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- ¿De quién es este niño? - Dios, una frase tan pequeña, sólo un par de palabras, y toda mi confianza para enfrentarme a este imbécil salta por los aires. El hombre dice estas palabras con los dientes apretados, y algo me dice muy firmemente en mi voz interior que al momento siguiente podría apretar las manos de la misma manera. En mi cuello...

- En el mío, - intento mantenerme firme mentalmente, aunque físicamente tengo que dar un paso atrás, porque parece que alguna ola invisible me ha golpeado con fuerza en la cara y por eso siento la espalda apretada contra la puerta. Me doy cuenta de que tengo que resistir hasta el final, tengo que ganarme un futuro bueno y brillante para mí y para mi hijo... Pero al mismo tiempo, comprendo que el niño necesita al menos una madre, si su padre es un completo idiota, así que no estaría de más escapar de aquí con vida y preferiblemente de una pieza...

Y como el hombre está evidentemente furioso, y con ojos de loco se acerca a mí y me asusta hasta el pánico, no es tarea tan fácil salir de aquí sin pérdidas

- Veo que no tienes ni idea, pero te voy a iluminar, hacen falta dos para hacer un bebé, - dice como si me hubiera descubierto América, un tío listo de cojones. Y al mismo tiempo junta los labios en una sonrisa que Den ganas de vomitar, pero que desde luego no evoca ninguna emoción positiva. Igual que este hombre en general, con el que el diablo me hizo contactar...

- Este niño es mío y de nadie más, - sé perfectamente que esta frase puede provocarle aún más, enfurecerle aún más, pero no puedo evitarlo, las palabras salen volando de mí antes de darme cuenta de cuáles pueden ser las consecuencias Pero, por otro lado, estoy criando a mi hijo yo sola, podré sacarlo adelante y darle una buena infancia, así que para qué necesito a este personaje que un día nos abandonó, y me da igual si sabía de mi embarazo o no.... Si no me necesita sin el bebé, ¿qué puede darle a un buen hijo si no le importa la madre del niño? La falta de respeto a la madre se transmite automáticamente al hijo que ésta ha parido, ¿no es así?

Como esperaba, mis palabras agitaron las emociones de Dennis hasta el límite, y parece que iba a estallar en un sitio por mi declaración, pero afortunadamente no se crispó en mi dirección, alabados sean todos los dioses, sino que volvió a la mesa y recogió la carpeta. ¿Dudaba de mí? ¿Hay alguna grieta en su aparentemente férrea confianza?

- ¡Puedo contar, chica, este niño es mío! - Se quedó mirando el papel estúpidamente durante un par de segundos, corrigiendo algo, y luego se volvió de nuevo hacia mí, y ahora podía ver el fervor victorioso en sus ojos. El hombre estaba convencido de que tenía razón, y yo no hacía más que colgarle fideos de las orejas, que podrían haber servido para hacer una buena sopa.

- ¡No, no tiene padre! - Un padre no es alguien que participó en el proceso de concebir un hijo, sino alguien que estaba allí cuando el niño se despertaba a las tres de la mañana y daba recitales. Alguien que acude a la clínica para recibir diversas vacunas y cuidados preventivos. Alguien que le da amor y cuidados. No alguien que hizo el acto y huyó rápidamente hacia los arbustos. Se trata de un conejito tímido, no de un padre.

- Piensa con cuidado antes de decir eso otra vez, porque tengo la intención de llevar a cabo una prueba de paternidad. - Y esto es un puñetazo debajo del cinturón... Es una patada en el aliento, porque estoy empezando a ahogarme... Y ni siquiera me importa que Dennis esté demasiado cerca de mí, no, ahora no es nada... Pero lo que dice... Es un problema....

- ¡Qué... por qué... no, no lo hagas! - Si dejo que esto ocurra, mi marido se enterará, y si se entera, no podré salirme con la mía.

- ¡Porque este niño es mío, y tengo los mismos derechos sobre él que tú!

Pero por mucho que quiera proteger a mi hijo de Dennis, por mucho que grite que es sólo mi hijo y sólo mío, el lenguaje de los hechos está ahora del lado de este hombre Si se hace una prueba de paternidad, si va a juicio y demuestra que este niño es suyo... El tribunal reconocerá que es cierto y, aunque no todo el tiempo, mi bebé pasará con esta persona que acaba de apostar por mí... Y, en consecuencia, sobre mi bebé... Todos estos pensamientos me hacen sentir tan mal que al principio Dennis empieza a doblarse, luego a triplicarse, y después todo se mezcla en una gran mancha negra que crece y crece y en un instante me devora por completo con su enorme grito...