Familia por casualidad

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"Viola, tenemos que correr, tenemos que salir de aquí cuanto antes" - es la llamada de mi sentido común, que no quiere meterse en líos conmigo. Pero mis piernas no parecen mías, son tan algodonosas que apenas las siento, así que a pesar de las llamadas de mi cerebro para que huya, mi cuerpo no se mueve, y mis ojos siguen fijos en este tonto. Me está provocando deliberadamente, intenta emocionarme al máximo y luego disfruta con el proceso de que explote como un fuego artificial. Este pavo lo disfruta. Se coloca.

En un momento dado, siento que empiezo a arder aún más que hace un momento, y en cuanto giro la cabeza hacia un lado, me doy cuenta de por qué ha ocurrido. Parece que la tal Inga se ha dado cuenta de que su acompañante está prestando atención a otra persona, y no a su amada princesa, y me está mirando fijamente. Sus ojos ya observan inquisitivamente mi persona. Maldita sea, lo que me faltaba.

Reúno toda la energía que me queda dentro después de esta batalla visual, me levanto y corro hacia el auditorio donde va a tener lugar la conferencia. Ahora estoy enfadado con todo el mundo. Con este gallo, que por alguna razón quiere tocarme los nervios, como si mi último encuentro con él no hubiera sido suficiente. Con esta perdiz, que ha esponjado tanto la cola que, si entra en esta sala, no habrá sitio para nadie más que para su amada. Y lo más importante, estaba enfadado conmigo mismo por la reacción que mostré ante este tonto. ¿Por qué me quedé allí congelada, mirándole como si fuera algo sobrenatural? ¿Por qué tenía una cara tan estúpida que casi se me cae la baba por la barbilla? Vi, ¿qué te pasa? ¿Dónde tienes el cerebro?

- ¿Estás bien? - Anya parecía haber notado algo que la confundía, así que me hizo una pregunta en cuanto tiré mi quinto punto en el asiento de al lado. - Pareces un poco jodido.

- No, estoy bien, solo cansada después de nuestro maratón, - saco una apariencia de sonrisa, pero mi voz es tan cortante que podría afeitarme si quisiera. O castrar a una de las cabras que corretean por ahí haciendo bebés.

Por suerte para mí, ni Nyu ni Rita me hacen ya preguntas sobre mi estado externo, porque de lo contrario podría haber causado problemas descargando sobre ellas toda la negatividad que bullía en mi interior. Tenía que calmarme, tenía que recomponerme y olvidar cuanto antes este momento con Dennis y pasar a los problemas y obligaciones acuciantes.

Pero fue algo difícil de hacer, porque al cabo de un par de minutos todos los oyentes se habían acomodado en sus asientos, incluso la gallina Inga, y entonces nuestro orador de honor subió al escenario. Maldito sea y pon el micrófono que lleva en la mano en un sitio. Y no me refiero a su boca...

- Buenas tardes a todos. Muchas gracias por venir a esta formación, os aseguro que quedaréis increíblemente satisfechos después de adquirir los conocimientos de hoy.

Claro que estaremos satisfechos, quién lo dudaría, el mismísimo Dennis Olegovich bajó del Olimpo a la tierra pecadora y decidió dar su charla instructiva a los siervos. Estoy cerrando los dedos en puños y conteniendo así toda la ira que bulle contra este hombre, ¡aunque estoy muy tentado de cargar estos puños contra su arrogante rostro!

- Hoy me gustaría tocar un tema muy importante para todas las personas de este mundo. La psicología de las relaciones entre mujeres y hombres y los matices que suelen surgir en dichas relaciones. Creo que cada uno de nosotros se ha enfrentado o se enfrentará en el futuro a estos problemas, que deberíamos superar y avanzar hacia la armonía con nuestros seres queridos.

Menudo imbécil, ya está vertiendo de lo lindo. Nada ha cambiado desde la primera vez que le vi, Dennis sigue sabiendo dar caña, es un maestro en ello. Pero claro, eligió un tema un poco exagerado.... Dada la forma en que este imbécil trata a la mitad femenina de la humanidad.

- Y como la información se asimila mejor cuando se pone en práctica, me gustaría invitar a alguien del público a recrear lo mejor posible el tema de conversación de hoy. ¿Hay alguien que quiera hacerlo?

Ni siquiera lo dudé, las manos de las mujeres volaron en el aire, y cada una quiso ser un muñeco humano para nuestro tonto. Parece que a esta perdiz de Inga no le gusta que su amante reciba tanta atención, así que lanza a casi todo el mundo una mirada de odio. Es como si quisiera destruir a sus competidores en el acto y quedarse a solas con su Dennis.

- Veo caras nuevas en esta sala hoy, - el tonto no parece prestar atención al bosque de manos que le rodea ni a su malvada mega Inga, sino que dirige sus malditos ojos directamente a mí, - Viola, por favor, ven al escenario y sé mi asistente hoy.

Por supuesto. Es una gran idea continuar nuestra ardiente discusión en público y delante de tu furia, que debe ser una completa idiota para no sospechar nada...

- Muchas gracias por aceptar ayudarme, - me dice este tonto con una sonrisa en la cara, y yo apenas puedo contenerme y exclamar. - Pero, ¿tenía otra opción? Si no hubiera subido a ese maldito escenario, habría habido un montón de preguntas del público, y en primer lugar de esta serpiente, que me está haciendo un agujero al mirarme tan abiertamente. - Viola, ¿te importa si nos tuteamos? Para un mejor contacto, por así decirlo.

¡Mierda! Ya me estaba quemando de tanta atención por todos lados, y en este momento me estoy convirtiendo en una tonta quemada por sus palabras. Este tonto no sólo encendió al actor al máximo y demostró que no nos conocíamos, sino que eso de "mejor contacto" no facilita nada la situación...

- Por supuesto, Dennis Olegovich, puedes tutearme, me da igual, pero desde luego no te llamaré Dennis, como hizo Rita hace poco. Todavía necesito tanto mi pelo como mis dientes, y la arpía malvada de la primera línea puede adelgazar ambos. No necesito eso.

- Muchas gracias, Viola, - le brillan los ojos, está anticipando un juego que sólo él entiende y disfruta del hecho de que yo sea su oponente en este momento, - te haré preguntas de carácter un tanto personal, así que no te lo tomes como algo personal, tómatelo como un experimento. ¿De acuerdo?




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