser capaz de eso.

—Puedes decirme de una maldita vez quién diablos es.

—Su nombre es Arturo, Arturo Salas y es el baterista de la banda "Excalibur".

Por un momento no sé qué decir.

Casi estuve tentada a lanzarle mi tenis a la cara por pensar que estaba bromeando conmigo, pero cuando noté la falta de una sonrisa burlona y vi la seriedad de sus ojos, supe que decía la verdad.

MALDITA SEA, EN QUÉ DIABLOS ME METÍ.

Llevo una mano hacia mi frente. 

Lo juro, tengo que ser la persona con la peor mala suerte de la ciudad. 

Levanto la mirada a Jorge y él continúa con comentarios sobre la locura que provocó que fuera Arturo Salas a su fiesta.

Me siento estúpida. Quien no conoce a la banda Excalibur bien podría vivir debajo de las piedras. Es la banda de rock más famosa del país, habían conquistado con sus letras el corazón de miles de personas en México y en todo el continente. Su música sonaba todo el tiempo en la radio, y muchas veces logre escuchar el nombre de algún integrante rondar por los medios con algún chisme por ahí.




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