Dennis
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- Chicas, chicas, dejadme paso, vamos al césped de al lado, - disfruto de mi triunfo entre las decenas de bellezas que me han rodeado, cada una de las cuales quiere dar una vuelta en mi coche, que acabo de ganar, y no sólo quieren dar una vuelta en el coche, sino que mi mejor amigo rompe todas las frambuesas. ¿Quizá no es tan buen amigo si es tan mezquino?
Las chicas empiezan a refunfuñar y a protestar contra Arthur, pero él les lanza una mirada tan "dulce" que en un par de segundos ya no queda nadie alrededor. Bueno, claro, excepto este tonto, que sonríe tan amplia y sinceramente, como si acabara de hacer algo genial y estuviera contentísimo por ello.
- Oye, colega, si tú mismo no puedes presumir de un público tan agradable, no deberías ahuyentarlos de mí, - le expreso mi descontento, aunque soy muy consciente de que soy un amigo, de que se trata de una intención para hacerle sentir mejor, no de una realidad. Una de las razones por las que Arthur y yo somos amigos es que somos populares entre la mitad más débil de la humanidad, por lo que compartimos la "pesadez" de nuestro destino.
- ¿Lindo? Tío, a lo mejor te ha entrado polvo en los ojos después de la carrera o algo, ¿dónde has visto guapos? No me hagas reír, ni siquiera están cerca de mí, - y en este punto se arregla el pelo, que ya está perfectamente peinado, pero de esta forma enfatiza lo mucho que se quiere a sí misma.
- Menos mal que no hay espejos alrededor, porque si no me habría puesto a admirar mi feo hocico: nuestras conversaciones con Arthur son constantes bromas entre nosotros y un intento de apuñalarnos lo más fuerte posible. Me parece que sin esto, la amistad no es una amistad en toda regla, si no hay lugar para la burla.
- Un cagón no es un cagón, pero a las chicas les atrae este morro. Y ahora enhorabuena por tu victoria, - mi amigo le da la mano en señal de felicitación, - has hecho un buen trabajo manejándolos. Claro que no era acrobacia aérea, podrías haberlo hecho mejor, pero para estos peleles es suficiente.
- ¿Peleles? Para ti, ¿los diez mejores pilotos de nuestra ciudad son unos peleles? - Hoy ha sido un evento realmente bueno, que probablemente ha atraído hasta diez mil espectadores. Los mejores pilotos de la ciudad se reunieron para competir por ver quién es el mejor y el más hábil conduciendo a gran velocidad, y por eso es doblemente agradable para mí estar en el podio por encima del número uno.
- Bueno, claro, estás un poco cabrón con lo de estar entre los diez primeros, - empieza a decir Arthur moviendo el dedo, y es como un trapo rojo a un toro, porque llevo seis meses viviendo esta competición. He estado entrenando todos los días, a veces incluso dos veces al día, y he invertido mucho dinero en mi muñeca de cuatro ruedas, así que ahora me tomo estas dudas muy en serio.
- ¿De qué demonios estás hablando? ¿Estás diciendo que lo mejor de lo mejor no estaba hoy en la pista? - Espero argumentos, porque todo el mundo puede mover la lengua, pero salir a demostrar quién es quién, eso es otro nivel, en el que un órgano deshuesado definitivamente no ayudará y no será una panacea.
- Yo no estaba allí, - e hincha el pecho, como si hubiera un montón de medallas para las mejores carreras que ha realizado, y alguien como yo está encantado de aprender de un maestro como Arthur.
- ¿Quién te impedía participar? Te measte encima, así que es puramente tu problema, le dije, - aunque me gustaría mucho competir con él, mi amigo es un corredor realmente bueno. Hemos competido cientos de veces y el número de victorias es casi el mismo. Por así decirlo, somos dignos rivales.
- No quería quitarte estos juguetes, - dijo el tipo señalando con la cabeza a las chicas, que probablemente estaban esperando a que me dejara para volver a rodearme y atiborrarse para continuar la velada.
- Sí, cuéntame historias y te escucharé, - sonrío, sin dejar de mirar a mi cara. Esta es la vida con la que soñaba - carreras locas, fama, chicas que harían cualquier cosa por pasar un rato conmigo. Así que ni siquiera un grano en el culo como un amigo que siempre quiere restregármelo por las narices estropeará esta imagen. Y menos hoy.
- ¿Celebramos tu victoria? No es tan grande como lo habría sido si yo hubiera sido el oponente, pero aun así, el chico ganó... el chico se merece celebrar bien este acontecimiento, - sugiere mi amigo, y a mí no me importa, ¿por qué no? Siempre estoy a favor de cualquier idea.
- ¿Habrá chicas guapas? - Arthur es genial, pero necesito pasar la noche con otra persona. Del sexo opuesto.
- Bueno, si crees que estas chicas son guapas, - el tipo asiente de nuevo a mi multitud de fans, - entonces estarás rodeado de modelos de talla mundial esta noche. Os lo prometo.
- ¿Habrá alfombra roja?
- Sí, habrá alfombra roja, confeti y chicas que te harán romper el cuello...
Arthur sonríe insidiosamente, y me doy cuenta de que ya tiene algo en mente. Y conociendo a mi amigo, debe de ser algo digno de atención.