Felices Para Siempre

Cuatro: La primera cita

Me permito sentir el tacto de sus labios con los míos, cierro los ojos y me dejo guiar por él. Para ser honesta este beso se siente bien y lo disfruto hasta que algo nos interrumpe, de nuevo, mi celular. Miro la pantalla es una llamada entrante de Dean.

—Amm... yo me tengo que ir ya — Le digo a Lucas intentando ocultar la pantalla de mi celular para que no vea el nombre que hay en el.

—Está bien, nos vemos el lunes — Se acerca de nuevo a mí y esta vez deja un corto beso sobre mis labios. Lo veo darse la vuelta mientras camina alejándose de mí.

Mi celular sigue vibrando así que inhalo profundamente intentando olvidar lo que acaba de pasar o al menos por este momento y cuando suelto el aire por fin contesto la llamada.

—Hola, ¿qué paso? — Pregunto una vez que pongo mi celular en mi oreja.

—Solo quería avisarte que ya voy en camino al cine, espero no tardar tanto. No quiero hacerte esperar.

—No te preocupes — Es lo único que se me ocurre decir, creo que aún sigo un poco atontada por lo que acaba de pasar.

— ¿Tu ya terminaste de hacer tus cosas?

—Aún no, apenas voy a la escuela de regreso pero ya no tardare.

—De acuerdo, te veo allá.

—Si — Termino la llamada y suelto un suspiro. Miro la hora son las cuatro y media de la tarde, tal vez llegue algunos minutos retrasada para ver a Dean, pero él dijo que apenas iba para el cine así que esperemos que tarde lo mismo que yo en llegar, aunque también puede ser que me hablara ya que estuviera a mitad del camino, él no especifico. Así que no me queda más que rogar a todos los santos para que lleguemos a la par.

Para llegar más rápido a la escuela tomo un taxi, lo malo es que hay un poco de tráfico, lo bueno es que estamos en ese tráfico durante lo que me parece unos quince minutos ya que en el punto en el que estamos hay un camino para llegar a mi escuela sin necesidad de usar las vías principales.

Otro punto malo era que, este camino te dejaba por el lado del estacionamiento el cual es bastante extenso y eso no era todo estaba de subida. Le pague al señor del taxi y corrí lo más rápido que pude para llegar a la ventanillas de la escuela.

Cuando por fin he cruzado todo el estacionamiento y ya he llegado a las ventanillas me detengo un segundo para recuperar el aliento y normalizar mi respiración. Afortunadamente no hay gente en las ventanillas así que ahí recuperaré mi tiempo perdido.

Me pongo de pie frente a la ventanilla ya más calmada, la única persona que se ve ahí adentro me está dando la espalda.

—Hola — Digo para llamar su atención y funciona ya que la señora se gira y camina hasta llegar a la ventanilla.

— ¿En qué puedo ayudarte? — Me sonríe amablemente.

—Necesito una constancia de estudio.

—Los trámites para este horario inician a partir de las seis de la tarde.

—Oh... ¿No puede ser antes? — Intento que mis ojos muestren toda la desesperación que siento para que tal vez se apiade de mí y me diga que sí pero es en vano, de sus labios salen las palabras:

—No, la chica que se encarga de esto llega a esa hora.

—Está bien, gracias — Intento hacer una sonrisa que más bien me sale como una mueca.

Me giro y camino hacia una de las jardineras para sentarme. Coloco mis codos sobre mis piernas y dejo caer mi cabeza en mis manos, soltando esta vez un suspiro de frustración. Levanto la cabeza un momento para sacar mi celular de mi bolsillo y ver la hora, son justo las cinco veinte de la tarde, tendré que esperar una hora y no solo eso ya no podré ir al cine con Dean. De nuevo me dejo caer en mis manos y resoplo con fuerza. Al parecer la vida no quiere que salga con Dean.

Después de estar en esa posición durante unos segundos, vuelvo a levantar la cabeza y le escribo un mensaje a mi madre avisándole que me voy a tardar más de lo esperado para tener la constancia y el por qué. Y ahora venía lo más difícil hablar con Dean y contarle que no nos podríamos ver, aunque no quisiera debía de hacerlo lo antes posible no sería justo para él hacerlo esperar en vano. Tecleo su número y escucho su voz contestar de inmediato.

—Hola — Escucho su voz alegre al otro lado.

—Hola — Respondo intentando no sonar tan desanimada como me siento.

—Ya estoy en el cine, intente llegar lo más rápido que pude. ¿Tú ya vienes?

—De hecho te tengo una mala noticia.

— ¿Me vas a cancelar? — Su voz pierde el tono alegre de hace un momento.

—No — Respondo rápidamente — No sé... — Me corrijo después de analizar la situación.

— ¿Entonces?

—No quisiera, pero es que debo de esperar hasta las seis por mi constancia.

—Oh...

—Lo lamento, tal vez podamos salir después — Es lo único que digo esperando que no se moleste.

— ¿Y qué harás mientras esperas? — Su tono de voz suena relajado y me alegra que sea así en lugar de que se moleste.

—No lo sé, estoy sola así que me entretendré con mi celular.

—Si quieres puedo ir a hacerte compañía — Sus palabras me toman por sorpresa y me devuelven el entusiasmo que sentí al saber que tendría una cita con él.




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