- Vi, ¿dónde conduces? ¿Por qué razón? Son casi las diez de la noche, ¡y habíamos quedado a las nueve! - dice Stasia indignada en cuanto me bajo del taxi.
- ¿Qué clase de discoteca es esta que nadie conoce? - respondo con la misma acusación a mi amiga, porque el conductor y yo debemos de haber pasado cuarenta minutos buscando este lugar. Al principio, necesité un poco de tiempo para volver en mí después de una "agradable" conversación con mi madre, y cuando estaba dispuesta a pasarlo bien y a pasar esta noche inolvidable, surgió un nuevo problema: encontrar este Brighton. Nunca había oído hablar de este club, y aunque no soy un fanático de los locales nocturnos, he guardado los nombres de muchos en mi cabeza, pero esta era la primera vez que oía hablar de él. Así que confié en el taxista, que se suponía que conocía la ciudad mejor que yo (eso es lo que es), pero resultó que el hombre tampoco estaba al tanto, así que sólo el navegador ayudó en esta difícil situación. Tomamos una ruta indirecta, a través de algunas calles y callejones, pero acabamos donde teníamos que estar. Yo estaba de los nervios, y el taxista también, además del coste de la gasolina quemada, que obviamente ni siquiera cubriría mi pedido.
- Una discoteca nueva, de moda, guay, - dijo Stasia con orgullo, como si no sólo fuera la propietaria de semejante tesoro, sino que además ella misma había construido el local, por lo que yo debía hablar de él en un susurro y sólo en buenos términos.
- ¿Cuándo se inauguró? No había oído nada al respecto en la universidad, lo cual es bastante extraño, porque la mayoría de los estudiantes de nuestra institución eran chicas, y la mitad femenina de la humanidad tiene debilidad por el baile y por encontrar un candidato digno para la noche. Y un club nocturno puede satisfacer ambas necesidades.
- Por supuesto, no he oído hablar de ella, porque solo la élite la conoce, no todo el mundo tiene la oportunidad de ir a un sitio tan guay, - al parecer tengo que caer de rodillas y agradecer a Stasia la oportunidad de girar en un círculo de chicos guays y chicas guapísimas, porque el tono de los comentarios de mi amigo sobre Brighton lo indica claramente.
- Estamos lejos de las majors, - aunque la chica está guapísima con este vestido, que se ajusta a su cuerpo como una segunda piel y aún no indica que esté embarazada, está claro que no somos de familia rica. Esto debería reconocerse y aceptarse como un hecho. - Bueno, definitivamente no lo soy.
- Esto es un regalo de Brandy. Consiguió una invitación a esta fiesta a través de sus amigos y me la dio para que me divirtiera. Es como un ensayo para una noche de chicas.
- ¿Brandy? ¿La misma? - Recuerdo al novio de Stasia, o más bien al hombre que se la había llevado de casa un par de veces después de la universidad, y que fue objeto de muchos desmayos por parte de la mitad de nuestro grupo. Yo no formaba parte de esa mitad, porque, en primer lugar, era guapo, pero no mi tipo, y en segundo lugar, era el amor de mi amiga, así que ¿por qué iba a mirarlo desde un ángulo deliberadamente equivocado?
- Sí, lo es, - mi amiga guiñó un ojo conspiradoramente y luego bajó la mirada, - ¿y qué llevas puesto? ¿Qué clase de estilo es este, de dependienta?
- ¿Qué tiene de malo? - Bueno, sí, parezco un ratón gris con mis harapos contra el fondo de Stasia, pero hay que tomar lo que se puede.
- Tienes unos vestidos preciosos, lo sé, ¿por qué no te los has puesto? Estás guapísima con ellos, - aunque el cumplido venía de una chica, era agradable oír palabras tan bonitas, sobre todo porque era cierto: me quedaban bien los vestidos. Sí, sólo eran dos, pero aun así, "hacían buen tiempo".
- Porque antes de eso, tenía una cena familiar, - y si hubiera acudido a esa cena con vestido, habría recibido una ración adicional de comentarios negativos de mi madre, como "en lugar de pasar tiempo con tu hermana y tus padres, ¿vas a salir con gente de aspecto cuestionable?". O "¿en vez de ayudar a tu hermana con los deberes, eliges a hombres lujuriosos?".
- Ya te he oído, - el buen humor de Stasia se desvaneció un poco, porque sabía perfectamente mi "increíble" relación con mis padres, y no podía evitarlo ni ayudarme en nada.
- Pero incluso con esta ropa, estoy lista para iluminar esta flamante pista de baile, - dije con entusiasmo, porque no quería estropear el humor de mi amiga, y no había venido aquí para derramar lágrimas, sino para relajar mi alma y disfrutar del tiempo que pasaba con Stasia.
- Hagamos que estos pavos mimados se rompan la crisma con nuestro baile caliente, - la chica guiñó un ojo y desvió la mirada hacia algún lado, obviamente mirando a esos "pavos mimados", así que yo también miré hacia allí y me quedé paralizado.
Por supuesto, no quiero disgustar a Stasia, pero su Brandy no estaba ni cerca de esos "pavos al horno". Enseguida me di cuenta de que la flor y nata de la sociedad se reunía esta noche en este club. ¿Cuándo volveré a tener la oportunidad de estar en una compañía tan exitosa? Y si alguna vez la tengo...