Fieras Con los Ojos Tristes

Capítulo 5

Esa tarde en casa de Perla cenaron en familia, pero en total silencio. Había demasiada tensión en el ambiente. Una vez acabó la cena el Gitano se fue afuera a beber agua ardiente. En esos momentos miles de recuerdos lo abrumaban. Todo lo que había pasado en solo un par de semanas era demasiado para él. Este seguramente era su castigo por las cosas malas que había hecho en la vida, pero la realidad era que prefería la muerte.

  • Es un varón, justo como decías. (le dice Azucena al salir del cuarto una vez Esmeralda dio a luz)
  • ¿Puedo por fin entrar?
  • Si.

Cuando el Gitano entra, Doña Carmen, la comadrona del pueblo estaba poniéndole el bebé en brazos a Esmeralda.

  • Tal como dijiste, es un varón.

El Gitano se sienta en la cama y besa a Esmeralda en la frente y en los labios.

  • Espero este no tenga tu carácter para que no me de tanta guerra.
  • David no fue tan malo. (le dice el Gitano con una sonrisa)
  • Porque, aunque David tiene tu carácter tiene mi paciencia y mi calma.
  • Lo que tú digas, hoy no te voy a porfiar. ¿Has pensado en nombres?
  • Mi padre se llamaba Joaquín, y si tú estás de acuerdo quisiera ponerle Joaquín.
  • Lo que tú digas. Ahora, para el próximo yo escogeré el nombre.
  • ¡Próximo! Suerte tuvimos con este milagro. No creo que haya un próximo.

El Gitano la besa nuevamente en la frente.

  • Puede ocurrir otro milagro.

El Gitano no puede evitar atormentarse con todos esos recuerdos, más aún cuando contradecían la manera de actuar de Joaquín.

Joaquín fue un bebé sumamente tranquilo. No padeció de cólicos como David, se levantaba muy poco en la noche. Amamantaba sin protestar y la realidad era que Esmeralda no podía creer lo buen bebé que era. Al año de haber tenido a Joaquín, Esmeralda dejó de amamantar a Joaquín y casi inmediatamente se comenzó a sentir cansada y toda la comida le caía mal. Trató de ocultarle la Gitano lo mal que se sentía, pero él se dio cuenta rápidamente. Le pidió a Esmeralda que fuera al médico, pero como siempre Esmeralda lo ignoró por miedo a que el médico le diera terribles noticias. Una tarde mientras limpiaba con Azucena, Esmeralda se desmayó. Azucena buscó al Gitano lo más rápido que pudo y este le mando a buscar a Francisco. Cuando Francisco la examinó inmediatamente se percató que Esmeralda estaba embarazada. Cuando Francisco se lo dijo a Esmeralda ella no lo podía creer. Era un milagro que hubiese quedado embarazada de Joaquín y ahora otro bebé.

Ahora con ese anuncio fue el comienzo de un embarazo horrible. Esmeralda estaba cansada todo el tiempo. Tenía que estar acostada debido a mareos y nauseas. No aguantaba mucho en su estómago y peor que todo debido a todos estos síntomas el médico le ordenó el mayor reposo posible y tenía que evitar coger en brazos a Joaquín por el peso para evitar cualquier contratiempo.

Esmeralda estaba destruida moralmente por todos estos cambios, pero a su vez por no poder pasar tiempo de calidad con Joaquín. El Gitano bajó su cantidad de trabajo para pasar más tiempo en la casa especialmente para pasar tiempo con Joaquín.

Esos meses fueron muy buenos para el Gitano. El pasar tiempo con su hijo le hacía pensar que podría hacer mejor trabajo que el que hizo con David. Joaquín a su vez era un bebé tranquilo, fácil, el sueño de toda madre.

El parto de Perla fue sumamente difícil. Francisco tuvo que ayudar a la curandera para evitar una desgracia. Todos en la casa tenían los nervios de punta, en especial el Gitano. Perla nació luego de 20 horas de parto. Cuando el Gitano la escuchó llorar sintió que el corazón le volvió a latir. Azucena salió a avisarle y hasta ella se veía extenuada.

  • Es una niña. Y gracias a Dios Esmeralda está bien.

El Gitano ni siquiera espero que Azucena terminara de hablar y entró a la habitación. Esmeralda estaba consiente, pero se veía cansada y cuando lo vio le dio una gran sonrisa. El Gitano se acercó a la cama y la besó.

  • Por fin una niña. O sea que no me tengo que preocupar por el temperamento.

El Gitano le besa la mano y la frente.

  • Me tenías un tanto preocupado.
  • Francisco estaba aquí. Nada me iba a pasar. ¿Dime ya tienes el nombre?
  • Lo menos que tenía en la mente eran nombres.
  • Habíamos decidido que te tocaba a ti.
  • Créeme que lo último en mi mente en estos momentos son nombres. Lo único que ahora mismo puedo procesar es agradecimiento porque estas bien. Tu sabes que sin ti no pudiera continuar mi vida.

Esmeralda lo besó y hasta un par de lágrimas le bajaron por el rostro.

  • Yo también te amo.

Azucena se acerca a tomar la niña.

  • ¿Cómo le vamos a llamar a esta belleza? (le dice cuando toma a la niña)
  • Perla. (contesta el Gitano)
  • Veo que si habías pensado en nombres.
  • Solo había pensado en nombres si era niña. Algo me decía que iba a ser niña.




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