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- ¿Qué tal? ¿Cómo te ha ido? - Antes de que Nikita pudiera cerrar la puerta tras de sí, le hice inmediatamente una pregunta con la esperanza de que todo hubiera ido bien. Aunque ya me había hecho a la idea de escapar de este hospital, y el quinto punto me suplicaba levantarme del sofá y hacer realidad este plan, aún quedaba un obstáculo más En la forma de Dennis, que podía valerse por sí mismo y no salir de este edificio. Así que sangraba por la nariz para que el médico hiciera lo que pudiera y mandara a volar a ese pavo.

- El tonto está neutralizado, - espetó Petrovich e hizo una combinación con dos dedos que sólo significaba una cosa "todo está bien".

- ¿Qué significa neutralizado? - Eh, ¿qué me pasa? ¿Por qué salté de esta cama de hospital como un animal picado y miré a Nikita con tanto fervor? ¿Estoy realmente preocupado por ese pavo? No puede ser...

- Fue a buscar píldoras que no existen en la naturaleza. Así que este tonto tendrá que pasarse un par de días fabricándolas él mismo y luego traerlas aquí, - el médico se sintió orgulloso de sí mismo en ese momento, como si hubiera sacado a una persona del otro mundo. Tanto orgullo salpicaba sus ojos que una cosa estaba clara al cien por cien: se quiere a sí mismo y no dejará que su amada se ofenda. Últimamente estoy rodeado de narcisistas.

- Gracias, muchas gracias, Nikita, - pero aún así, a pesar de todo, cumplió mi petición. Dennis no está en el horizonte, lo que significa que puedo irme a casa y pensar qué hacer a continuación. ¿Debo intentar conseguir otra entrevista, pero esta vez con alguien adecuado? ¿O debo aceptar el hecho de que no voy a conseguir el trabajo y volver a trabajar en la farmacia?

- ¿Ni siquiera me abrazas? - el médico extendió los brazos a los lados e hizo una mueca como si yo le hubiera herido moralmente. Tuve que obligarme a abrazarlo para agradecerle al menos su servicio.

- Le dije. Muchas gracias por su ayuda, hasta luego, - y eso fue todo, se acabó el intercambio de ternuras en la pantorrilla y pude salir de aquí.

- La gratitud está bien, pero... - agarré el pomo de la puerta para girarlo y arrastrar mi cuerpo fuera de aquí, pero no hubo tal cosa. Nikita parecía tener otra cosa en la cabeza.

- ¿Pero? - tuve que darme la vuelta y mirar a la doctora para entender a dónde quería llegar.

- Pero no puedes meterte la gratitud en el bolsillo, - era una frase extraña, muy extraña, sobre todo viniendo de Nikita.

- Vale, para el caso, no me voy a andar por las ramas y voy a hacer la pregunta directamente, sin rodeos ni secretos innecesarios.

- Una cena juntos, - maldita sea, aquí viene ese viejo disco rayado que ya he oído antes y que no querría volver a oír, - sólo una cena amistosa juntos. Recuerdo perfectamente que no quieres una relación conmigo, pero podemos quedar y hablar como amigos, ¿no? ¿No es eso al menos lo que merezco?

- No sé si seré capaz de dejar a mi hijo con alguien... - como que no me negaba a Nikita, mostrando que no parecía importarme, pero al mismo tiempo quería intimidarlo con mi bebé. Porque si el doctor realmente pensaba en nosotros dos como pareja, después de darse cuenta de que yo tenía un hijo, debería dejarme en paz de una vez por todas. A la mayoría de los hombres les asustaba que una mujer tuviera un hijo con la que querían tener algo en común en el futuro, así que esperaba que esa fruta se cayera sola después de decir eso.

- Pues estupendo, llévate al niño, haremos una cena de amigos los tres, - mi marido no se avergonzaba en absoluto del hecho de que yo tuviera un hijo, ni siquiera pestañeaba, - y ya me contarás más cosas de tu hijo. Seguro que tienes muchas historias interesantes y divertidas sobre él.

En ese momento, me di cuenta de que no había forma de deshacerme de Nikita. Hasta que mi marido no consiguiera esta cena de AMISTAD conjunta, no viviría... Sobre todo porque ahora le debía... Yo misma hice este lío, y ahora tengo que limpiarlo yo misma...