Fieras Con los Ojos Tristes

Capítulo 8

(1875) (Cebana)

  • Mamá mañana tienes que salir a Tierra Santa y no me has contestado si puedo ir contigo.
  • Es preferible que te quedes aquí en la casa y te encargues de preparar el cuarto para recibir a tu hermana. Además, solo voy a recogerla y regresamos de una vez.
  • Vas a comprar telas también y yo quería ver si había algo que me interesara.
  • Te prometo que para la próxima. Esto de la boda de Graciela me tiene con los nervios de punta. Muchas cosas que preparar y además todavía nos falta conocer a la familia de Héctor.
  • Tu estas hasta más nerviosa que Graciela. Ella está muy tranquila y hasta tomando todo muy suave.
  • Esa siempre ha sido tu hermana la de la paz interior.
  • Y yo la nieta de mi abuelo como todo el mundo dice. (Le dice Lili con gracia en el tono)

Perla abraza a Lili y la besa en la cabeza.

  • Me hubiese gustado tanto que mamá y papá estuvieran vivos. El que ellos murieran cuando ustedes eran solo unas bebas no les permitió que tuvieran la oportunidad de compartir con ellos. Si hubieses tenido la oportunidad de conocer a papá entenderías porque la gente te compara con él.

La realidad era que Lili se parecía a Perla; físicamente y en personalidad. Eso hizo fácil el hacerle creer a Lili que Perla y Damián eran sus padres. Graciela sabía que no eran sus padres pero callaba el secreto por Lili. Además Graciela también tenía facciones de la familia en especial de Esmeralda lo cual era bueno para que Lili no sospechara.

En un momento se comprendió la idea de que David y Jazmín se encargaran de ellas, pero en aquel momento ya David y Jazmín habían comenzado a ayudar con los nietos y Perla fue una mejor opción. Eso no impidió en nada que David y Jazmín estuviesen involucrados, sentían que debían estar envueltos en la crianza de las niñas. Lo que hicieron sus padres no tenía nombre, además por la memoria de Esmeralda y el Gitano quisieron hacerlo.

En ese momento David entra a la casa. Perla lo estaba esperando ya que había quedado en ir en la tarde a tomar el té con ella. En cuanto ambas lo vieron lo saludaron con efusividad.

David se acercaba a los 60 años, pero se conservaba muy bien. El trabajo duro y sus deberes lo conservaban saludable y activo. David siempre fue el más parecido al Gitano en físico y con los años ese parecido solo se había asentado más. Tanto así que las personas que aun recordaban al Gitano comenzaron a llamarle así a David. Él cuando era joven no le gustaba que en lugar del nombre de pila del Gitano le llamaran por su apodo en cierto punto lo considero hasta despectivo. Con los años comprendió que siempre había sido un término de cariño más que un término segregativo o para señalarlo. Cuando en Cebana le comenzaron a decir Gitano tuvo un poco de resistencia, pero luego de varias semanas entendió que lo que los Cebañeses demostraban con llamarlo Gitano era el respeto que le tenían a su padre y lo que significaba en el pueblo. Terminó aceptando que le dijeran Gitano y lo internalizó de tal forma que comenzó a utilizar el brazalete de cuero que el Gitano siempre usaba. Sentía orgullo de que lo compararan con su padre y por tal razón desde que murió el Gitano dejó un poco el trabajo de la hacienda, dejándoselo más a sus hijos, y optó por hacer que el patrimonio del Gitano hacia el pueblo no se viniera abajo.

Entre Perla y él mudaron la posada y poco a poco la convirtieron en un pequeño hotel para los que no podían hospedarse en el hotel grande del pueblo. El colmado lo expandió con la ayuda hasta de Azucena que se sentía no digna de haber recibido tanto tras la muerte del Gitano. Así que ella dejó que David y Azucena tomaran las riendas. La clínica fue también debidamente expandida, dando al pueblo mejores servicios médicos. Los pueblos limítrofes preferían los servicios médicos de Cebana y en un momento Damián se vio en la obligación de contratar otro doctor y una enfermera para compartir la carga. El restaurante también había sido expandido con la ayuda de Dalila y Trixia. Luego de la muerte de ambas sus familias siguieron encargándose de todo, claro trabajando de la mano con David. La herrería también fue expandida y adicional se tomaron a la tarea de también trabajar con venta y cambio de caballos.

Perla decidió utilizar todas las cosas que Esmeralda le había enseñado acerca de tejer y coser y abrió una tienda de trajes. Contrató a dos cortesanas que llegaron y nadie quería emplear por su pasado. Ambas sabían coser muy bien y luego de un poco de resistencia por algunos la tienda comenzó a tener bastante éxito. Muchas damas y señoras de Cebana y pueblos limítrofes traían sus piezas para ser alteradas o llegaban hasta allí en búsqueda de algo nuevo y diferente. La realidad era que Cebana era uno de los pueblos más prósperos del área y gran parte de esa prosperidad se debía a los Gustamante. David había conseguido justo lo esperado que Cebana siguiera prospero en parte por ellos.

  • ¿Mañana a qué hora están de vuelta?
  • Temprano en la tarde. No pretendo quedarme mucho. Busco unas telas me encuentro con Graciela y regresamos.
  • ¿Con quien vas?
  • Con Amapola, Damián tampoco iba a dejar que fuera sola.

En ese momento y con la ayuda de Amapola salió Azucena a tomar té con Perla y David. Azucena tenia 78 años. Se encontraba bien de salud, aunque ya algunas cosas le costaban trabajo. Su mente no estaba cien por ciento lúcida y en muchas ocasiones creía que David era en verdad el Gitano y en ocasiones confundía a Perla con Esmeralda. Ella sentía que no se había muerto porque tenía un propósito y hasta que no cumpliera el mismo Dios no la iba a dejar descansar. Ella no sabía cuál era ese propósito, pero estaba clara que cuando este hiciera presencia ella iba a saber.

En cuanto David vio a Amapola acercarse con Azucena le ayudo a Azucena a sentarse a la mesa y le sirvió té.

  • ¿Quieres azúcar?
  • No así está bien.
  • ¿Quieres bizcocho del que preparó Amapola? (le pregunta David con cariño)
  • Sí, pero un pedazo pequeño.
  • Mañana te vas a tener que conformar con tomar el té conmigo.
  • Si ya sé que Perla va a Tierra Santa por Graciela. Cuanto yo no daría por tener la fuerza necesaria y poder dar esos viajes. Antes era yo la que acompañaba a Esmeralda a todas partes.
  • Y ahora te toca descansar.
  • Ya el descanso me cansa… la realidad es que ya sé que estoy viviendo de gratis y no entiendo porque Dios quiso que yo viviera tanto.
  • Para pasar tiempo con nosotros.
  • Ya deben de estar cansados de pasar tiempo con esta vieja.
  • Sabes que no. (le dice David mientras la besa en la cabeza)
  • Ustedes siempre tan buenos conmigo.




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