Falsa dulzura

[08] Celine: Parte II

Mi enojo solo ascendió cuando sentí sus dientes presionando una porción de la piel de mi cuello.

—Dije lo mucho que me gusta que siempre termines en un ronroneo sexy, que a veces me frustra que hables en francés porque no entiendo ni mierda, pero que tus suspiros en mi oídos me vuelven loco, de muy buena manera, Celine provocadora Leblanc…

«Tranquila. Tranquila. Tranquila. Tranquila»

—Y se daba de santa —comentó una voz femenina, haciendo que todos soltaran una carcajada. Gassy le envió una mirada asesina, pero no me importó. Necesitaba aire porque comenzaba a sentir los inicios de la alergia.

Me levanté de golpe, con tres vasos de vodka en mi sistema, y con una débil escusa de necesitar un baño me desaparecí de su vista. No mentía, necesitaba un baño, pero para insultarlo sin ningún espectador que luego me preguntaría ¿qué dijiste? Además que sentía el estornudo venir, y cuando empezaba duraba un tiempo calmarme.

No quise verme en el gran espejo que enfrentaba a los cubículos, solo me metí en el primero que vi vacío y ahí me senté, con la cara hundida en mis manos. Sentía la escoses detrás de mis ojos, pero no me permití llorar, no porque lo detestaba —que así era—, sino porque luego iba a tener que regresar y con maquillaje corrido no iba poder mentir. Me tragué en nudo del tamaño de una pelota de tenis y permanecí quieta, reduciendo mi concentración solo al pulso que zumbaba en mis oídos unido al golpeteó en mi pecho.

Ahogué un pequeño grito de sorpresa al sentir mi regazo vibrar. Abrí mi bolso, ignorando el hecho que mis manos estuvieran temblando como papel en el viento, y encendí mi teléfono para encontrar el nombre que menos quería ver esa noche. Pero quería cualquier maldita distracción, cualquier cosa que alejara mi mente de la visualización de todos hablando sobre como Celine Leblanc, hija del director, se acostaba con un chico. Chico que era su novio, pero que a la gente poco le importaba, ya sabía por casos como los adolescentes de Payton eran morbosos y los adultos críticos, el hecho que pudiera haber una posibilidad que toda la preparatoria lo supieran me dolía como el infierno. Y ni quería pensar que llegara a los oídos de mi padre.

Lo sabía Josh, así que estaba noventa por ciento segura que ya lo sabía la mitad del instituto.

Maximiliano: ¿Rubia fuera del alcance de la sanguijuela? Te encuentras bien?

Celine: No creí que pudieras hablar en modo clave, no pega con tu personalidad.

 

Jugueteé con la asa del bolso a la espera, y para mi sorpresa la respuesta llegó al instante.

 

Maximiliano: ¿Y cual es mi personalidad, exactamente? ¿Ser un cabrón sin remedio ni humor?

Celine: Yo no lo habría podido haber dicho mejor xD

 

Ruby me había contagiado su obsesión por las caritas en mensajes, aunque él no se burló de eso para mi suerte.

 

Maximiliano: ¿No tendrías que estar comiendo perdices en tu cita y no hablando con tu vecino más odiado?

Celine: No te odio.

Celine: Bien, solo un poco. Aunque odiar es una palabra muy fuerte.

Celine: Lo cambiaría por tolerar, eres la persona que menos tolero. No porque quiera, porque yo quiero que me agrades, pero lo haces muy difícil, hombre:c

Maximiliano: Ese es mi truco para conquistar: hacerse el difícil, eso siempre funciona.

Celine: ¿En serio?

 

Demoró un poco en responder.

 

Maximiliano: Una vez.

Celine: ¿Con tu novia?

Maximiliano: Aja.

 

Desenredé mi cabello con los dedos, meditando entre meter mis manos en un tema que no me incumbía o dejarme llevar por la curiosidad.

 

Celine: ¿Por qué terminaron?

 

Perfecto, era mejor usarlo en términos generales y no aclarar que fue ella, por experiencia sabía que los hombres eran súper orgullosos para decir en voz alta que una chica cortó relaciones con él. Aunque eso pensé, hasta que él mismo me corrigió.

 

Maximiliano: Por qué me terminó, queras decir.

Maximiliano: Podría mentirte diciendo que decidió irse porque me apestan los pies en cualquier hora del día, o porque soy lo suficiente perezoso para todo, como ser romántico, o tal vez porque no me gusta salir y tener que compartir espacios con el ser humano, entre otras cosas.

Celine: A mi también me huelen los pies.




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