Aunque Brenda había ganado la custodia completa de Brigitte, las palabras de Lucas resonaban en su mente: "Esto no ha terminado." Sabía que no podía bajar la guardia. Mientras tanto, Lucas tramaba un plan, alimentado por su odio y su deseo de venganza.
Una noche, mientras Brenda se aseguraba de que Brigitte estaba profundamente dormida, recibió una llamada desconocida. Al descolgar, escuchó una respiración pesada al otro lado de la línea, seguida de un clic.. Inquieta, decidió revisar las cerraduras de puertas y ventanas antes de intentar dormir. La sensación de ser observada no la abandonaba ni por un instante.
Días después, Brenda comenzó a notar cosas extrañas. Un día encontró su coche con las ventanas ligeramente bajadas, algo que nunca haría. Otra mañana, al regresar del supermercado, vio una sombra que se deslizaba por las escaleras del portal., en la planta de su apartamento. Decidida a no ser intimidada, instaló cámaras de seguridad, en el interior y pidió a Margaret que permaneciera alerta.
Lucas, por su parte, había empezado a seguir a Brenda en secreto. Sabía que necesitaba encontrar un punto débil, algo que pudiera usar para desacreditarla y volver a la corte con pruebas contundentes. Se había puesto en contacto con viejos conocidos, buscando cualquier información que pudiera usar en su favor.
Una noche, mientras revisaba las grabaciones de las cámaras de seguridad, Brenda vio algo que la hizo detenerse. Una figura familiar se movía furtivamente cerca de la puerta de su apartamento.Era Lucas. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ver cómo observaba la entrada de su apartamento con detenimiento antes de desaparecer en la oscuridad del portal.Tal vez escuchaba tras la puerta para intentar oír algo que le vendría bien.
Llamó a la policía, pero sin pruebas concretas de que Lucas hubiera hecho algo ilegal, no podían detenerlo. La frustración y el miedo aumentaban en Brenda, pero también su atención de proteger a Brigitte ,aunque le costara todo el dinero del mundo. Decidió contratar a un guardaespaldas, alguien que pudiera vigilar la casa y asegurarse de que Lucas no se acercara.
Un día, mientras caminaba por el parque con Brigitte y Margaret. Brenda sintió que alguien las seguía. Se giró rápidamente, pero no vio a nadie. Sin embargo, no podía sacudirse la sensación de que estaban siendo observadas. Margaret trató de tranquilizarla, pero Brenda no podía evitar sus instintos.
Esa noche, mientras Brigitte dormía, Brenda escuchó un ruido en la puerta.Miró por la mirilla y vio a Lucas intentando forzar la puerta. Su corazón latía con fuerza, pero mantuvo la calma. Llamó al guardaespaldas y a la policía al mismo tiempo. El guardaespaldas llegó primero y enfrentó a Lucas, reteniéndolo hasta que la policía llegó y lo arrestó.
Lucas fue llevado a la comisaría, donde se le impuso una orden de restricción. Brenda finalmente pudo respirar un poco más tranquila, aunque sabía que esto no era el final. Lucas siempre había sido impredecible, y su odio hacia ella no haría más que crecer.
Con el tiempo, Brenda reforzó su seguridad y se centró en darle a Brigitte una vida feliz y segura. Sin embargo, una noche recibió una carta anónima bajo su puerta. La abrió con manos temblorosas y leyó: "No te confíes. Siempre estoy observando."
Brenda sintió un frío recorrer su cuerpo. Sabía que Lucas no descansaría hasta haber conseguido lo que quería. Pero ella tampoco descansaría. Protegería a Brigitte a toda costa, porque el amor de una madre es más fuerte que cualquier amenaza.
El juego había comenzado de nuevo, y Brenda estaba lista para enfrentarlo, con la tenacidad de una leona protegiendo a su cría.