12/04/2020
Las vacaciones han pasado. No hubo un solo día en el que no pensara en ti. Mamá me preguntó sobre cómo iba con el asunto de escribir, le dije que bien y luego me invitó a comer. Al salir del restaurante, me acordé de ti al ver un maniquí. Me acordé del día que fuimos las tiendas de ropa y nos pusimos a imitar a los maniquís, hasta una señora se nos quedó viendo raro.
Mi madre notó la nostalgia en mi mirada y me preguntó "¿De verdad la extrañas?", asentí con la cabeza. Claro que ella sabía de ti, sabía todo, desde mi profundo amor por ti hasta que su hijo es un idiota que jugó contigo. Y por supuesto que eso no la hizo sentir orgullosa, me llevé un gran regaño de su parte, luego me llevó al psicólogo donde me diagnosticaron un nivel de depresión leve. Ahí ella comprendió que en verdad me arrepentía y que ahora solo estaba recibiendo mi merecido.
"Si de verdad la amas, enfrenta lo que hiciste y pídele perdón. Frente a frente" me dijo.
"Mamá, ella intentó acercarse una vez a mí y salí corriendo. Soy un cobarde, ¿Realmente crees que pueda hacerlo?, ella cree que no me importó ni en lo más mínimo. La lastimé."
"Pídeselo a tu manera, ruegale hasta de rodillas. Está bien que tengas tu merecido, pero tampoco es justo que te estés muriendo por dentro. Si ella te amó algún día, te va a escuchar, y estoy segura que ella también ha esperado bastante por una explicación. Muéstrale que estás arrepentido y que harías todo por recuperarla. Hazlo ahora o te arrepentirás siempre por ni siquiera haberlo intentado."
Mi querida princesa, tal vez ya no sea un experto mentiroso.