Carta 1

14 de febrero del 2022

A Peter, quien alegró mi corazón.

Mientras leas esta carta, me encontraré muy lejos. Fue la única forma que hallé para declararte mis sentimientos, para así no sentir tu rechazo.

Fui tu amiga, fui alguien más con quien conversabas. Solo eso, cuando yo me moría de ganas por ser algo más. Ser la que acariciara tu cabello, besara tus mejillas y labios, la que entrelazara la mano a la tuya, la que te dijera te amo y lo recibiera de vuelta.

Pero siempre fui la amiga. Me tocó fingí no quererte, morderme la lengua cada que quería confesarte lo que sentía por ti, la que lloraba cada noche por no ser correspondida, la que suspiraba al rememorar tu rostro.

No lo sabes, pero en mis días grises, tú eras mi arcoíris. Dabas color a lo blanco, a lo negro, de mi vida.

No fui lo suficientemente valiente, sucumbí a la cobardía. No pude seguir luchando. Fui débil, fui pequeña, fui infeliz.

Solo así, después de caer en la oscuridad, es que tú puedes conocer la verdad.

Para este momento, mi cuerpo yace entre una caja, rodeada de personas que lloran y lamentan mi pérdida. ¿Cómo no lo pudieron ver? Lo supe guardar, pero mostraba señales. Así como supe guardar mi amor por ti, pero me delataba mi voz nerviosa, mi mirada brillosa.

¿Nunca lo notaste? Me moría de amor por ti.

Así como morí de odio hacia todo y hacia mí.

Me despido con un hasta nunca, porque no creo en la vida después de la muerte.

Ahora si seré feliz.

Con amor, Sonia, tu amiga y enamorada secreta.