Capítulo 3
Luego de varios días, Joaquín se pudo percatar que el Gitano no salía a trabajar ni con negocios, ni con la casa, ni con los caballos. Justo lo que él ya se imaginaba. Veía como Juan se encargaba de los caballos, mandados y todo el trabajo que solía hacer el Gitano. Perla se estaba encargando de todo lo que hacía Esmeralda. El Gitano se quedaba en la casa todo el día. La mayoría del tiempo lo pasaba en su cuarto leyendo. Esmeralda tenía muchos libros y el él tomarlos y leerlos le hacía sentir que la tenía cerca. La otra parte del tiempo salía y tomaba té con Azucena o con Perla que siempre lo visitaba en las tardes.
Joaquín no sabía que pensar. Le desconcertaba lo que ocurría. A su vez le daba coraje que David y Perla no entendieron sus planes y se opusieron tanto. Claramente al Gitano no le importaba lo que estaba pasando con los negocios. Si él tomaba cartas en el asunto las cosas mejorarían rápidamente. Nadie se tendría que preocupar por dinero ya que el mismo sobraría. A su entender él tenía que hablar con el Gitano y convencerlo que la inversión era buena.
- Ya no puedo seguir en el hotel, Asturia. El dinero se está acabando.
- Lo sé, papá. Vas a tener que venirte a la casa.
- Sabes que no aguanto al Gitano. Además, será más fácil para Joaquín convencerlo sin terceros.
- Fíjate, la interacción con el Gitano ha sido mínima. Al parecer la muerte de Esmeralda le chocó bastante.
- Como quiera. Quiero que Joaquín hable con él sin presión mía. Que el Gitano crea que la idea es de Joaquín y no mía.
- ¿Crees que acepte?
- No sé ni que pensar. El Gitano ya está entrado en años. Si no delega en sus hijos cuando el muera su patrimonio puede no durar mucho.
- Aun así, sabes que es una persona difícil.
- Es su hijo. No se puede negar a ayudar a su hijo.
- Sí, pero todavía. Sabes lo terco que puede ser.
- ¿Cuándo Joaquín le va a presentar el plan?
- Esta tarde. Perla no va a ir a la casa ya que tiene unos pendientes de la clínica y David se está preparando para un viaje que pronto tienen que dar para la compra de un ganado.
Esa tarde tal como había mencionado Asturia, Joaquín tenía planificado hablar con el Gitano. Se preparó mentalmente y hasta practicó en su mente la conversación y las posibles contestaciones. Una vez agarró un aire de valentía le toco la puerta del cuarto. Él sabía que en esos momentos estaba leyendo mientras disfrutaba de un café.
- Papá, ¿tienes un momento?
- Claro. ¿Dime para que soy bueno?
- Quería decirte que estoy planificando hacer mi estadía en Cebana una más permanente. Desde hace tiempo lo venía maquinando con Asturia y creemos que es el momento perfecto.
- Me parece excelente que quieran mudarse a Cebana. Así puedo ver a Graciela y Lili más seguido.
- ¡Qué bueno que te guste la idea! (le contesta, pero su lenguaje corporal hacia entender que había más información)
- ¿Hay algo más que me quieras decir?
- La realidad es que sí. Desde hace tiempo que vengo maquinando una idea que beneficiaria muchísimo al pueblo y para poder llevarla a cabo necesito tu ayuda.
- ¿Cuál es la idea? (le pregunta el Gitano con intriga)
- Un periódico. Cebana ha progresado muchísimo en otras cosas, pero en cuanto a mantener el pueblo informado esta atrás. Sé que a veces lo que llega es el periódico de Santa Lucia y varios días después que las noticias son viejas. Con mis estudios y la ayuda del papá de Asturia sé que sería un éxito.
- Veo que ya tienes unas ideas claras sobre lo que quieres hacer. En que te podría ayudar yo.
- La realidad es que necesitamos un buen local para colocar la imprenta y llevar a cabo las operaciones y luego mucho análisis nos dimos cuenta que el mejor lugar sería donde está el restaurante en estos momentos. Además, también tengo unas ideas para mejorar la posada.
El Gitano miró a su hijo bastante serio y claramente con desapruebo.
- Joaquín, eres mi hijo y claro que voy ayudarte con tus metas. Ahora, lo que creo que me estas pidiendo es totalmente descabellado y lamentablemente la respuesta es no.
- Pero papá no me has dejado ni siquiera explicarte bien mis ideas.
- No hace falta. Joaquín entiendo que quieras trabajar un periódico aquí en Cebana. Sé que esa carrera es tu pasión. Por eso te propongo darte un capital para que puedas buscar un lote y comenzar algo. Estoy seguro que el Sr. Méndez también puede ayudar ya que en parte es su idea. Ahora no puedo cederte el restaurante ni la posada ya que hay empleados que dependen de ese empleo y sus familias dependen de esos ingresos.
- No entiendo tanta defensa a tus empleados. La misma historia me dio David. La mayoría de las muchachas que trabajan para ti son cortesanas. Son a las únicas personas que Dalila emplea. Además, son simplemente empleados. Les pagas algo por su molestia y listo como en cualquier otro trabajo.
- No puedo creer lo que estoy escuchando Joaquín. Mejor que eso se te ha educado. Tu sabes muy bien que las personas que trabajan para mí son parte de la familia. Siempre ha sido así. Como es que ahora los quieres echar como si fueran basura.
- No entiendes nada. Te estoy proponiendo el negocio de la vida. Tendríamos mucho dinero. Tanto que no supiéramos que hacer con él. Para el tipo de negocio que propongo necesitamos gente educada y conocedora para trabajar con nosotros. Yo entiendo el cariño que le puedas tener a Dalila y su familia y hasta cierto punto entiendo que ella le ha dado empleo a varias muchachas que nadie más quería emplear. Pero ya es tiempo de movernos a otras cosas. Además, sé que tú tampoco te estas encargando de nada. Tal vez es momento de cambios.