Flor Indomable

Capítulo 7

Giovanni sonreía en su oficina. El informe de Luca Bianchi era música para sus oídos. —El inspector De Luca está haciendo un trabajo excelente. Massimo está furioso. Le están llegando mensajes de sus contactos en el norte de África, exigiendo explicaciones. Se está volviendo paranoico. Y según Luca, ha estado haciendo llamadas desesperadas para intentar mover la carga por otras vías, pero todo se complica—

—Perfecto— dijo Giovanni, sirviéndose otra copa de whisky. —La presión es la clave. Cuando un hombre tiene demasiado que perder, empieza a cometer errores. Y la única debilidad real de Massimo ahora mismo es esa maldita niña. Si logro hacerla sentir que está en peligro, que yo soy su único escape... caerá en mis manos—

—Pero, ¿y si Massimo descubre que fuimos nosotros?— preguntó Luca, inquieto. —Ha sido muy agresivo con los retrasos. Está empezando a sospechar de nosotros—

—¡Excelente!— exclamó Giovanni, dando una palmada. —Que sospeche. Que se enfurezca. Eso lo hará más predecible. Cuando él esté ocupado lidiando con la crisis de Hong Kong y con la posible fuga de Giulia, mis verdaderos planes se pondrán en marcha. La debilidad de un imperio no está en sus ejércitos, Luca, sino en el corazón de su líder—

Giovanni se dirigió a una sala de reuniones separada, donde esperaba Isabella Rossi, la otra "adquisición" de Massimo. Su plan era usar a Isabella como un peón en su juego.

—Isabella— comenzó Giovanni, su voz melosa. —Me ha llegado información de que Massimo Ferrer está empezando a sentir presión. Que sus operaciones se están viendo afectadas. Y que tú, que eres una de sus 'posesiones', podrías ser la clave para aliviar esa presión. O para aumentarla.—

Isabella, una joven de aspecto vibrante a pesar de las circunstancias, lo miró con una mezcla de temor y curiosidad.

—No entiendo, señor Castelli—

—Massimo tiene problemas. Problemas financieros, problemas logísticos. Y tú, como artista, podrías ser muy valiosa para él si logras... aliviar su estrés. O quizás... si logras enviarme información sobre sus operaciones mientras finges cooperar con él— Giovanni le guiñó un ojo.

—Piensa en esto como una oportunidad. Si me traes información valiosa, puedo asegurarme de que salgas de aquí con mucho más que una canción en el alma. Puedo asegurarte un futuro. O puedo hacer que tu estancia aquí sea... mucho más desagradable—

Isabella, paralizada por el miedo y la ambición, no supo qué responder. Giovanni le había presentado un dilema: ser leal a Massimo, a quien apenas conocía, o traicionarlo, arriesgándose a él y ganando la posible ayuda de Castelli.

🎀

En su habitación, Giulia sentía la tensión de forma casi física. Massimo no había venido esa noche. Los guardias afuera eran más visibles, más presentes. La sensación de que algo estaba a punto de ocurrir la oprimía. Recordaba las palabras de Giovanni sobre una "salida", sobre ser una "reina esperando su trono". Las palabras de Massimo sobre su "juego" y la advertencia de Serena sobre no confiar en Castelli.

Mientras estaba sentada en el ventanal, mirando la ciudad, notó un movimiento inusual. Un coche negro, sin distintivos, se detuvo en una calle lateral discreta, no muy lejos de la entrada de servicio del "Alba Dorada". De él descendió un hombre que se ajustaba a la descripción que había escuchado: Luca Bianchi.

Luca esperó unos minutos, observando los alrededores. Luego, sacó un pequeño paquete y se deslizó rápidamente hacia una puerta trasera que Giulia sabía que era utilizada por el personal de mantenimiento. Desapareció en la oscuridad.

Giulia no sabía qué significaba, pero la presencia de Luca, el hombre de Giovanni, era una señal inequívoca. ¿Había dejado algo? ¿Estaba planeando algo?

De repente, su teléfono móvil, un modelo básico que Massimo le había proporcionado para "comunicarse con su personal", vibró. Era un mensaje. De un número desconocido.

"La ayuda está más cerca de lo que crees. Mantente alerta. Tu 'prisión' podría tener una puerta secreta. Busca una señal en tu habitación. La que te mostró la ciudad antes. La que te da poder. - G"

Giulia miró la pantalla, su corazón latiendo con fuerza. ¿La "puerta secreta"? ¿La "señal"? Miró alrededor de su lujosa habitación. Había una pequeña caja de música de porcelana en una mesita junto a la ventana, un regalo de Massimo, supuestamente. La había abierto una vez, para escuchar una melodía clásica y triste. No parecía tener nada más.

Pero entonces, recordó algo que Massimo le había dicho una de esas noches pasionales, algo que parecía una divagación: "El arte es un lenguaje, Giulia. Los que saben escuchar, encuentran los mensajes ocultos. Los que saben mirar, ven las estructuras que los demás ignoran." Él le había mostrado cómo funcionaba la pequeña caja de música, una compleja maquinaria interna que ella había considerado fascinante, pero inútil.

Con manos temblorosas, tomó la caja de música. La giró y la volvió a girar, buscando algún compartimento oculto, alguna palanca, algo que pudiera ser la "señal". Finalmente, al presionar un diminuto punto en la base, una pequeña sección de la madera se deslizó hacia afuera, revelando un minúsculo compartimento. Dentro, había una llave diminuta y una nota doblada.

La nota decía: *"La llave es para la entrada del servicio de mantenimiento, detrás del jardín. Solo funciona cuando el guardia principal está distraído. La distracción está planeada para el amanecer, cuando Massimo suele estar más lejos. Usa la señal. Tu vida depende de ello. - G."

Giulia miró la llave, luego la ciudad iluminada. Massimo estaba lejos, luchando contra una crisis orquestada por Giovanni. Giovanni, el hombre que la había ofrecido una salida, le estaba dando una llave. ¿Era esto lo que él quería? ¿Que ella escapara, exponiendo así la debilidad de Massimo, creando el caos que él deseaba?

La pasión que había compartido con Massimo, la extraña conexión que sentía, ahora se sentía como un espejismo. Él estaba en Hong Kong, lidiando con las consecuencias de un ataque que, sin saberlo, ella había ayudado a catalizar. Y Giovanni le estaba ofreciendo una ruta de escape. El primer golpe de Giovanni había sido un éxito. Había creado una brecha, una duda, una tentación, y la debilidad de Massimo, su naciente afecto por Giulia, había abierto esa brecha. El buen negocio se había vuelto un campo de batalla de manipulación y seducción, y Giulia estaba en el epicentro...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.